La militante anarquista Anahí Esperanza Salcedo se estaba tomando una foto con su teléfono cuando le estalló la bomba casera que iba a instalar en la tumba del coronel Ramòn Falcón en el cementerio de la Recoleta el miércoles.
Así lo informó diario La Nación citando como fuentes a investigadores de la causa.
Según informaron, en el lugar se encontró el teléfono de la mujer - que se encuentra internada, en coma inducido, con graves quemadura en la cara y pérdida de tres dedos – con fotos del momento del estallido pero también con imágenes y videos de la preparación del explosivo que iba a colocar junto a un hombre que ahora está detenido.
También los investigadores aseguraron que apenas fue socorrida, Salcedo relató que le había fallado el temporizador del explosivo casero.
Anahí Salcedo tiene 33 años, es madre de dos hijos y es quien ahora pelea por su vida tras la explosión. Junto a ella estaba Alberto Rodríguez, de 38 años, quién fue inmediatamente detenido. Luego del hecho, ayer se detuvo a diez personas tras un allanamiento en una casa usurpada del barrio porteño de San Cristóbal, donde se encontraron mechas, pólvora y caños, en el marco de la investigación por la explosión.
El operativo se llevó a cabo cerca de las 2.30 del jueves en una vivienda de la calle Pavón 2345, hasta donde los pesquisas llegaron en busca de personas vinculadas a la fabricación de explosivos similares al detonado ayer en el cementerio.
Las fuentes detallaron que en esa vivienda se secuestraron mechas, pólvora, clavos, tornillos y caños, todos elementos que sirven para la elaboración de artefactos explosivos caseros.
Según fuentes judiciales, a la casa llegaron en base a pistas del episodio de Recoleta, pero después los investigadores recibieron información de un vecino que indica que en esa vivienda también fue visto el joven sospechoso de haber arrojado anoche el paquete explosivo en la casa del juez Claudio Bonadio en el barrio de Belgrano.
Por ese motivo, los investigadores creen que existe vinculación entre ambos hechos, indicó a Télam un vocero judicial, que también destacó que por el momento “no hay ningún elemento que permita vincular este ataque con la causa de los cuadernos”.