La Argentina en la cumbre del G7 - Por Rosendo Fraga

En la cumbre del g20 que se realizó en noviembre en buenos aies, el presidente macri recibió múltiples manifestaciones de apoyo y elogio.

La Argentina en la cumbre del G7 - Por Rosendo Fraga
La Argentina en la cumbre del G7 - Por Rosendo Fraga

Entre mayo de 2018 y hasta las PASO, Donald Trump media docena de veces dijo que había que impedir el triunfo del kirchnerismo en Argentina. Nunca un Presidente de EEUU se involucró tanto en una elección de nuestro país. A ello se agrega el excepcional apoyo político para que el FMI otorgar a el crédito de 57.000 millones de dólares para nuestro país. En la Cumbre del G20 que se realizó en noviembre en Buenos Aires, el Presidente Macri recibió múltiples manifestaciones de apoyo y elogio. Pero ahora, la Cumbre del G7 muestra la ausencia de Argentina en la agenda global.

La Cumbre del G7 realizada en Biarrtiz entre el 24 y el 26 de agosto, no logró mayores avances, pero evitó un fracaso. El problema más relevante a tratar era el conflicto comercial entre China y EEUU y el riesgo que precipite una recesión global. Trump es protagonista central de dicha pugna y al mismo tiempo el país más importante del G7, que reúne a los países más desarrollados de occidente más Japón. Mientras EEUU viene escalando este conflicto con marchas y contra-marchas,- como es su estilo de negociación,- para Europa, Canadá y Japón, el interés es que no se produzca una “crisis por error de cálculo” que genere un freno en la economía global, que está anticipando Alemania entre otros países. El Presidente de EEUU trajo a la Cumbre el anuncio de que está dispuesto a reabrir negociaciones comerciales con China, posición más flexible que la expresada por él dos días antes. El gobierno chino por su parte respondió positivamente, aceptando volver a la mesa de negociaciones y postergando represalias arancelarias contra sus importaciones provenientes de EEUU. La Cumbre terminó así sin resolver el problema, pero dejó una mejor perspectiva que al iniciarse.

El futuro del acuerdo nuclear con Irán, era otro tema previsto y  Macron sorprendió convocando bilateralmente al canciller iraní. EEUU ha denunciado bilateralmente el acuerdo firmado por el G6 (los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la UN más Alemania) y ha comenzado a aplicar las sanciones que había suspendido Obama al firmarlo. A ello se sumó el conflicto por la navegación en el Golfo Pérsico, que enfrentó a Irán por un lado con EEUU y sus aliados regionales (Arabia Saudita e Israel), más el Reino Unido por otro. Mientras Rusia y China, apoyan a Irán tanto en el mantenimiento del acuerdo como en su posición en el Golfo Pérsico, Francia y Alemania tienen una postura  más equidistante. El Presidente francés tuvo un éxito diplomático importante al lograr la presencia del canciller iraní en Biarritz, quien defendió la vigencia del acuerdo, diciendo que mantenerlo podía ser útil todavía. Tras reticencias iniciales, Trump terminó aceptando que podría reunirse con el Presidente de Irán (Rohani) si se dieran las condiciones. Pero Irán exige que EEUU suspenda las sanciones antes de iniciar el diálogo. Es así como el conflicto entre Irán y occidente, quedó mejor después de la Cumbre, de lo que estaba antes.

La cuestión del medio ambiente, también estaba prevista en la agenda original, pero se vio potenciada por el incendio de la Amazonia brasileña. El compromiso formal del G7 con la defensa del medio ambiente, es relativo en los hechos. EEUU no ha firmado el acuerdo de Paris para preservarlo y explota el petróleo en Alaska. Japón tiene una posición firme en materia ambientalista, pero es el mayor depredador de ballenas del mundo. Canadá también lo defiende, pero su industria minera es acusada de dañar el ambiente con la explotación minera. Los países europeos del grupo (Alemania, Financia, Reino Unido e Italia), tienen políticas más concretas, pero son cuestionados desde el mundo emergente, por haber explotado sin límites los recursos naturales y humanos del actual mundo en desarrollo con el sistema colonial. El Presidente francés -que utilizó con eficacia su rol de anfitrión de la Cumbre- polemizó con el brasileño (Bolsonaro), por el incendio de la Amazonia, cruzándose ataques personales. Llegó a plantear poner la Amazonia bajo un estatuto internacional, algo que es inaceptable para Brasil y los países emergentes.  Pero al momento de adoptar una decisión el G7, -que todavía reúne casi la mitad del PBI mundial- sólo decidió aportar 20 millones de dólares para asistir a los países sudamericanos afectados por el incendio. Brasil la rechazó mientras Macron no pida perdón por sus críticas.

El Brexit, era otro tema previsto en la agenda, pero no registró avances. El gobierno británico de Johnson, está identificado con el Brexit “duro”. Alemania y Francia presionan para que vuelva a aceptar la versión negociada por May. Italia se encuentra con un gobierno en crisis, sin poder asumir una posición definida en este momento. Trump respalda la posición del actual gobierno británico y ofrece al Reino Unido un  TLC que compense la pérdida para sus exportaciones que implica dejar la UE. Paralelamente, Trump ha avanzado en un TLC con Japón, que parece dispuesto a buscar bilateralmente un acuerdo comercial con el Reino Unido. Canadá por su parte acaba de firmar un acuerdo comercial con la UE y de renegociar el Nafta con EEUU. Mientras se desarrolló la Cumbre, tuvo lugar un cruce de acusaciones mutuas entre el primer ministro británico y el Presidente del Concejo de Europa (Tusk), acusándose de ser responsables del Brexit “duro”. Fue un tema en el cual el G7 poco o nada pudo hacer.

El comunicado final recogió otros temas tratados, aunque sin definiciones concretas: Rusia, Ucrania y Libia. Trump pidió sin éxito la reincorporación de la primera al G7, que integraba hasta 2014 (era G8), siendo excluida por la ocupación de Crimea. No lo logró, pero Macron paralelamente se reunió días antes con Putin, acordando una cumbre tripartita sobre Ucrania, con la participación de dicho país más Francia y Rusia. Pero ello no fue explicitado en el comunicado. Ucrania es un problema de seguridad para el flanco norte de Europa y Libia lo es en el sur. El G7 reafirmó su decisión de contribuir a estabilizar y pacificar dicho país africano, que sufre una cruenta guerra civil entre facciones, siendo el país del norte de África desde el cual más migrantes intentan llegar a Europa a través del Mediterráneo. Pero el patrullaje naval conjunto de la UE y EEUU finalizó a mediados de este año, por la falta de fondos para continuarlo. La reunión confirmó que esta Cumbre, ha perdido la relevancia que tenía en el pasado cuando se constituyó tres décadas atrás, dado los grandes cambios políticos y económicos que han tenido lugar desde entonces. Pero Macron logró darle una dinámica mayor a la esperada.

Recién el 28 de agosto -dos semanas y medias después de las PASO-, un vocero del Departamento de Estado se refirió a la Argentina diciendo: “Estados Unidos espera continuar nuestra sólida asociación con el pueblo argentino y su liderazgo electo, sea cual sea el candidato que el pueblo argentino elija como su próximo Presidente”. Ya no habla el Presidente y se elude el compromiso cuando Macri más lo necesita. Pero tampoco ha hablado Merkel ni Macron ni ninguno de los líderes globales que antes lo hacían, mostrando a Argentina como ejemplo.

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