Lima. En la elección presidencial más reñida de Perú en 54 años, la diferencia se estrechó ayer cuando Keiko Fujimori, hija del ex presidente preso por asesinato y corrupción, ganó terreno en el recuento de votos rurales y del extranjero frente a su rival, el veterano economista del Banco Mundial Pedro Kuczynski quien seguía primero.
La mínima diferencia que favorece a Kuczynski sobre Fujimori era de 55.359 votos la tarde de ayer. Con el 99% de actas procesadas, Kuczynski tenía el 50.16% de votos y Fujimori el 49.83%. La organizadora electoral informó que falta llegar 553 actas electorales de zonas remotas y 1.691 del extranjero aunque cree que mañana tendrán la totalidad en el centro electoral.
La reñida elección sólo es superada por la de 1962, cuando los dos candidatos presidenciales finalistas tenían una diferencia de 12.000 votos. Para impedir el triunfo del candidato que se encontraba primero en el conteo, las fuerzas armadas tomaron el control del país y en 1963 volvieron a convocar elecciones.
El premio Nobel de literatura peruano Mario Vargas Llosa, crítico del fujimorismo, en declaraciones a la prensa en Madrid, expresó la “esperanza es que la ligera ventaja que tiene Pedro Pablo Kuczynski se confirme porque creo que con él al frente del gobierno del Perú estos años de progreso de fortalecimiento de las instituciones democráticas tendrían un respaldo, que no sería el caso si la hija de uno de los peores dictadores que hemos tenido en nuestra historia ocupara el poder con el voto de los peruanos”.
Alrededor de 1,5% de las papeletas escritas a mano recibidas en los centros de votación están siendo impugnadas y enviadas a un jurado electoral especial para que se decida la validez de los votos y luego retornen a ser contabilizadas por el organismo electoral.
Los dos candidatos guardan silencio a la espera de los resultados definitivos aunque sus asesores comenzaron a trabajar para posibles alianzas en el Congreso, donde el partido Fuerza Popular de Fujimori tiene una sólida mayoría con 73 de los 130 bancas. La formación de Kuczynski tiene solo 18, menos incluso que la principal alianza de izquierdas del país.
Aunque el equipo de Kuczynski dice estar listo para trabajar con todos los grupos, legisladores fujimoristas se mostraron afectados luego el economista insinuó que estaban ligados al narcotráfico y eran asesorados por el ex jefe de espías del gobierno de Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos, quien purga 25 años de prisión por asesinato.
Si Kuczynski logra mantener su ventaja, culminaría un giro sorprendente. Fujimori se impuso a un abanico de 10 aspirantes en la primera vuelta de los comicios celebrada en abril y lideraba las encuestas previas a la votación del domingo.
El lunes, Kuczynski -a quien se le conoce por sus iniciales “PPK”- salió al balcón de su casa en un exclusivo barrio de Lima, junto con su esposa. Ensayó unos pasos de baile pero dijo que no se pronunciará hasta contar con los resultados finales.
Desde el campamento contrario, Keiko Fujimori, de 41 años, pasó gran parte del día en su local de campaña y sostuvo reuniones con sus congresistas y voceros durante la jornada. Aunque sus portavoces estaban optimistas. el congresista fujimorista Héctor Becerril pareció admitir la derrota al decir a la prensa el lunes: “El sueño del fujimorismo no ha terminado, simplemente se pospone”.
Paciente espera
Según comentó en RPP TV el experto en temas electorales Julio César Castiglioni, el voto rural -que suele ser favorable al fujimorismo- ya ha sido contado casi en su totalidad, mientras que el voto desde el extranjero no va a modificar las cosas, por lo que es difícil cambiar la tendencia.
El jefe de la ONPE, Mariano Cucho, pidió aguardar con prudencia los resultados, que se conocerían en su totalidad por lo menos en dos días más.
"PPK", ex banquero de Wall Street y ex ministro de Economía, es consciente que en caso de victoria deberá tender puentes con el fujimorismo, que controla 73 de los 130 escaños del Congreso que asume el 28 de julio y donde su partido tiene sólo 18 integrantes.
Denuncias de lavado de dinero contra el ex secretario general del fujimorismo Joaquín Ramírez, y el intento por desacreditar esa acusación por parte de su candidato a la vicepresidencia, José Chlimper, perjudicaron a Keiko y evocaron viejas épocas del gobierno de su padre, donde campeó la corrupción y la compra de voluntades.