La alarma se encendió nuevamente

Por fortuna, el accidente de Werner fue sólo un susto, pero dejó muchas dudas en cuanto a la seguridad en los circuitos.

La alarma se encendió nuevamente
La alarma se encendió nuevamente

La contundente victoria de Matías Rossi quedó algo opacada por lo que sucedió a falta de 11 vueltas para el banderazo en Alta Gracia.

Todos, ya sea aquellos que lo experimentaron en vivo y en directo como los que vieron el accidente por televisión, se tomaron la cabeza cuando el Falcon de Mariano Werner detuvo su alocada marcha.

Fueron apenas 12 segundos: bloqueada en la tercera curva, el auto que sigue de largo sin poder frenar, la tierra -como talco y arada no en todas partes- que comienza a levantarse ante el veloz tránsito del auto, los neumáticos de protección que no actúan correctamente y el impacto de la trompa del Ford sobre la tela perimetral, a centímetros del público que seguía la competencia en ese sector.

Ahí llegó el momento de zozobra. Pero, por fortuna, la calma llegó rápido cuando el piloto salió por sus propios medios del habitáculo e indicó que estaba todo bien, respondiendo el público con aplausos para olvidar -en cierta forma- el gran susto.

Lo increíble fue que algunos se metieron al trazado para sacarse fotos con Werner mientras la carrera estaba neutralizada y se trabajaba para retirar el vehículo.

Duele mucho saber que las tareas que se realizan en todos los autódromos no son las suficientes.

Otra vez falló la seguridad porque el auto superó los límites del trazado. Encima, la cercanía de la tribuna natural con la pista influyó y mucho.

Como en Neuquén, el año pasado, cuando Lionel Ugalde encendió la alarma al seguir de largo en una curva e impactó contra las gomas y un talud que sirvió de trampolín para que su Ford volara y quedara a pocos metros de los espectadores.

Más atrás en el tiempo, algo similar sucedió con Agustín Canapino en los ensayos del fatídico Balcarce donde perdió la vida Guido Falaschi en la carrera de 2011. El arrecifeño no pudo frenar en la primera curva, las barreras de protección no actuaron y volcó.

Y pensar que el Oscar Cabalén no fue incluido en el calendario de 2013 porque las obras exigidas no estaban listas y tuvieron que tomarse casi un año más para ponerlo en condiciones hasta la fecha del domingo pasado. Aunque, por lo visto, no fueron las adecuadas para recibir a la más popular.

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