Ante la pregunta, el maestro respondió: “Un hombre del Do que recibe su primer Dan se inclinará en señal de gratitud [...] cuanto más grande sea su experiencia y su habilidad, también lo será su prudencia y su humildad”.
Esta vieja historia narrada en Japón, nacida en la isla de Okinawa, que refleja el sentido de la práctica del karate y habla sobre el camino (Do), fue una de las parábolas preferidas de Julio Jakabos para detallar su búsqueda.
El alumno del Maestro Miyazato, con el grado de 9º Dan, uno de los grandes cultores del karate en Mendoza y rector de la Escuela Miyazato en nuestra provincia, falleció a los 74 años.
“Ser esforzado, respetuoso y defender la verdad...” son algunos de los valores que les inculcó a lo largo de su joven existencia a los más de 20 mil alumnos que pasaron por su escuela en poco más de 50 años.
“Me buscaba a mí mismo; no perseguía aprender una filosofía pero comencé a practicar el karate con mucha naturalidad, canalizando en forma orgánica ese impulso de aprendizaje sobre mí”, contó en una entrevista Jakabos.
Animado por su deseo de saber, comenzó a viajar a Córdoba para tomar clases con Shoei Miyazato y dos años después -con el permiso de su Sensei-, el estudiante de ingeniería en Petróleo dictó sus primeras clases en el parque General San Martín.
“Con un grupo de practicantes comenzamos a entrenar al aire libre, muy cerca del Cerro de la Gloria. Todo era parte del mismo impulso, algunas personas que pasaban nos gritaban cosas, que estábamos locos, en el mejor de los casos, pero yo no me detuve en eso, sentía que algo me empujaba a seguir”.
Jakabos, que nació en Buenos Aires en 1940 y que se radicó en Mendoza siendo un adolescente, contó: “He pasado mucho tiempo en el camino del karate, lo he transitado toda una vida, ahora con un poco más de calma pienso que cincuenta años es mucho tiempo para hacer cosas y que aún me falta mucho por hacer”. Julio Jakabos, que enseñó karate (el camino de la mano limpia), vivió su vida aprendiendo a superarse a sí mismo.
