Un mes antes de que se eligiera a Donald Trump como presidente, sus asesores y él vieron cómo se abría la superficie fríamente serena de su hija.
Dentro de la Torre Trump, el candidato se estaba preparando para un debate, cuando un asesor entró apresuradamente con noticias de que "The Washington Post" estaba a punto de publicar un artículo en el que se decía que Trump había alardeado de haberle agarrado las partes privadas a las mujeres. Mientras Ivanka Trump se unía a otros que esperaban para ver un video del incidente, su padre insistió en que la descripción de sus comentarios no sonaba a que fueran suyos.
Cuando finalmente la grabación mostró que él estaba equivocado, la reacción de Trump fue de mala gana: estuvo de acuerdo en disculparse si había ofendido a alguien. Los asesores advirtieron que no sería suficiente.
Ivanka Trump argumentó, enfáticamente, para que fuera una disculpa fuerte, según varias personas que estuvieron presentes en la discusión de la crisis que se dio en la oficina de Trump, en el piso 26. Criada en medio de un remolino de titulares en los tabloides, ella había pasado su vida adulta etiquetándose como la hija de su padre, serena y concentrada en la familia. Comercializó su línea de ropa con lemas sobre el empoderamiento femenino y estaba terminando un libro sobre el tema. Mientras hablaba, Trump seguía sin ceder. Los ojos de su hija se llenaron de lágrimas, se le enrojeció la cara y salió corriendo, frustrada.
Siete meses después, Ivanka Trump es la confidente de su padre en toda el Ala Oeste, una asesora cuya cartera parece tener pocos parámetros, lo que la hace estar entre las mujeres de mayor jerarquía en un personal senior, lleno casi totalmente de hombres.
Ambos intercambian ideas desde la mañana hasta ya entrada la noche, según los asesores. Si bien ella no tiene ninguna experiencia en el gobierno, ni en política, ella planea revisar algunas órdenes ejecutivas antes de que se firmen, según funcionarios de la Casa Blanca.
Llama a los funcionarios del gabinete sobre temas que le interesan. Estableció una reunión semanal con Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro.
En entrevistas la semana pasada, dijo que pretende actuar como una fuerza moderadora en un gobierno imbuido de un sentimiento nacionalista. Otros funcionarios añadieron que ella ha intervenido en temas que incluyen al clima, las deportaciones, la educación y la política para los refugiados.
Si bien Ivanka Trump dijo que estaba buscando ejercer mayor influencia, reconoció que es novata sobre Washington. "Todavía estoy en las primeras etapas del aprendizaje de cómo funciona todo", comentó, "pero sé lo suficiente ahora para ser una voz muchísimo más dinámica dentro de la Casa Blanca".
Ivanka Trump, de 35 años de edad, quien fuera modelo, emprendedora y desarrolladora de hoteles, dice que se va a concentrar en la desigualdad de género en Estados Unidos y el extranjero, orientándose a crear un programa federal de licencia con goce de sueldo, atención infantil más asequible y un fondo mundial para mujeres que son emprendedoras, entre otros esfuerzos. Su interés en los problemas de género surgieron de una etiqueta "mujeres que trabajan" y de una campaña de marketing que diseñó hace unos cuantos años para ayudar a vender bombas de 99 dólares y vestidos de 150 dólares. El martes salió a la venta el libro sobre orientación vocacional en el que trabajó antes de las elecciones, el que tiene el mismo título de su etiqueta.
Al interesarse en un conjunto ardiente de dinámicas de género, se está convirtiendo en intermediaria de los sueños destruidos de una presidencia femenina, y del debate sobre los antecedentes de Trump en cuanto a su conducta hacia las mujeres y sus puntos de vista sobre ellas. Los críticos ven los esfuerzos de ella como una audaz hazaña de promoción de Trump por parte de una mujer de privilegios extraordinarios, que ha aprendido que el feminismo hace potente a una marca. (Ivanka Trump no está promoviendo su libro por razones éticas.)
En las dos entrevistas de la semana pasada, Ivanka Trump habló sobre desatar el potencial económico de las mujeres - algunas de sus frases sonaron asombrosamente como las de Hillary Clinton - y se explayó sobre encontrar un nuevo ejemplo a seguir en Eleanor Roosevelt.
"De repente, después de que mi padre declaró su candidatura, se convirtió en que todas las cosas que estaba haciendo por las que me elogiaban, las mismas personas, los críticos, las veían a través de este lente distinto", contó. "De alguna forma, todas las mismas cosas que me aplaudieron por ser una milénica, por ser una mujer emprendedora, ahora se veían muy cínicamente como oportunistas".
