Su idioma materno era el japonés, pero domina como pocos el de Shakespeare. Kazuo Ishiguro llegó casi por casualidad a la literatura, con la que obtuvo ayer el Nobel de la Academia Sueca, como el año pasado lo hiciera su "héroe" Bob Dylan.
Nada parecía predestinar al autor de siete novelas, traducidas a numerosos idiomas, a convertirse en un maestro de las letras inglesas, a las que llegó por azar.
Nacido en 1954 en Japón, en Nagasaki, ciudad devastada por una bomba atómica lanzada por Estados Unidos en 1945, Kazuo Ishiguro llegó a Inglaterra a los cinco años cuando su padre, oceanógrafo, había sido contratado para trabajar temporalmente.
Pero Kazuo no regresó a Oriente y se casó con una escocesa, con la que tuvo una hija.
Este ex trabajador social de 62 años afirma que la literatura llegó por azar a su vida, tras realizar un curso de escritura creativa en la universidad de East Anglia (en Norwich, este de Inglaterra).
“Esto puede sonar como algo muy aburrido, pero (la escritura) no era necesariamente lo que quería hacer”, había confiado al Financial Times en 1995.
Graduado en Filosofía y Literatura en la universidad de Kent, él soñaba más bien con convertirse en un cantante pop (con letras poéticas) como Bob Dylan. "Incluso, toqué la guitarra en los pasillos del metro parisino en 1975", comentó al suplemento literario del diario Le Figaro, en 2001.
"Con chaqueta de pana"
En 2015, confesaba al diario The Guardian: “Yo me veía como una especie de músico, pero llegó un momento en que me dije: en efecto, no soy yo. Yo soy mucho menos glamoroso. Soy de ese tipo de personas que visten chaqueta de pana con coderas”.
Letrista de la cantante de jazz Stacey Kent, sin embargo, nunca le dio la espalda a la música.
Ishiguro publicó su primer libro, Pálida luz sobre las colinas, en 1982. El último apareció en 2015, El gigante enterrado.
Su obra refleja su doble cultura, aunque él se reivindica como un autor occidental. Su obra está marcada por temas como la memoria, el tiempo y la ilusión. Es más, le irrita que algunos de sus libros, entre los cuales los dos primeros recreados en Japón, hayan sido percibidos más como reconstrucciones históricas que como ficciones universales.
"Ha revelado, en novelas de una poderosa fuerza emocional, el abismo que hay bajo nuestro ilusorio sentimiento de confort en el mundo", comentó la secretaria vitalicia de la Academia Sueca, Sara Danius, en el momento del solemne anuncio del Nobel. "Si mezclamos a Jane Austen con Kafka, obtenemos a Kazuo Ishiguro", señaló.
Modestia
Calificada como “obra maestra” por la Academia Sueca, su novela más conocida, Los restos del día o Lo que queda del día (1989), llevada al cine en 1993 por James Ivory, con la actuación de Anthony Hopkins y Emma Thompson, fue laureada con el prestigioso Man Booker Prize, que premia a obras escritas en inglés.
Recién instalado en Londres, escribió esa novela en apenas cuatro semanas, tras imponerse una estricta disciplina de trabajo para escapar a las distracciones derivadas de su notoriedad.
“No hacía otra cosa que escribir desde las 9 hasta las 22.30, de lunes a sábado. Me tomaba una hora para almorzar y dos para cenar”, contaba.
No se trataba solamente de trabajar más, sino también de alcanzar “un estado mental en el cual mi mundo ficcional se volviera para mí más real que el mundo actual”, se explicó.
A pesar de una carrera recompensada con numerosos premios literarios, Kazuo Ishiguro, quien habitualmente viste de negro, cultiva la discreción y la modestia. Esto a pesar de haber recibido la Orden del Imperio Británico en 1995, y haber sido designado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras en Francia, en 1998.
“De cierta manera me siento molesto por haber recibido esta distinción, en tanto muchos grandes escritores vivos aún no lo han recibido”, dijo a la prensa desde su domicilio londinense. “Es increíble y totalmente inesperado”, agregó, afirmando que al principio creyó que se trataba de “una broma”.
“A muy pequeña escala, espero que ciertos temas que he intentado abordar en mi trabajo (...), la manera en que los países y naciones recuerdan su pasado y cómo con frecuencia entierran los recuerdos incómodos (...) sean de alguna utilidad en el ambiente actual” de incertidumbre en el mundo.
Una fructífera relación con el cine
El flamante ganador del premio Nobel, Kazuo Ishiguro, autor de Lo que queda del día -la historia de un mayordomo británico que vive una apasionante historia de amor en el marco de la Segunda Guerra Mundial-, obtuvo en 1993 el premio Booker cuando su obra se estrenó en los cines. Interpretada por Anthony Hopkins y Emma Thompson, la historia fue nominada a ocho premios Oscar y le valió a Hopkins el premio del BAFTA como mejor actor.
Previamente, Ishiguro había escrito los guiones de otras dos tv-movies (películas de televisión): A Profile of Arthur J. Mason y The Gourmet.
"Mi vocación es escribir novelas. Para mí es un trabajo a tiempo completo, mientras que en el caso de los guiones de cine soy una especie de amateur entusiasta", sostuvo el escritor británico de origen japonés, en una entrevista concedida tiempo atrás a la web WritersWrite a la vez que agregó: "En el cine, la historia la cuentan principalmente las imágenes y la música" pero, "en la novela, las palabras son todo lo que tienes".
En 2010, el director cinematográfico Mark Romanek llevó a la pantalla grande su incursión en la ciencia-ficción con la novela distópica Nunca me abandones (2005), sobre tres amigos -Keira Knightley, Carey Mulligan y Andrew Garfield- que viven en un internado donde nada es lo que parece.
Según medios británicos el productor de No Country for Old Men, Scott Rudin, compró los derechos para adaptar al cine su más reciente novela, El gigante enterrado, publicada en 2015. El Nobel de Literatura es autor también del guión original del musical The Saddest Music in the World, protagonizado por Isabella Rossellini y María de Medeiros.
Qué leer
La obra novelística de Kazuo Ishiguro ha sido editada en español y goza de buena distribución en la Argentina.
El sello que posee los derechos es Anagrama y por ese sello español se han publicado libros que pueden conseguirse en las librerías locales.
Los tres títulos indispensables son: Los restos del día ($ 265), Pálida luz en las colinas ($ 265) y El gigante enterrado ($ 395).