La justicia rusa continúa anunciando este miércoles el fin de las acciones judiciales contra los militantes de Greenpeace, entre ellos, una argentina y una brasileña, acusados de "vandalismo" por una acción de protesta en el Ártico y amnistiados por una nueva ley del parlamento ruso.
La comisión de investigación rusa en San Petersburgo convocó en sus locales a todos los miembros de la tripulación del navío 'Arctic Sunrise', comunicándoles a lo largo de la jornada que se abandonaban las acusaciones contra ellos, indicó Greenpeace en un comunicado.
"Ahora se enfrentarán a una nueva dificultad, la de obtener las visas de salida en sus pasaportes para que aquellos que no son rusos puedan salir del país y reunirse con sus familias", apuntó la organización.
En su cuenta Twitter, la organización anunció el cierre de los procesos contra varios militantes, entre ellos, el capitán estadounidense del navío Peter Willcox, la argentina Camila Speziale o la brasileña Ana Paula Maciel.
Los anuncios del fin de las acciones judiciales del resto de la tripulación podrían conocerse a lo largo de la jornada, según la organización.
El martes la comisión de investigación notificó ya al británico Anthony Perrett el final de la investigación contra él.
"El abandono de las investigaciones es un inmenso alivio", dijo Perrett en una entrevista a la radio BBC, quien indicó su esperanza de abandonar el territorio ruso a principios de la próxima semana.
De la tripulación, 26 personas no son rusas. Sin la visa de su pasaporte que certifica su entrada legal en el país, hasta el momento los militantes ecologistas no pudieron abandonar el territorio ruso.
Según Greenpeace, una reunión tendrá lugar el miércoles con los servicios de migración, por lo que los militantes podrían "abandonar Rusia en los próximos días".
Los treinta miembros de la tripulación del navío, entre ellos dos argentinos y una brasileña, fueron detenidos en septiembre tras una acción contra una plataforma petrolera de Gazprom en el Ártico. Tras ser trasladados a San Petersburgo, fueron puestos en libertad bajo fianza en noviembre.
Imputados en un primer momento por piratería, un crimen castigado con hasta 15 años de cárcel máximo, finalmente fueron inculpados por vandalismo, un delito que se castiga con una pena de hasta siete años de cárcel.
Los treinta miembros de la tripulación del barco de Greenpeace habían firmado el lunes un documento en el que no se oponían a la ley de amnistía, aprobada la semana pasada por el parlamento ruso.