Argentina, junto a otros países que integran el G-77 más China, presentó hoy ante las Naciones Unidas una propuesta de convención para establecer un marco regulatorio que proteja los procesos de reestructuración de deudas de los ataques especulativos.
El proyecto para la redacción de la llamada "Convención Multilateral para la Reestructuración de Deudas Soberanas'', que cuenta con el respaldo de 130 países, se debatirá en la Asamblea General de la ONU el próximo 9 de septiembre, dijo en rueda de prensa el canciller Héctor Timerman.
Timerman dijo que el propósito de esta iniciativa es “tener un marco legal y justo que le dé a los países la posibilidad de restructurar sus deudas y que no se vean extorsionados por fondos buitres'', como llaman en Argentina a los inversores estadounidenses que litigaron contra el país en la justicia de Estados Unidos por bonos impagos desde el default de 2001.
La política de desendeudamiento que lleva adelante Argentina a partir de las reestructuraciones de su deuda en 2005 y 2010 se ha visto afectada por un fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa, quien ha bloqueado el pago de títulos hasta que el país sudamericano no cumpla con el pago al contado y de inmediato de 1.600 millones a fondos de inversión que le ganaron un juicio histórico.
"Un juez y tres millonarios (por los fondos de inversión demandantes) están complicando las reestructuraciones de deuda en el mundo. Argentina es un caso líder de cómo la insania del sistema financiero puede alterar el normal funcionamiento de los países soberanos'', aseguró el ministro de Economía, Axel Kicillof.
Por la orden judicial en Estados Unidos, Argentina fue declarada en default parcial o técnico por calificadoras de riesgo internacionales al cumplirse el 30 de julio el plazo para cumplir sus compromisos con aquellos bonistas que aceptaron títulos de menor valor a los emitidos antes de 2001.
El nuevo marco regulatorio que impulsa Argentina busca fijar para los países una norma semejante a la ley de quiebras que rige entre privados, por la cual si una mayoría de acreedores acepta una reestructuración de deuda ésta debe ser aceptada por la totalidad, con lo cual se cerraría la posibilidad de acciones legales de fondos especulativos.
Si bien hubo en el pasado propuestas similares que no prosperaron por el rechazo de Estados Unidos y Europa, Timerman consideró que el caso Argentino ha cambiado el escenario.
En caso que la Asamblea de la ONU vote a favor de establecer una convención sobre esta cuestión, luego de su redacción queda a criterio de cada país aceptarla o no.