La Cámara de Diputados convirtió esta noche en ley el proyecto del oficialismo que regula el recurso del "per saltum", habilitando a la Corte Suprema a intervenir en determinadas causas aunque no se hayan agotado las instancias ordinarias previas.
Tras siete horas de debate el proyecto fue aprobado por 195 votos contra 95, en un resultado que dividió al Frente para la Victoria y sus aliados de la totalidad del arco opositor.
La iniciativa comenzó a ser debatida pasado el mediodía con la presencia de 129 diputados, que el oficialismo reunió con sus propios legisladores y sus tradicionales aliados, ya que la oposición bajó al recinto una vez que el Frente para la Victoria llegó al quórum necesario para abrir el debate.
Al hablar como miembro informante del dictamen de mayoría, la diputada nacional kirchnerista Diana Conti aseguró que el proyecto "es un instrumento de defensa democrática" y precisó que se utilizará "sólo en causas federales, jamás salteando a los superiores tribunales provinciales".
"Lo estamos planteando como un recurso con características de excepcionalidad, recogiendo la mejor doctrina", enfatizó en el recinto la titular de la comisión de Asuntos Constitucionales de la cámara baja.
Otro de los oradores del oficialismo fue el presidente del bloque, Agustín Rossi, quien en el cierre del debate señaló que “Clarín no está detrás de la libertad de expresión“, sino que “lo que defiende es una posición hegemónica y una posición dominante dentro del sistema de medios de comunicación audiovisual“.
Desde el radicalismo, en tanto, Mario Negri, puso de relieve en el rechazo de la UCR al proyecto del oficialismo, al sostener que "no estamos frente a un hecho de gravedad institucional" y consideró que "estamos frente a un debate político".
Por el interbloque del Frente Amplio Progresista, el juecista Ernesto Martínez consideró que “existe el riesgo de convertir a la Corte en una comisión especial“.
El proyecto para regular el recurso del `per saltum está basado en un texto elaborado por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en 2002, cuando era senadora y fue impulsado en el Senado por Miguel Angel Pichetto.
La iniciativa había recibido dictamen días atrás en el marco de un plenario de comisiones que se desarrolló sin la presencia de los legisladores del radicalismo y del Frente Amplio Progresista (FAP), que se retiraron de la sala a poco de comenzada la reunión.