Juventud Mendocina: un club de barrio con perfume de mujer

El Club Juventud Mendocina, cuyo nacimiento fue hace 80 años, volvió a respirar. Es la única institución deportiva del país que sólo se dedica al básquetbol femenino. Histórico. Hoy, cuenta con 60 jugadoras federadas. Aún no cumple 6 meses desde su recons

Juventud Mendocina: un club de barrio con perfume de mujer

Como si fuera como el film "Luna de Avellaneda", esa película  de Juan José Campanella que se estrenó en el año 2004 y estalló en los corazones de todas esas personas que algunas vez pisaron un club de barrio.

Época de oro con innumerables actividades deportivas y culturales. Años más tarde, crisis. Menos socios, ingresos magros, desaparecen las actividades. Adiós al sentido de pertenencia. Adiós a la pasión. Chau club, ese rincón, que supor robar sonrisas de miles de familias, se convierte en un baldío. Un lugar abandonado.

Sin embargo, mientras exista un aro de básquet, la llama por el amor al deporte continúa prendida. Alumbra poco, pero hay luz. Y hay que aprovecharla. Un socio, llama a otro socio. Y este a otro. Así sucesivamente. Los clubes nos imprimen identidad, sentido de pertenencia. Defendemos unos colores y creemos en valores, en nosotros mismos.

Y esto sucedió con el Club Social y Deportivo Juventud Mendocina. Una institución histórica que tiene 80 años y que tras estar al borde del abismo volvió a resurgir.

En la actualidad, es un club que respira básquet femenino. Es más, es considerado el único club sólo de básquet femenino en el país. Otro no existe. Ubicado en un lugar de privilegio, calle Perú 3228, de Ciudad. En el límite norte de la capital mendocina.

Y el básquet te permite estas cosas. Revivir un club. Amistad, respeto, solidaridad, son valores que están inhatos a la práctica de este deporte. Se aprenden en el juego. No se enseñan. Se transmite en un pase, un lanzamiento, en un sistema defensivo. El Club Social y Deportivo Juventud Unida respira. Tiene vida. Hoy, hay pelotas naranjas por doquier. Este sueño arrancó en febrero con 30 niñas y en la actualidad son casi 70 las chicas que se divierten jugando al básquet. El objetivo trazado a corto plazo: terminar el año con 100 princesas. Histórico.

Mucho tuvo que ver la llegada del entrenador Mauricio Sotomayor, profesor que se crió en el club Petroleros YPF y que desde las entrañas de su familia respiró esta disciplinas. Pero, Mauricio Sotomayor no está sólo. Para nada. Existe un grupo de padres, que colaboran a diario y le dedican horas muchas horas de sus días, para que el club vuelva a sonreir. Hoy, es una institución deportiva diferente.

“Es otro club”, comentan los vecinos. Lunes, miércoles y jueves, la cancha de básquet explota de jugadoras. Ni hablar los fines de semanas, cuando Juventud Mendocina juega de local en el Gimnasio N°2, La Fortaleza de calle Alpatacal. Esas tribunas explotan. Casi que ningún partido de primera, tanto masculino como femenino, llevan tanta gente. Hoy, el equipo de calle Perú, está compitiendo en tres categorías: premini, mini y U14 y la Reserva.  En breve, se vendrá el U14 B. Una evolución que asombra a propios y extraños.

Más Deportes fue testigo de un día normal de entrenamiento en el club Juventud Mendocina. Aroma a familia, a pasión, a deporte. Es que muchas chicas de las que entrenan tanto en mini como en U14, tienen un pequeño descanso y entre el final de una práctica y el arranque de otro entrenamiento, tienen su merienda con frutas, leche, jugos, sopaipillas. Algo único y casi no visto en los clubes de Mendoza. Las familias de las jugadores se organizaron y formaron subcomisiones de trabajo. Conformaron una gran familia donde cada papá o mamá cumplen una función. Se realizan a diario trabajos de electricidad, pintura, refrigerios, jardinería, albañilería, etc. Hoy, el club cuenta con dos tableros de acrílicos nuevos, con aros rebatibles, cancha pintada, baños refaccionados. Existe un comedor, churrasqueras. El club no es grande, pero ya tiene un corazón gigante.

Mauricio Sotomayor, el entrenador y cabeza de este proyecto deportivo, con lágrimas en los ojos, explicó este fenómeno: “Es como una revolución. Lo de este club emociona a diario. Estabamos en Pacífico con muchas chicas. Los padres, tuvieron la intención de armar algo aparte. Una cuestión más personal. Y llegó la posibilidad de arrancar en el club Juventud Mendocina”.

Sobre cómo se animó a encarar este proyecto y cómo encontró el club, el DT, aseguró: “Hace nueve años que trabajo con el profesor Diego Chaves. Era un desafío nuevo.

Llegamos al club y era un baldío abanadonado. Sin embargo, esa situación hizo que los padres y madres tomaran más fuerza.

Comenzaron a trabajar de manera incansable. Movieron montañas. Sólo había un tablero de básquet destruído. Qué hicieron? Lo reciclaron. Le pusieron un porcelanato y ahora es la mesa de control. Una maravilla. Cómo estas cosas hay miles para contar. Todos los días surge algo nuevo. Mientras las chicas entrenan, alrededor de la cancha, se solucionan muchas cosas. Es trabajo en equipo formidable. Qué tiene la familia y al básquet, agarrados de la mano”.

Con respecto a cuáles son los objetivos que se han trazado a corto y largo plazo, el ex jugador de Petroleros YPF, afirmó: "Queremos terminar el año con 100 chicas que representen el club. A largo plazo, queremos que un club de básquet femenino en todo su esplendor.

Más allá de los social, la evolució deportiva también es un desafío. Existe una planificación de trabajo en cada una de las categorías.

Existe una evolución lógica en el juego en cada una de ellas. Mejorar el rendimiento. Ahí está una de las mayores metas. Apuntamos a la masificación, sin descuidar la calidad del trabajo, la parte humana y social”.

Llegó el momento de explicar cómo se mantiene el club, Sotomayor, comentó: “Con la mano en el corazón, toda la gente que viene acá, entiende la situación por la que atraviesa la institución. Más allá del valor de la cuota mensual, los padres terminan aportando un dinero extra. Muchos donan sus servicios como electricidad, albañilería, pintura, jardinería, etc. Todos hacen su aporte. Hoy, existe una movida muy grande de infraestructura. Tenemos el orgullo de contar que el club Weber Bahía Basket, que actualmente compite en la Liga Nacional, nos regaló dos tableros portátiles. Padres que donaron juegos de camisetas. Ahora, estamos esperando las camisetas alternativas. Todo se hace a pulmón. Obvio, tiene un sabor especial”.

Mauricio Sotomayor, también habló sobre lo que siente cada vez que pisa el club: “Es emocionante la evolución de este proyecto. Nada se tira, todo se transforma.El acompañamiento de los padres es fundamental. Ellos son parte de esto. Pieza fundamental”.

Por último, el padre de esta criatura, que crece a pasos agigantados, explicó: “Juventud Mendocina, respira básquet. La mujer tiene un espacio personal. Es su lugar. Lo deportivo y lo humano siempre estan unidos. Por ejemplo: las niñas de premini y mini, terminan el entrenamiento y juegan a las escondidas hasta que sus padres las pasen a buscar”.

Juventud Unida está de pie. Retumban los piques de los balones naranjas. Hay ruido a red. Es un triple o un doble. El juego está en marcha. En esta oportunidad, que nunca más, aparezca la chicharra final.

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