Brisa tenía 3 años en 2014, cuando su madre, Daiana Barrionuevo, fue asesinada a golpes de martillo en la cara por su pareja, Iván Adalberto Rodríguez, quien en octubre pasado fue condenado a prisión perpetua. Brisa y sus dos hermanos varones quedaron a cargo del abuelo, que no tenía recursos para sostenerlos y salió a pedir ayuda en la televisión.
Las organizaciones de mujeres promovieron un proyecto para que el Estado les pague una renta mensual a todas las personas menores de 21 años huérfanas o en desamparo a causa de femicidios. El miércoles el proyecto fue convertido en ley de forma unánime en ambas cámaras del Congreso.
En un año de crisis económica y de Mundial de fútbol, la agenda de género viene anotándose reivindicaciones en el Congreso, como la llamada "Ley Brisa". Y lo viene haciendo durante la etapa menos pensada: el gobierno de Mauricio Macri.
La ley de Paridad de Género, sancionada en noviembre, fue el anticipo de un año parlamentario en que vienen siendo protagonistas los asuntos impulsados históricamente por el feminismo y que en los últimos tiempos cobraron fuerza como consecuencia del fenómeno Ni Una Menos.
Este movimiento surgió en 2015, durante el último año de gobierno de Cristina Kirchner, en protesta contra la violencia hacia las mujeres, aunque después fue ampliando su abanico de reclamos.
En un discurso sin precedentes, Macri abrió las sesiones ordinarias del Congreso el 1º de marzo pasado y prometió tomar medidas para alcanzar el salario igualitario, porque "no se puede permitir más que una mujer gane menos que un hombre", y la extensión de licencias por paternidad, porque "no hay razón para que los padres compartan tan sólo dos días en el momento del nacimiento de los hijos".
Además, el Presidente dio el puntapié inicial para la discusión histórica del aborto legal, que ya tiene media sanción de Diputados y ahora se debate en el Senado.
Convicción y conveniencia
El gobierno de la alianza Cambiemos puso al frente de sus prioridades parlamentarias de 2018 a los asuntos de género un poco por convencimiento, pero sobre todo porque los reclamos en la calle, en el trabajo y en la familia son cada vez más importantes, en la Argentina y en el mundo.
Además porque, por una cuestión de agenda, le convenía trasladar la atención de la opinión pública y de la política al Parlamento, con el aborto como asunto troncal de una agenda de corte social, en un año de dificultades económicas.
Con o sin mérito del Gobierno, lo cierto es que la agenda de género avanza firme en el plano institucional y con un oficialismo que es minoría en ambas cámaras: tiene 108 de los 257 diputados y 25 de los 72 senadores.
A diferencia del gobierno de Cristina Kirchner, que tenía mayoría en ambas cámaras, desde 2016 ninguna ley sale sin el aval de la oposición.
Debate transversal
En diálogo con Los Andes, la diputada Carla Carrizo, de Evolución Radical, destacó que Macri haya dotado de autonomía al Congreso para construir contenido y que la discusión de los proyectos de género no es partidizada sino transversal.
"Ahora tenemos en el Senado la legalización del aborto, pero después de la definición de este tema hay toda una agenda de género que nos espera con la misma potencia", dijo la diputada del espacio que lidera Martín Lousteau.
En marzo, el Gobierno mandó a Diputados el proyecto de ley de Equidad de Género, aunque aún no se discutió.
La iniciativa establece que la licencia laboral por paternidad, tanto para nacimiento como adopción de hijo, pasará de los 2 días de la ley actual a 15 días corridos, y que habrá una nueva licencia laboral de 2 días por año para someterse a técnicas y procedimientos de reproducción médicamente asistida.
Además, la iniciativa introduce hasta 10 días corridos de licencia por año por haber sufrido violencia de género. Y establece la posibilidad de que el trabajador acuerde con su empleador una jornada reducida de trabajo, de manera temporaria, por tener a cargo a niños de hasta 4 años. Esta reducción tendrá una remuneración proporcional.
Los cambios en las licencias integran la segunda mitad del proyecto gubernamental. Los primeros cuatro (de diez artículos) están referidos a “garantizar la equidad de género y la igualdad de oportunidades” en el trabajo, así como en el “acceso al empleo, selección y contratación y carrera dentro de la empresa”.
También dedica un artículo a los sindicatos, a quienes obliga a "adoptar las normas estatutarias pertinentes para garantizar el respeto a la igualdad de género" en el interior de sus organizaciones.
Este proyecto del Poder Ejecutivo se combinará con otras iniciativas que fueron presentadas por diputados y diputadas de distintas bancadas, como la radical cordobesa Olga Rista o la kirchnerista porteña Vanesa Siley, que por ejemplo propone extender la licencia por paternidad de 2 a 30 días, no a 15 como quiere el Gobierno.
En lo referente a equidad salarial, la Constitución es clara cuando dice en su artículo 14º bis que se debe pagar "igual remuneración por igual tarea", mientras que la ley de Contrato de Trabajo, en su artículo 81º, señala que "el empleador debe dispensar a todos los trabajadores igual trato en identidad de situaciones".
Sin embargo, en la realidad ni la Constitución ni la ley de Contrato de Trabajo se cumplen efectivamente.
Para corregir este déficit, hay ya algunas iniciativas presentadas, como la de la senadora del PRO Gladys González, de incentivos para contratación de mujeres y para que tengan un 50% de liderazgo en las organizaciones. También, algunas propuestas de acción del Ejecutivo.
La propuesta de Dujovne al FMI y la dura ironía de Lagarde
Fuera del ámbito del Congreso hay acciones del Estado orientadas a corregir las desigualdades de género. El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, adosó en su plan de acción enviado a la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, un apartado dedicado a "apoyar la equidad de género".
En ese anexo, el ministro promete que se bajarán desincentivos para que las mujeres participen del mercado laboral y que exigirán a las empresas que cotizan en Bolsa que publiquen anualmente datos sobre el equilibrio de género en sus puestos gerenciales y que continúen construyendo infraestructura para el cuidado de niños y educación de la primera infancia.
Las propuestas fueron una respuesta de Dujovne luego de que en Washington, en el primer encuentro personal con vistas a las negociaciones por el préstamo del FMI, Lagarde miró a todo el equipo económico argentino y lanzó delante de todo el mundo: "Parece que están cortos de mujeres".