Julio Roca y su primera Presidencia

A continuación publicamos la primera de una serie de notas en conmemoración del centenario del fallecimiento de Julio Argentino Roca, el 9 de octubre.

Julio Roca y su primera Presidencia
Julio Roca y su primera Presidencia

El nueve de octubre de 1914 fallecía Julio Argentino Roca; junto a San Martín, el general más exitoso del siglo XIX. El Libertador fue el estratega de la emancipación sudamericana; el dos veces presidente de la Nación -nacido el 17 de julio de 1843 en la provincia de Tucumán-, fundador del Estado nacional y líder de la generación que, en tres décadas, convirtió un desierto poblado por dos millones de personas, en su casi totalidad analfabetos, en la Argentina moderna que llamó la atención del mundo y de sus vecinos en el centenario de la Revolución de Mayo.

Julio Argentino Roca era hijo del coronel Segundo Roca, que participó de la guerra de la Independencia en el Ejército del Norte, en los conflictos civiles que ensangrentaron nuestras tierras por cuarenta años, en la guerra con el Imperio del Brasil y murió en la guerra de la Triple Alianza en los campos de batalla del Paraguay junto a dos de sus hijos.

Su madre, Agustina Paz, pertenecía a una vieja familia argentina descendiente de los conquistadores; era hija de Juan Bautista Paz, un abogado que integró los congresos constituyentes y que fuera ministro de gobierno de Bernabé Aráoz y de Alejandro Heredia. El tío de Roca fue Marcos Paz, vicepresidente de Mitre; su primo, José C. Paz, el fundador del diario La Prensa.

El general Roca estudió en el colegio de Concepción del Uruguay, fundado y patrocinado por Urquiza, quien becó a jóvenes de familias provincianas buscando la formación de una élite educada que faltaba en muchas provincias, en las que ninguno de sus habitantes tenía estudios universitarios, ni siquiera secundarios. De ese colegio salieron gran parte de sus colaboradores, pues los elencos dirigenciales que lo acompañaron en sus presidencias fueron en su mayor parte de familias del interior profundo.

Roca cursó estudios militares en el colegio y debutó en el campo de batalla de Cepeda como joven oficial del Ejército de la Confederación Argentina enfrentando a las tropas porteñas. Su segunda batalla fue Pavón que provocó la caída de la Confederación y el ascenso, al primer plano nacional, de Mitre.

Incorporado al nuevo ejército nacional participó de numerosas batallas, siempre en defensa del orden en los distintos escenarios de los conflictos de esa época, y luego en la Guerra del Paraguay donde, además de su padre, murieron hermanos y primos. Se destacó en la lucha contra los asesinos de Urquiza en Entre Ríos y llegó al generalato luego de su victoria en Santa Rosa, sobre Arredondo, que se había levantado en armas en solidaridad con Mitre desconociendo el triunfo de Avellaneda.

Asumió la comandancia de la frontera con los indios con base en Río Cuarto, llegando hasta Mendoza su jurisdicción. Desde ahí le hace conocer al presidente su discrepancia con el plan defensivo de Adolfo Alsina que, por otro lado, expandía las fronteras bonaerenses pero no avanzaba hacia el sur desde Santa Fe a Mendoza.

Su casamiento con Clara Funes lo vinculó con las familias más tradicionales de Córdoba y su política, que suma a los lazos que en cada provincia, donde estuvo acantonado, estableció y cuyo prestigio se acrecentaba por sus triunfos militares y su don de gentes.

La muerte de Alsina lo proyectó al Ministerio de Guerra y Marina y ahí organizó y ejecutó la Conquista del Desierto, llevando la frontera al río Negro. En su primera presidencia avanza sobre el Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego y lanza la conquista del Chaco.

Roca fue el candidato de las provincias y su colaboración con Avellaneda posibilitó el avance hacia el Sur y la federalización de la ciudad de Buenos Aires, imponiendo la autoridad presidencial por sobre los gobernadores de Buenos Aires que desafiaban el poder nacional.

El lema de su presidencia fue Paz y Administración y por primera vez logró entregar en forma pacífica el poder a su sucesor, en comicios que investigaciones recientes muestran que fueron bastante reñidos.

Al comienzo de su primera presidencia había unos dos mil seiscientos kilómetros de ferrocarriles y dejó seis mil. Se iniciaron las obras del puerto de Buenos Aires y sus obras sanitarias. Se aprobaron los códigos: Penal y de Minería; la creación del Registro Civil. Afluyeron los inmigrantes y avanzó la siembra de tierras y las industrias como el frigorífico, la azucarera y la vitivinícola.

Se organizaron los territorios nacionales y se firmó el acuerdo con Chile, estableciendo la cordillera de los Andes como límite entre ambos países, en 1881. En 1883 se fundó la ciudad de Ushuaia y organizó el municipio de la Ciudad de Buenos Aires, que inició su embellecimiento. Los presupuestos provinciales recibieron refuerzos para educación y obras públicas.

La provincia de Buenos Aires, con sus recursos, construye desde cero en dos años su nueva capital, la ciudad de La Plata en el gobierno de Dardo Rocha, que luego intentará sin éxito derrotar a Miguel Juárez Celman en los comicios para elegir al sucesor de Roca.
Su mayor gloria fue la Ley 1.420 de enseñanza primaria, gratuita, obligatoria, estatal y laica. Fueron tiempos en que la educación era una obligación de la política con mayúsculas, en vez de cuestiones para burócratas y sindicalistas;  los ministros de Instrucción Pública eran personas notables.

La Ley 1.420 surge luego del Primer Congreso Pedagógico Nacional y fue controvertida, al punto que se expulsó al nuncio apostólico, que llamaba a su incumplimiento. Uno de los oradores destacados del debate fue Emilio Civit en defensa del proyecto transformador y redentor que terminaba con la ignorancia.

La educación pública de calidad fue una herramienta para terminar con el analfabetismo, avanzar hacia la democracia y permitir la movilidad social ascendente.

Cuando asumió el gobierno había diez escuelas normales que pasaron a diecisiete. La cantidad de escuelas primarias públicas subieron de 1.264 a 1.804, con edificios monumentales. Los 1.915 maestros de 1880 se incrementaron a 5.388 y los alumnos, que eran 86.927 al inicio de su gobierno, seis años después concurrían a las aulas 180.968.

En notas sucesivas nos referiremos a su segunda Presidencia, a la influencia de Roca en el desarrollo de Mendoza, la expansión territorial y a las controversias sobre la personalidad del más genuino representante de las provincias que llegó al poder nacional.

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