Los gimnasios quedaron en pausa por la cuarentena a raíz del Covid-19 y, con los locales cerrados, los propietarios advierten que atraviesan una situación límite ya que no pueden afrontar los gastos. Si bien muchos apelaron a clases virtuales y en otros casos se alquilaron máquinas, la extensión del aislamiento obligatorio está haciendo estragos en las arcas de la industria. Por eso nos pusimos en contacto con Andrea De Marco, Presidente de la Asociación Mendocina de Gimnasios y Afines (AMGA), quien nos acercó más a la difícil realidad que vive el sector que representa, uno de las más afectadas por la emergencia sanitaria vigente.
"El día 16 de marzo fuimos el primer sector obligado al cierre total de la actividad, medida que algunos cumplimos inmediatamente y desde la Asociación se sugirió que todos los gimnasios de Mendoza acataran la resolución ", comentó De Marco en una comunicación con Más Deportes.
En la mayoría de los gimnasios, natatorios y centros de entrenamiento en general, la curva de consumo se repite. De mediados de diciembre y hasta marzo la demanda cae por las fiestas y períodos vacacionales, aunque luego, a partir del marzo siguiente y hasta junio-julio se invierte esa demanda, tiene un altibajo en los siguientes meses, hasta que vuelve a aumentar entre setiembre y fin de año. "Esta emergencia sanitaria nos paraliza los meses de mayor demanda, los cuales nos permiten equilibrar los meses de verano. Los socios, si no asisten, no pagan, por lo cual nuestra cadena de cobros se cortó el 16 de marzo y continúa en la actualidad, dejando un sector totalmente paralizado y sin medidas económicas que nos amparen".
El 31 de marzo pasado se convocó a una Asamblea Extraordinaria de la Comisión Directiva y Asociados, la cual se realizó en forma virtual y, por unanimidad, se determinó declarar la emergencia económica del sector, enviando una carta al Gobernador Rodolfo Suárez (ver aparte), solicitándole un paquete de medidas específicas para la industria, ya que las anunciadas hasta ese momento, tanto desde los gobiernos nacionales y provinciales, los deja afuera y sin ayuda. "Con este pedido buscamos que se abra una puerta de diálogo", comenta De Marco, quien manifiesta que tanto ella como su sector, aún esperan una respuesta.
"Desde nuestra actividad hacemos un importante aporte social, educativo y en salud, el cual no está siendo reconocido", dicen desde AMGA. Luego, Andrea De Marco, indicó: "Cuando esta cuarentena concluya y se reactivan parcialmente algunos sectores, no creemos que sea así para el nuestro. Cuando podamos abrir, habrá que esperar unos meses -calculamos 2 o 3 más- para recuperar los socios y nivelar el consumo, por lo que estamos hablando de casi medio año perdido". "A pesar de que la gente va a querer volver a retomar sus hábitos, al contacto social, el miedo al contagio va a seguir estando", puntualizó la dirigente.
-Mientras, ¿qué tienen pensado hacer?
-Estamos trabajando en protocolos de seguridad e higiene para cuando nos permitan volver. Ahora lo importante es resolver la problemática de ingresos.
La Asociación Mendocina de Gimnasios y Afines (AMGA) es una asociación civil de primer grado y sin fines de lucro, cuya personería jurídica está autorizada desde noviembre del año pasado. A partir de febrero del corriente, la entidad abrió el período de inscripciones para que los propietarios de gimnasios, natatorios y centros de entrenamiento en general, pudieran asociarse.
Petitorio a Rody Suárez
La Asociación Mendocina de Gimnasios y Afines le envió una solicitud al Gobernador Suárez, donde se le expresa: "A fin de ponerlo en conocimiento de la problemática de nuestro sector, se le solicita la exención del pago de ingresos brutos incluidos en el Monotributo Unificado Mendoza, ya que no estamos facturando, ni tenemos que facturar hasta tanto se reinicie la actividad". Además, pide la excepción del pago del impuesto municipal de comercio por 180 días. Por otro lado, se reclama que se ampare a los gimnasios en la "suspensión de servicios de emergencia y seguros hasta tanto se retome la actividad, sin incurrir en mora, y sin tener que abonar los meses que nuestra industria estuvo sin poder abrir sus puertas". Por último, la solicitud pide establecer "un subsidio destinado exclusivamente a nuestra actividad, para poder hacerle frente al pago de alquileres, servicios, honorarios profesionales y/o salarios, en caso de corresponder".