Cuando las partes de una pareja están bien consigo mismas, la relación se afianza. Las personas con una buena autoestima tienden a abrirse y confiar más en sus parejas. No temen buscar el apoyo del otro.
Además, según una revista especializada, cuando la autoestima de cada uno es armónica, la pareja no está pendiente de los detalles. En cambio si uno es inseguro, puede que se sienta amenazado cuando se producen roces.
Tener un problema puede llevar a pensar “me está ignorando porque ya no me quiere”.
Las personas que se tienen confianza no dudan constantemente de ser queridos, mientras que las que son más inseguras necesitan una confirmación constante del amor.
Basta de quejas, no atosigar al otro
Con el tiempo, las parejas no hacen más que criticarse unas a otras, incluso delante de sus amigos. Este comportamiento no es recomendable, así como tampoco lo son los esfuerzos constantes por ensalzar a la pareja delante de los demás.
Lo mejor es expresar las pequeñas críticas con humor y también ser bondadoso con el otro. Además, hay que tratar de ser indulgente con los pequeños defectos. Todo puede decirse, pero con respeto y cuidado.