Algunos ex empleados manifiestan sorpresa por su nuevo interés político y dicen que alguna vez fue renuente a autorizar las licencias de maternidad. Sin embargo, otros observadores la llaman la mejor esperanza de un progreso en temas de género en el gobierno, y dicen que los alienta ver a una hija presidencial y un alto miembro de una Casa Blanca republicana, defender la licencia familiar con goce de sueldo del gobierno federal.
"Espero que se vaya a convertir en una gran campeona de esta área", dijo Jim Yong Kim, el presidente del Banco Mundial, que está trabajando con Ivanka Trump en el fondeo de las mujeres emprendedoras.
Quienes están cerca de Ivanka Trump dicen que, por lo general, es amigable con los negocios y socialmente liberal. Sin embargo, ella dice que en muchos temas, no tiene puntos de vista que sostenga con firmeza. (En la Casa Blanca, utiliza términos corporativos - como. "plan de negocios" - tanto como los partidista o políticos.)
Ella tiene una habilidad inigualada por casi nadie más, dicen familiares y asesores: puede transmitirle críticas en forma efectiva a un hombre que es frecuente que se niegue a recibirlas de otros y puede pedirle que cambie de opinión.
"Soy su hija. Lo conozco de toda mi vida. El confía en mí", comentó. "No tengo una agenda oculta. No estoy buscando golpearlo para ayudarme yo".
Una hija leal
Tal como Ivanka Trump se integró al negocio inmobiliario de la familia en el 2005, el apellido Trump se convirtió todavía más en una fuente de poder y oportunidad debido al nuevo brillo del programa de realidad en la televisión, "The Apprentice", en el que su padre era la estrella.
Ivanka Trump interpretaba a una figura de autoridad en él, intervenía sobre los méritos de los concursantes durante las tensas escenas en la sala de juntas.
La atención la ayudó a licenciar el uso de su nombre en algunos productos: joyería fina (2007), zapatos (2010), ropa (2011), los que se promovían en el programa. Su negocio estaba estrechamente interrelacionado con el nombre y la organización de su padre, donde seguía pasando gran parte de su tiempo. Sin embargo, penetrar el mercado masivo presentó un reto: la vida de oropel de Ivanka Trump parecía distante a las mujeres que compran en Macy's. Así es que, a finales del 2013, su esposo y ella se reunieron con unos cuantos empleados frente a un pizarrón en su departamento en el Upper East Side. "Lean In" de Sheryl Sandberg acababa de llegar al primer lugar de las listas de mayores ventas y el equipo de Ivanka Trump quería tener su propio lema pegajoso, pero accesible.
La lluvia de ideas se materializó en un nuevo lema: "Mujeres que trabajan".
Después, Ivanka Trump y gente cercana a ella describieron el período inmediato anterior a que su padre anunciara su candidatura como uno de los más satisfactorios de su vida. Había conseguido actualizar la marca de la familia de los ostentosos días del pasado con diseños elegantes. Personalmente, estaba desarrollando un hotel en el edificio de la Antigua Oficina Postal, una propiedad histórica. Y la revista "Vogue" la perfiló como un modelo de gusto y logros milénicos.
Sin embargo, desde el primer día, la campaña presidencial de su padre le causó problemas: las observaciones que hizo él de que México enviaba a violadores a cruzar la frontera provocó que dos chefs de celebridades abandonaran el proyecto de la Antigua Oficina Postal.
Un papel desconocido
A Ivanka Trump le impactó el calor y la furia de su campaña. Antes, había recibido cartas de admiración en las que le decían que era un ejemplo a seguir; ahora, muchas de las que le llegaron eran mordaces. "Todo lo que le achacaban a él, de repente, para mis críticos, fue cierto sobre mí", contó ella. La semana pasada, al hablar en su oficina recién pintada en el Ala Oeste, Ivanka Trump parecía animada, defensiva e intimidada en forma alterna. Tras bambalinas, dicen los asesores, ha estado frustrada, triste por abandonar su vida en Nueva York y determinada a prevalecer y sacar el mayor provecho de un período de servicio en la Casa Blanca que nunca esperó.
"Hay muchas cosas que no sé sobre cómo funciona el gobierno y cómo se hacen las cosas, pero yo creo que sé suficiente ahora que puedo ser muchísimo más proactiva sobre el tipo de cambio y la reforma que me gustaría ver que suceda", explicó.