Los 127 diputados electos el 27 de octubre juraron ayer sus cargos en la Cámara baja nacional en la reunión preparatoria en la que además fueron elegidas las autoridades del cuerpo por dos años más.
En tres tandas, juró primero el trotskista Nicolás del Caño (FIT); luego lo hicieron los radicales Julio Cobos, Luis Petri y Patricia Giménez y, por último, el peronista K, Alejandro Abraham. Cobos fue, por lejos, el opositor más silbado y chiflado por las barras del kirchnerismo -seguido de cerca por Elisa Carrió- y también -junto al bonaerense Sergio Massa- el dirigente más reclamado por la prensa apostada en el Congreso.
En tanto, el joven Del Caño protagonizó una protesta desde su banca al impugnar la jura de los 9 legisladores de Córdoba ya que el FIT reclama judicialmente una banca que quedó en manos de la UCR de esa provincia. Con un duro discurso -en un momento le cortaron el micrófono- y una pancarta roja que denunciaba el robo de la elección cordobesa, Del Caño se hizo notar.
Jura y controversia
Los tres radicales mendocinos debieron esperar a que quien presidía la sesión, el oficialista Juan País, lograra poner orden en las bandejas del segundo y tercer piso, donde estaban ubicados los militantes K que, como en otras ocasiones, cantaban “Cobos traidor”. Una vez que hubo algo de calma, el ex vicepresidente opositor, Petri y Giménez (quien fue electa vicepresidenta segunda del cuerpo) juraron con sus manos en la Biblia.
Del Caño se sumó al bloque del FIT, integrado por el bonaerense Néstor Pitrola y el salteño Pablo López. Desde la última fila, los tres marcaron posiciones diferenciales al pedir que los legisladores por Córdoba no asuman hasta que la Corte Suprema nacional resuelva el caso o abstenerse en la elección de las nuevas autoridades del cuerpo “ya que representan la agenda política de los partidos y nosotros expresamos la de los trabajadores”.
El trotskista juró por “el socialismo, las memorias de Mariano Ferreyra y de Julio López, los 30 mil desaparecidos, la clase obrera y los caídos por los crímenes de la Triple A”.
El guaymallino Abraham juró al final y eligió sentarse con el sindicalista petrolero de Mendoza, Juan Dante González y el principal referente de José Luis Gioja en la Cámara baja, Daniel Tomas.
Cuando finalizó la sesión, Cobos atendió a la prensa y castigó a la Casa Rosada por dudas en el envío de gendarmes a Córdoba, que se negó, se anunció y finalmente no se concretó. “La Nación debe tomar cartas. (Jorge) Capitanich está desperdiciando todo el crédito que le habíamos dado. Lo cierto es que no puede apelar a un llamado telefónico si sí o si no. Acá hay que actuar de oficio. Córdoba pertenece a Argentina”, sostuvo y mostró que quiere ser un opositor férreo al kirchnerismo.
Cuando Los Andes le preguntó por los chiflidos que debió soportar al jurar, opinó: “No esperaba otra cosa; veníamos preparados. Me parece que en la política hay que hacer docencia y si a una sociedad no le va bien en educación entonces los ejemplos sirven. Se desvirtuó un acto que debe tener solemnidad y cuando se agravia a un diputado se agravia a quien está representando, a quien lo votó”. Sus compañeros de bloque, Petri y Giménez, acotaron: “Julio es el opositor más firme y el kirchnerismo lo sabe. Creo que quedó claro y esto nos da mucha fuerza”.
Del Caño, en tanto, también habló con la prensa nacional. Junto a sus dos compañeros del FIT propuso una agenda parlamentaria distinta y pasos inmediatos como “oponernos al Código Civil retrógrado que votó el Senado, apoyar la despenalización del aborto y cambiar las leyes laborales de flexibilización y ajuste”.
