Día histórico: la bandera de EEUU flamea oficialmente en Cuba después de 54 años

El secretario de Estado John Kerry presidió el histórico izamiento de la bandera de su país en la sede de la legación diplomática en la isla

Día histórico: la bandera de EEUU flamea oficialmente en Cuba después de 54 años

La bandera de Estados Unidos volvió a ondear este viernes en Cuba después de 54 años, tras ser izada en la embajada norteamericana en el Malecón de La Habana, en una histórica ceremonia encabezada por el secretario de Estado, John Kerry.

En su discurso al izar la bandera, Kerry pidió una "democracia auténtica" en Cuba y dejó claro que hay queda mucho camino por recorrer para el completo restablecimiento de las relaciones entre los dos países, enemigos durante más de medio siglo.

"Estamos convencidos de que los cubanos estarán mejor con una democracia auténtica, en que las personas puedan elegir a sus líderes con compromiso y justicia social", dijo Kerry, quien se convirtió en el primer secretario de Estado norteamericano que visita Cuba en siete décadas.

La bandera fue entregada a tres marines que la izaron por tres militares que la habían retirado en 1961, cuando ambos países rompieron lazos diplomáticos, mientras una banda del Ejército estadounidense interpretaba el himno nacional de ese país, marcando un punto de inflexión en el camino iniciado en diciembre cuando ambos países anunciaron la normalización de sus relaciones.

Kerry también destacó la decisión del presidente Barack Obama de pedir al Congreso estadounidense que levante el embargo económico a Cuba, impuesto en 1962, aunque afirmó que las autoridades cubanas también deben dar pasos al respecto.

"El embargo ha sido siempre una calle de doble vía", expresó Kerry en presencia de decenas de invitados en la ceremonia, entre ellos algunos cubanoestadounidenses llegados desde Miami.

"Ver ondear la bandera norteamericana en el Malecón de La Habana es un sentimiento tan profundo como el que sentí en Washington" cuando fue izado el pabellón cubano el 20 de julio, declaró  Hugo Cancio, uno de invitados cubanoamericanos, quien llegó a Miami con su familia en 1980, cuando tenía 16 años, en el éxodo de Mariel.

Kerry reconoció que "el camino hacia unas relaciones plenamente normales es largo, pero es precisamente por ello que tenemos que empezar en este mismo instante".

"Esto no significa que olvidemos el pasado. ¿Cómo podríamos? Al menos para mi generación, las imágenes son imborrables", añadió.

"Ya no enemigos, sino vecinos" 

Kerry destacó que la política de aislamiento hacia Cuba mantenida durante medio siglo por Washington, no funcionó, algo que ya había reconocido Obama en diciembre pasado.

"A pesar de décadas de buenas intenciones, las políticas del pasado no llevaron a una transición democrática en Cuba", indicó Kerry, quien también expresó que "después de todo, el futuro de Cuba depende de los cubanos".

"Estamos seguros que éste es el momento de acercarnos dos pueblos ya no enemigos ni rivales, sino vecinos", expresó al cerrar su discurso con varias citas en español.

Tras la ceremonia de izamiento de la bandera, Kerry partió a reunirse con el canciller cubano, Bruno Rodríguez. Durante su viaje, no se prevé que Kerry se reúna ni con el presidente Raúl Castro ni con su hermano Fidel.

Fidel Castro, un tibio defensor del plan de su hermano Raúl con Obama, lo puso claro sugiriendo que Washington debe pagar a Cuba "cuantiosos millones de dólares" por los daños causados por el embargo, en un escrito divulgado el jueves en ocasión de su 89 cumpleaños.

- Profundas diferencias -

Ambos países siguen manteniendo profundas diferencias. Sobre todo, en espinosos temas como los derechos humanos y la situación de los disidentes cubanos, pero también el pago de compensaciones o el fin del embargo, que solo puede aprobar el Congreso estadounidense.

Por la tarde Kerry sostendrá un encuentro a disidentes cubanos en la residencia del embajador estadounidense, sin acceso a la prensa.
Sin embargo, la jefa de las Damas de Blanco, crítica de la nueva política de Washington, adelantó que no asistirá a la reunión con Kerry: "como se trata de una recepción de bajo perfil, con discursos y ese tipo de cosas, no podemos perder el tiempo en eso", declaró la activista.

El precandidato presidencial republicano Marco Rubio, hijo de padres cubanos que emigraron a Estados Unidos, criticó que en la ceremonia no participaron "aquellas personas que han luchado en favor de la democracia en Cuba".

Organizaciones anticastristas en Miami repudiaron la visita de John Kerry para izar la bandera en la embajada estadounidense en La Habana como un "abandono" de la política de Washington de luchar por los derechos humanos en Cuba.

Cuba y Estados Unidos habían roto relaciones el 3 de enero 1961 en el fragor de la revolución castrista. Sin embargo, desde 1977 mantenían Secciones de Intereses bajo la protección de Suiza, una cooperación que Kerry resaltó en un breve encuentro en La Habana con el canciller helvético, Didier Burkhalter.

Paseo por La Habana vieja 

La visita de Kerry "marca el fin de 54 años de divorcio", dijo William LeoGrande, experto en Cuba de la American University en Washington.
Pero funcionarios de los dos países han reiterado que mantienen profundas diferencias, y se espera que en la reunión de cancilleres se recuerden los temas más espinosos, como los derechos humanos y la situación de los disidentes cubanos, pero también el pago de compensaciones o el fin del embargo comercial contra la isla, que solo puede aprobar el Congreso estadounidense.

Fidel Castro, un tibio defensor del plan de su hermano Raúl con Obama, lo puso claro sugiriendo que Washington debe pagar a Cuba "cuantiosos millones de dólares" por los daños causados por el embargo, en un escrito divulgado el jueves en ocasión de su 89 cumpleaños.

Kerry también tendrá un encuentro con el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Lucas Ortega, conocido por su labor sobre derechos humanos y la liberación de presos políticos, un interlocutor privilegiado del gobierno comunista.

Y aún con el poco tiempo libre, Kerry dijo que espera no marcharse sin antes dar un paseo por las calles de postal de La Habana Vieja.
Un encuentro con Raúl Castro o Fidel "no está en la agenda", aclaró el jueves un portavoz del Departamento de Estado.

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