El ministro Martín Kerchner tuvo dos reuniones, en dos ámbitos distintos, con el mismo objetivo. La primera fue un almuerzo en un barrio que conserva cierta impronta francesa con la Oficina de Asuntos Exteriores de Guangdong, una suerte de cancillería de la provincia que tiene como capital a Guangzhou, la ciudad a la que arribó la delegación el jueves casi a la medianoche.
El objetivo es estrechar vínculos desde lo político porque en este país es el gobierno del PC el que marca el rumbo a los empresarios y habilita posibles negocios con otros estados. Si el poder político impulsa, consiente, apoya, entonces es más posible que las inversiones chinas apunten a Mendoza y también se abran las puertas a nuestros productos.
El otro encuentro fue en el corazón del distrito financiero, una selva de torres impactantes. Allí, en la sede del ICBC, Kerchner expuso ante clientes importantes del banco las ventajas de Mendoza y les habló de petróleo y gas no convencional, potasio, software, turismo y energías renovables, entre otras como posibles áreas de inversión. El nexo fue el gerente regional e Interior en Argentina, Javier Lupiáñez.
Tras la exposición, como para demostrar de qué hablaba, hubo una degustación de varias etiquetas mendocinas acompañadas por delicatessens chinas. Los hombres y mujeres de negocios de esta ciudad no quisieron irse sin probar los vinos Rutini, Balbo, Norton, Los Haroldos, entre otros, y aprovecharon a hacer contactos más informales con los funcionarios provinciales para saber más. Particularmente, generó esperanzas un empresario interesado en el área de energías renovables, que prestó particular interés a todo lo referido al tema en la exposición.