María Kodama, viuda del célebre escritor argentino Jorge Luis Borges, se sorprendió hoy al visitar el enorme laberinto de arbustos que ya crecen altos en San Rafael, y que dibujan el nombre y los símbolos preferidos de quien fuera su eterno amor y sus propias iniciales en una de las esquinas del diseño.
Kodama se encuentra en Mendoza donde ayer participó de la Feria del Libro 2016 en el Espacio Cultural Julio Le Parc de la capital, y hoy de la sede sur de este evento cultural en el Centro de Congresos de San Rafael, ciudad que alberga el Laberinto en honor a Jorge Luis Borges.
"Vine a recorrer este trabajo magnífico que han echo en la Estancia Bombal y a conocer la torre aérea de gran altura que se inauguró recientemente en el predio para poder apreciar el diseño laberíntico en altura", dijo Kodama.
Desde el sur de Mendoza, en la antigua finca Los Alamos construida en 1830 en Cuadro Bombal, en las afueras de la ciudad de San Rafael, un enorme recorrido de casi dos hectáreas hecho con 8.000 arbustos Boj (ingleses) sorprende a los visitantes tanto por el diseño de sus senderos como de toda la historia y belleza natural que lo rodea.
"A mí me emociona muchísimo todo esto que se pudo hacer aquí en San Rafael"
“A mí me emociona muchísimo todo esto que se pudo hacer aquí en San Rafael, luego de diez años de no haberlo podido hacer en Buenos Aires”, dijo la viuda de Borges, quien destacó que el paseo cultural es también "la continuación de algo que para mi es lo más importante del mundo, que es la amistad", en relación a la que tenían Borges y la escritora y dueña de casa ya fallecida Susana Bombal, a quien el escritor argentino solía visitar en estas tierras.
La heredera, protectora y difusora de la obra del gran escritor, presentó su libro `Homenaje a Borges, en el que reúne veinte de las conferencias que brindó en universidades e instituciones del mundo, en estos treinta años de ausencia del autor de El Aleph.
"Me enamoré de Borges por su ética y por su forma de escribir. Era una persona que tenía sus propias ideas y las defendía contra todo. Además no se dejaba seducir fácilmente", dijo ante el público mendocino. Kodama recordó que el afamado escritor "era irónico cuando era necesario" y "no era una persona soberbia, al contrario, era un hombre muy humilde".