Pedro Moya (38) -un policía que presta servicios en el grupo especial GES- comenzó a ser juzgado por homicidio en exceso de legitima defensa: durante un allanamiento le dio 14 balazos con una ametralladora a Maximiliano Ríos (16), un adolescente que estaba en su habitación armado, donde también dormía su hermanito de 10 años.
El uniformado es juzgado desde ayer en la Cuarta Cámara del Crimen y podría recibir una pena que va de los 6 meses a los 5 años de prisión, de ser encontrado culpable.
"Es un caso que se presenta muy complicado. Desde ya hay dos versiones de los hechos: los policías dicen que el chico gatilló dos veces y después le dispararon. En cambio la familia dice que el policía entró a la habitación y disparó directamente", explicó ayer una fuente judicial que conoce la causa.
La calificación de "exceso de legitima defensa" está marcada por el hecho de que el policía del GES estaba armado con una ametralladora 9 milímetros y disparó contra el chico una ráfaga de 14 disparos, más de la mitad de lo que puede cargar el arma (25 proyectiles).
En la habitación del joven se encontró un revólver calibre 22 que tenía las 6 balas, es decir que nunca fue disparado. Durante la investigación, ni el ministerio de Seguridad ni el Poder Judicial dieron a conocer la cantidad de disparos realizados por los uniformados. El cuerpo del chico presentó 15 impactos (una de las balas le dio en un brazo y luego en el cuerpo).
La versión familiar
Ayer, durante la primera de las tres jornadas en que se desarrollará el debate, declararon los familiares del joven Ríos, asesinado el 10 de agosto del año pasado en el barrio Estación Espejo (más conocido como Cinco Mil Lotes).
Sin duda el testimonio más importante fue el del hermano de la víctima que se encontraba en la habitación donde se produjo el homicidio.
El chico explicó que estaban durmiendo y que los policías ingresaron tras patear la puerta y uno de ellos disparó contra su hermano, que estaba en la cama y ni siquiera les apuntó.
En la madrugada del 10 de agosto de 2015, unos 15 policías de la unidad de Las Heras -apoyados por 12 efectivos del GES- realizaron una serie de allanamientos en algunas viviendas del barrio Estación Espejo.
En ese momento había una pelea entre dos familias de la zona, que había llegado al extremo de producir algunos tiroteos callejeros.
Cerca de las 6.45, luego de realizar tres allanamientos, los policías irrumpieron en una vivienda ubicada cerca de México y Galigniana, donde buscaban a un hermano del chico muerto por abuso de armas.
Cuando entraron, encontraron a siete personas -niños y mujeres, incluso- y en una de las habitaciones estaba Maximiliano y un hermano menor.
La versión policial que trascendió en ese momento fue la siguiente: "Irrumpió personal de grupo táctico y encontró al muchacho en una habitación esgrimiendo un revólver. Uno de los uniformados disparó, primero en el brazo y después en el pecho".
El debate continuará hoy, cuando declaren testigos de ambas partes.
