En febrero de 2009, la comuna de Junín presentó un proyecto para construir casas baratas, destinadas a familias de escasos recursos que, con solo $ 20.000 de presupuesto, el municipio cubría los costos de materiales y también la mano de obra de una vivienda de 54 m2 cubiertos.
Aunque parte del secreto de lo económico de las casas tenía que ver con que el proyecto no incluía la compra del lote ni su urbanización, enseguida despertó polémica con el gobierno provincial y hasta el enojo de las autoridades del IPV, cuyas viviendas costaban cinco veces más que los flacos números que manejaba el intendente Mario Abed.
Pasó el tiempo, otros departamentos como Rivadavia copiaron la idea y poco a poco la polémica se fue desinflando, aunque Junín nunca abandonó la construcción de sus casas baratas, de las que a esta altura ya lleva entregadas 140 unidades en todo el departamento y está levantando otras 60 más. El tema es que por la inflación vigente, los costos de material y mano de obra se dispararon y hoy cada vivienda económica le cuesta al municipio $ 125.000.
"Seguimos con aquel proyecto que armamos en 2009, pero lamentablemente a un costo mucho mayor, tanto para nosotros que hacemos las casas como para la familia propietaria que tendrá que pagar la cuota, y todo es culpa de la inflación que no perdona", señaló el intendente Abed y completó: "Después de tanto tiempo tenemos el proyecto muy aceitado, conseguimos en el mercado buenos precios de materiales, pero igual las casas son un 500% más caras por la inflación y hoy construir una nos cuesta $ 125.000".
Para febrero de 2009, hacía dos años que en Junín el IPV no construía una sola vivienda, y entonces la comuna presentó en sociedad su programa de casas baratas destinadas a las familias de menos recursos. Así, con un presupuesto de $ 20.000 (15.000 para materiales y 5.000 para el pago de dos albañiles), la comuna financió la mano de obra y los materiales para levantar una casa de 54 m2, antisísmica y en regla con las normas de edificación vigente.
En aquel momento se habló de un proyecto "de emergencia" con el que se beneficiaría a un total de 80 familias, pero lo cierto es que el programa siguió vigente hasta la actualidad, con la entrega de 140 viviendas y otras 60 en construcción, 32 de ellas en calle Caballero, una zona rural cercana al pueblo de Medrano, pero también hay obras en La Colonia y Philipps, entre otros distritos.
"La casa del IPV sigue siendo más cara, cuesta $ 450.000 y tiene los mismos metros que la nuestra. Está bien, ellos le agregan la urbanización que saldrá unos $ 50.000 y nosotros en lugar de cerámicos las entregamos con el piso llaneado, pero igual sigue habiendo mucha diferencia en los costos", dijo Abed.
El intendente calculó que los dueños de las viviendas que entrega la comuna "pagan una cuota que ronda los $ 400, es un plan a diez años. Hacemos estas casas para las familias que no tienen los $ 5.800 necesarios para entrar al sistema del IPV, para los obreros de viña, los contratistas y aquellos que no alcanzan esos valores. Nos gustaría poder bajar más los costos, pero la inflación nos juega en contra".