El oficialista Lenín Moreno tomó posesión de la presidencia de Ecuador con la promesa de ser austero en su plan de fortalecer el modelo del socialismo del siglo XXI, la huella que deja Rafael Correa.
“Firmaré un decreto ejecutivo de austeridad en el gobierno. Todo gasto, toda inversión pasará por un filtro objetivo de necesidades ciudadanas”, manifestó Moreno ayer, en su primer discurso como mandatario.
“Vamos a sostener la dolarización” de la economía, implantada en marzo de 2000 en medio de una crisis bancaria, añadió.
Moreno, de 64 años y que sufre una paraplejia, fue juramentado para un periodo de cuatro años por José Serrano, titular de la unicameral Asamblea Nacional, controlada aún por el oficialismo.
Correa ovacionado
Correa, ovacionado varias veces durante la ceremonia y a quien se le escaparon algunas lágrimas, le colocó la banda presidencial ante una decena de mandatarios latinoamericanos, entre ellos los de Argentina, Bolivia, Colombia y Perú.
Respaldado por la temporal bonanza petrolera, Correa privilegió la inversión social, mantuvo subsidios energéticos y amplió los bonos económicos para los pobres durante la década que gobernó a Ecuador.
Pero su “revolución ciudadana” afronta ahora dificultades económicas. La deuda externa trepó en 150% (a 25.680 millones de dólares, 26,3% del PBI) en la última década, según cifras oficiales.
Para el politólogo Simón Pachano, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Quito, la perspectiva para Moreno “va a ser muy difícil sobre todo por la situación económica”, que llevó al país a la recesión en los últimos trimestres, aunque Correa indicó que la economía está en proceso de recuperación.
Pachano duda que el nuevo presidente logre mantener los niveles de inversión social de Correa, que redujo la pobreza de 36,7% en 2007 a 22,9% en 2016 y la miseria de 16,5% a 8,7%.
Sin embargo, las expectativas de las clases bajas se mantienen intactas. “Ojalá Lenín me ayude para tener mi casa. No quiero todo regalado, necesito que den comodidades para pagar”, manifestó Isabel Trellas, de 61 años.
Moreno, quien planteó que quienes más tienen más contribuyan, prometió una “implacable” lucha contra la corrupción y “entregar en el año 2021 un país con mejores resultados”.
Su gabinete, que asumió anoche durante unja ceremonia pública frente a la casa de gobierno en Quito, está integrado por empresarios, dirigentes sociales y funcionarios de Correa, como María Fernanda Espinosa y Miguel Carvajal, quienes volverán a ser canciller y ministro de Defensa, respectivamente.