Una escena de crimen alterada con agua, un arma que aparece dos días después del homicidio, el cuerpo de la víctima sin manchas de sangre a pesar de haber sido apuñalado. Estos son algunos de los "llamativos" indicios encontrados en la habitación donde fue asesinado Carlos Pelayes (50) por cuya muerte está siendo juzgada Claudia Cortez, una mujer de 49 años que padece cáncer y fue víctima de violencia de género.
Ayer, durante el debate, los 12 jurados del tribunal popular escucharon con atención a Jimena Palacios, la oficial de Policía Científica que trabajó en el caso. Palacios ofreció una "interpretación criminalística" de la escena del crimen, según los elementos encontrados, aunque marcó que la habitación se "preservó" recién cuando llegaron sus compañeros.
La especialista explicó que el cadáver no tenía signos de haberse defendido del ataque ni en la habitación se encontraron el desorden y las roturas típicas de las peleas.
Pero, a la vez, anuló su relato porque cuando se le preguntó si la escena fue manipulada respondió afirmativamente ya que cuando llegaron “había mucha gente”.
"Había signos de limpieza. Había sangre detrás de la puerta y también afuera y adentro de un balde", dijo cuando el fiscal Fernando Guzzo le mostró las fotos tomadas por Científica.
“Cuando llegué, el cuerpo estaba como mojado; alguien me dijo que le habían tirado agua para reanimarlo”, afirmó el policía que llegó primero a la casa ubicada México al 2200 de Godoy Cruz.
El cuchillo escondido
Los peritos "dieron vuelta la casa" para buscar el cuchillo utilizado en el crimen. El testigo que fue convocado por Policía Científica -un vecino- también declaró ayer y aseguró que "desarmaron hasta el ropero".
Sin embargo, dos días después lo volvieron a convocar porque habían encontrado el cuchillo en la misma habitación que había sido requisada detalladamente. “Estaba envuelto en un short de dama, detrás de la mesa de luz. Tenía manchas de sangre”, declaró el vecino.
¿Y la sangre?
Según la acusación, Pelayes murió por una herida en la parte interior derecha del tórax a la altura del tercer espacio intercostal que le lesionó la pleura parietal visceral, el pulmón derecho y la aorta ascendente, ocasionándole la muerte.
La herida se hizo con un cuchillo Tramontina y dejó un orificio importante, a juzgar por las fotos que fueron mostradas ayer.
Todo hace presumir que el cuerpo se limpió pero sobre este asunto nada se explicó, al menos hasta ayer al mediodía.
Lo cierto es que cuando los hijos del matrimonio llamaron al 911 denunciando una muerte por causas naturales, los médicos que llegaron, al ver a Pelayes tirado en el piso, optaron por tratar de reanimarlo. Le subieron la remera pero nunca vieron la herida y se fueron sin detectar el puntazo en el pecho.
Ayer también declararon los hermanos de la acusada, quienes sostuvieron que la mujer siempre fue maltratada por su marido, un hombre que siempre abusaba de las drogas y el alcohol, que no trabajaba y que delinquía. Se espera que hoy la fiscalía y la defensa realicen sus alegatos finales y luego el tribunal se reúna para emitir un veredicto que, se promete, puede ser polémico.