La actividad económica registró en noviembre pasado su mayor contracción en casi una década, al desplomarse 7,5% respecto al mismo mes de 2017, arrastrada fundamentalmente por la desaparición del consumo y por los frenazos en la industria manufacturera y en la construcción.
El rojo del Estimador Mensual de la Actividad Económica (EMAE) que elabora el Indec acumuló así un retroceso de 2,2% en 2018.
Por lo pronto, ese es el resultado de la racha de ocho meses consecutivos a la baja que se inició en abril, cuando la sequía del campo y la guerra comercial entre los Estados Unidos y China comenzaron a sacudir a la economía.
Los sectores más castigados en el anteúltimo mes del año pasado fueron el que agrupa al comercio mayorista, minorista y reparaciones, que se hundió 17%; el de la industria manufacturera, que se contrajo 12,6%; y el de la construcción, que se derrumbó 11,4%. Para todas esas actividades se trató del mes más dramático.
El informe volvió a evidenciar la grave situación que genera la desaparición del consumo para la actividad comercial, que profundizó su derrape en el último tramo del año pasado: luego de la baja de 6% de agosto, en septiembre cayó 13,4%, y en octubre, 12,2%.
Un panorama similar afronta el sector de transporte y comunicaciones, que sumó su octavo mes con caídas, aunque más moderadas. El retroceso de noviembre fue de 4,9%, sólamente superado el de junio, cuando la baja fue del 5,7%.
El Indec indicó que, en contraposición, la incidencia positiva en el indicador la determinó la performance de las áreas de "agricultura, ganadería, caza y silvicultura", "Enseñanza" y "Servicios sociales y de salud".
La actividad en el sector rural sumó su tercer mes consecutivo con buenos resultados, al avanzar en noviembre 1,9 por ciento. La recuperación del campo arrancó moderadamente en septiembre (0,6) y se intensificó en octubre (3,2%).
El EMAE de noviembre además reveló que el tendal de la crisis que transita la economía argentina sólamente se compara con los daños que provocó la debacle internacional de 2009, producto de la burbuja de las hipotecas en los Estados Unidos y la consecuente caída del gigante financiero Lehman Brothers.
El de noviembre fue el peor número desde junio de 2009, cuando la actividad económica retrocedió 8 por ciento. En aquella oportunidad, el rojo se repitió a lo largo de doce meses consecutivos, con picos de hasta 13,7 por ciento.