Jorge Sosa - especial para Los Andes
Muy pocas escarapelas vi en los pechos argentinos en la celebración que hicimos ayer, muy pocos actos oficiales que evocaran el hecho. Me pregunto cuál es la intensidad del sentido de pertenencia entre nosotros. No descubro fervor en las actitudes que sumamos al respecto.
Pasó con los doscientos años del cruce, más allá de lo hecho en el campo histórico El Plumerillo en Las Heras y la visita escueta del presidente que estuvo unos minutos en el lugar, no existieron ni existen, actos que tengan que ver con el hecho, uno de los más importantes de la argentinidad.
Porque el cruce debería estar a la misma altura de celebración del 25 de mayo y el 9 de julio. Fue el momento en que los argentinos se decidieron a ponerle el pecho al futuro y defender una nación incipiente. Por algo la famosa “Marcha de la Vendimia” que en realidad se llama “Canto a Mendoza”, que suena tanto para la fiesta grande dice en el final “Mendoza, donde nació la libertad”
Pues parece que ese nacimiento no nos conmueve. Somos la actualidad y al corno con el pasado. Por eso celebramos con todo, bandera, bombo, redoblante, camiseta cuando ganamos un campeonato de fútbol. Hace mucho que ni siquiera esto celebramos.
¿Qué acostumbramos a celebrar? Y, celebramos el día de la Madre, que es una fiesta íntima como la del Padre; celebramos Navidad y Año nuevo que también son fiestas similares y celebramos acciones menores como lo es el Día del Amigo. Pero patrióticamente ¿Qué celebramos? Muy poco o casi nada o nada. No hay fiesta popular en la fiesta más grande de los argentinos.
He tenido la oportunidad de observar y participar en la fiesta patrias de otros países. Bolivia sin ir más lejos, Chile sin ir más cerca y se nota la alegría, el fervor, el orgullo de pertenencia. Son verdaderas fiestas populares esperadas con ansias por toda la población.
Aquí parece que no pasa a ser de un feriado, un simple feriado, donde muy pocos saludan con la patria en sus labios, donde no hay juntadas significativas ni festivales que arrastren a multitudes enaltecidas por ser un pueblo.
¿Qué es la patria? La patria es todo lo que contiene este querido triángulo territorial con una altura excesiva para su base. La patria somos todos. La patria es el presente pero también el pasado y es el futuro. La patria es el sentimiento personal y propio de una aceptación y sentido de pertenencia a un grupo establecido en una región que se expresa con orgullo y con fervor nacional impulsando los fuertes lazos con su su tierra natal e impulsando el orgullo de su origen y tomando en cuenta todo factor y contexto en el que la belleza y el impulso nacional es amplia prioridad.
Hubo otros, antes de nosotros, que tenían el concepto claro, la definición exacta, y que no dudaron en morir para que la patria fuese posible. Otros que, como dice el himno a Sarmiento, la defendieron con la espada, la pluma y la palabra. Ellos quedaron allá en el pasado, en la oxidada placa de un monumento que se erige sin que los que pasan sepan quién es ese que transcurre en soledad absoluta en medio de una plaza.
Muy pocas escarapelas vi ayer sobre el pecho de los argentinos. ¿Será que no estamos orgullosos de ser argentinos? Tal vez algún día cambie, tal vez algún día salgamos a la calle a festejar lo que somos y no un gol de Maradona. La patria no es una victoria, es una batalla todos los días.