La Sociedad Argentina de Pediatría advierte que el alcohol es una droga con alta aceptación social, y una de las que más problemas de salud generan en la sociedad junto con el tabaco. En una cantidad menor, el alcohol produce una disminución de las inhibiciones, de la ansiedad y euforia, pero cuando se lo consume en exceso los efectos implican alteraciones en la personalidad, disminución de la sensación de peligro, alteraciones psicomotrices, sopor y en casos extremos puede llevar al estado de coma.
Según la SAP, entre adolescentes, en los últimos años, se presentaron algunas modificaciones respecto al consumo, surgieron nuevas formas de tomar asociadas al juego, a la socialización, a la desinhibición, se redujo la edad de inicio de consumo, se redujo el control por parte de los padres y se estableció crecientemente un modelo de consumo de drogas asociadas al alcohol; todo esto sin tener en cuenta la mayor vulnerabilidad del adolescente frente a este tipo de bebidas y sustancias. Frente a esto dicha organización recomienda:
- Guiar, no vigilar.
- Adecuada resolución de conflictos.
- No poner en juego el amor parental.
- Reconocer el error cuando uno se equivoca.
- Tratarlos con respeto.
- Órdenes claras, simples y concretas.
- A veces es bueno negociar.
- Buenos ejemplos.
- Comunicación.
- Conocer que hacen en su tiempo libre.
- Participar en la escuela, en la comunidad.
Mantener una comunicación sincera y directa, siendo abierto, hace posible llegar al diálogo y poder apoyar y guiar evitando que estas nuevas formas de consumo afecten a la salud de los jóvenes.