De 28 años e internacional desde hace una década, el jefe de la defensa belga Vincent Kompany disputará su primer partido en una Copa del Mundo, mañana en Belo Horizonte ante Argelia, primer rival de los Diablos Rojos en el grupo H de la primera fase.
El jugador del Manchester City ha vivido en primera persona la larga travesía en el desierto de la selección belga, ausente de todos los torneos internacionales desde 2002.
Miembro de una generación perdida, llega a Brasil como referente de la esperanzadora camada de jóvenes que ha situado a Bélgica otra vez en el primer plano mundial.
"No podía ser que un jugador del calibre de Vincent no viviera por lo menos una vez un Mundial en su carrera. He dicho a los jugadores al comienzo de la fase de calificación que había que clasificarse por Vincent", dijo el seleccionador Marc Wilmots.
Captado el mensaje, los belgas terminaron la fase imbatidos y en primer lugar del grupo por delante de la a priori favorita Croacia. Kompany, lastrado por diferentes lesiones, sólo pudo disputar seis de los diez encuentros.
El jugador de Bruselas, una muralla de 1,91 metros y 85 kilos, ha encontrado en los últimos años un aliado en la figura del portero Thibaut Courtois, uno de los mejores del mundo con sólo 22 años.
Capitán en los últimos años tanto del Manchester City como de la selección belga (56 partidos), Kompany es el auténtico líder del vestuario.
"Vincent habla, nosotros escuchamos"
"Cuando Vincent habla, nos callamos y escuchamos", dijo recientemente la estrella del equipo belga Eden Hazard.
Fuera del terreno de juego la de Kompany es la voz más autorizada, como cabeza visible de un núcleo duro que forman el resto de veteranos; Thomas Vermaelen, Jan Vertonghen, Daniel Van Buyten y Axel Witsel.
El periodista de Foot Magazine Stephane Van de Velde advirtió de que a la hora de negociar las primas para el Mundial, fueron Kompany y Vertonghen los portavoces de la plantilla.
"Es complicado negociar con él pero lo más destacable es su sentido del colectivo. Cuando negociamos las primas, insistió en que tanto los titulares, como los suplentes y los que están en la grada tienen que recibir lo mismo. Para él no había nada que ganar porque normalmente estará en el campo, pero es su forma de hacer grupo", explica el presidente de la Comisión Técnica Belga, Philippe Collin.
Elegante con el balón en los pies, carismático y con gran ascendente, Kompany tiene fama de inteligente y su opinión es respetada.
Antes del debut contra Argelia ha prometido a los seguidores que no los decepcionarán, pero pide que no haya un exceso de confianza.
"Nuestro grupo es joven, es su primer gran torneo. Creo que es un poco pronto para soñar con llegar a la cima. Para intentar ganar será mejor esperar a 2016, a la Eurocopa de Francia", explicó Kompany.
En el vestuario belga hay unanimidad de que se podría considerar un éxito alcanzar los cuartos de final en Brasil, tras más de una década fuera de la primera línea mundial.
