El telón de la última función de los viejos Nacionales se bajó con un flamante e inédito protagonista en la lista de actores. Ni San Martín, ni Gimnasia, ni Independiente, ni Godoy Cruz.
Mucho menos Huracán de San Rafael...
Esa vez, el papel principal del fútbol mendocino lo desarrolló Huracán Las Heras, el Globo del pueblo. De la República de Las Heras a los lugares más recónditos del país. La estela de populismo que arrastra todo equipo de Huracán de cualquier credo y religión futbolística -en la categoría que sea- se convirtió en la grata sorpresa de un certamen que se terminó llevando el Bicho.
Eran tiempos donde la restricción para los visitantes no existía y el Globo jugaba con el Malvinas Argentinas repleto de local y con su numerosa hinchada acompañando al equipo fuera de la provincia, como pasó en Rosario, Mar del Plata, Córdoba, Buenos Aires y Río Cuarto.
El camino de los sueños
Después de 62 años de espera, Huracán saboreó las mieles de jugar en Primera División. La clasificación al Campeonato Nacional 1985 le llegó gracias al subcampeonato de Liga logrado en Apertura y al título de campeón del Clausura, donde dejó en el camino a San Martín. En las instancias decisivas, frente al “invencible” Gimnasia y Esgrima se despachó con dos resonantes victorias por 1-0 y 3-1.
De la mano de Francisco Manuel Ontiveros en la dirección técnica, el Globo formó un conjunto que conjugaba la experiencia de futbolista de la talla de José Orlando Berta (Huracán le pagó a Boca 33 mil dólares por su préstamo hasta fin de año), Marcelo Bachino y el eterno Pinino Más. con la juventud y las ganas de los pibes que nacieron en las inferiores: Blanco, Moyano, Ariel Gómez y Lucero.
El debut fue con empate (1-1) ante Newell’s en el Estadio. Sergio Almirón abrió la cuenta para la Lepra, pero Mario “Miliki” Moyano, el goleador del Globo en ese torneo, igualó mediante un tiro penal. A la semana siguiente, viajó a Buenos Aires para enfrentar por primera vez a San Lorenzo y se trajo un empate en cero. El arquero “Coqui” Martínez fue la gran figura del encuentro.
Guillermo Coppola fue quien intermedió para la llegada de Berta al Globo: "Represento a 160 jugadores y no gano un peso", decía. Pobre...
Cuando pase el temblor...
Los policías empezaron a apurar sus pasos, los niños alcanzapelotas empezaron a correr y el árbitro y los jugadores visitantes no entendía qué pasaba. ¡Está temblando!, exclamaron los jugadores de Huracán, mientras se jugaba el partido frente a Círculo Deportivo de Mar del Plata el 3 de marzo.
El árbitro detuvo el juego por espacio de tres minutos, mucha gente se retiró y en el palco oficial, en las tribunas y en la viga se vivió una contagiante angustia. Huracán, que perdía 1-0, mejoró muchísimo y lo dio vuelta 3-1.
A la semana siguiente, Huracán protagonizó otra epopeya. A los 12’ perdía 0-2 con San Lorenzo, pero lo remontó con un doblete de Ariel Gómez y otro de “Pepe” Bravo. Hazaña e invicto.
El Globo punteaba su zona, pero se cayó en las últimas dos fechas y debió jugar la ronda de perdedores frente a Belgrano de Córdoba. Fue derrota 1-2 allá y triunfo 3-1 acá. A jugar otra vez con el Ciclón. Esta vez en terreno neutral. La gente copó Río Cuarto y después del 3-3 en los 120’ de juego, Chilavert atajó 3 penales, Galán 2 y el Globo se quedó sin aire.
"Coqui" Martínez - Arquero de Huracán 1985: "Jugábamos siempre a estadio lleno"
“Fue el primer campeonato importante de Huracán, un logro muy ansiado por todo el pueblo de Las Heras y muy importante para el fútbol mendocino porque se jugaba a estadio lleno. Fue un orgullo integrar ese equipo. Se mencionaba a Hugo Gatti como posible refuerzo, pero yo había salido campeón y le dije a los dirigentes que quería jugar. Mi mejor partido fue contra San Lorenzo en la cancha de Atlanta. Fue un partido soñado para todo jugador y al llegar al aeropuerto los hinchas de Huracán nos recibieron como si hubiésemos salido campeones. Fue emocionante”.
Marcelino Blanco - Delantero de Huracán 1985: "Un recuerdo imborrable"
“Ese Nacional dejó imágenes imborrables. Yo era uno de los más chicos del plantel y venía de jugar en torneos callejeros. Todavía recuerdo cuando me cambiaba en el vestuario del estadio para salir a jugar contra San Lorenzo y los muchachos me decían que me iba a asustar con tanta gente. Por suerte salió todo bien y ganamos 3 a 2. Lo mejor que tenía ese equipo es la humildad, el trabajo y los jugadores de jerarquía que teníamos, como Berta, Bachino, Pinino Mas, Próstamo, Bordón. Los seis pibes del club recogimos toda esa experiencia”.