Julio Cobos respira aliviado, cuenta que disfrutó del sol que calentó la tarde del jueves y se fue al gimnasio. Admite que se vivió una semana complicada por el dólar, el vencimiento de Lebacs y destaca el sinceramiento del presidente, Mauricio Macri, así como la ampliación de su "mesa chica".
La calma se respira en su casa del barrio Palmares, Cobos está relajado. Habla pausado, con convicción en las ideas que quiere destacar y sigue, como siempre, sonriendo cuando la pregunta incomoda. Opinó sobre el gobierno de Cambiemos, de Cornejo y de su futuro político.
-Semana complicada la que pasó para el Gobierno Nacional…
-Sí, fue clave, saltaron varias cosas, la fragilidad de nuestro sistema económico hizo crujir a la política. Hubo incertidumbre, no hablaría de crisis, sí de una problemática y turbulencia.
-Cómo ve la reformulación de Macri y la incorporación de más gente dentro de "su mesa chica".
-Lo que primero hay que ponderar es la autocrítica, que además la acompañó con la convocatoria a los otros partidos políticos que integran Cambiemos, que para mí lo tendría que haber hecho ni bien asumió porque la situación así lo merituaba. Ahora se conformó un espacio electoral de sugerencias más amplio, con figuras del radicalismo pero con otras del Gobierno que tienen una visión algo distinta, quizás más política, pero que sirve de diagnóstico de las medidas que se toman para que sean aceptadas y no tenga que retroceder.
-¿Qué balance hace del gobierno de Macri?
-El Gobierno se complicó a fines del año pasado. Perseguía bajar el déficit y a partir de ahí tener inflación de un dígito, pero descuidó otras variables que hacen que nuestro país no tenga la inflación de un dígito, como la balanza comercial que hoy es deficitaria. Lo más difícil era unificar el tipo de cambio, arreglar con los holdouts y el blanqueo, y salieron bien las tres medidas. Creo que se confiaron en que estaba todo solucionado y que el déficit se iba a reducir con la llegada de las inversiones; eso no sucedió y ahora hay que reducir el gasto.
-¿Pero está mejor la gente desde el inicio del gobierno de Macri?
-Sacando lo de los últimos dos meses, la gente percibía una mejoría. La mejora no estaba sólo en lo económico, sino en el respeto a las instituciones y se valora el vivir más tranquilos, sin tanta confrontación. La gente ahora quiere ver un rumbo y que le digan la verdad. Le da crédito todavía, obviamente que las tarifas impactan y la inflación no cede.
-¿Cómo ve la gestión de Cornejo?
-Asumió en una situación muy difícil, con deudas y déficit. Tuvo un año de transición y ahora se ven los logros. Pudo sanear las cuentas y es momento de materializar obras, algunas están a la vista, y también tiene el desafío de concretar obras importantes como Portezuelo del Viento. Supo unificar los ministerios de manera responsable, es una gestión que está ordenada y eso se había perdido.
-¿Qué le falta?
-Siempre falta algo, el Gobernador dura cuatro años.
-Seguro, pero qué falta.
-He hablado con él y el tema de vivienda ha costado y ahora se está impulsando Mendoza Construye, pero costó por el contexto en el que asumió. Creo que como está trazada la línea en cada área la debe continuar, profundizándola, con algunos retoques quizás, pero en líneas generales está bien marcado el rumbo y la forma en que está gobernando.
-¿Cuál es su postura sobre la ampliación de la Corte?
-He acompañado personalmente la decisión de ampliar el número en la Corte. Ahora, este impulso debería haber sido dado dentro de un acuerdo previo dentro de nuestro espacio para que no haya divergencias como las que hubo con el PD y la visión de la Vicegobernadora, que tiene otra postura. Además, es un tema estructural que tiene que ver con una reforma de uno de los poderes del Estado. Se debería haber buscado el consenso con otros partidos; hoy no lo tiene. Se pueden buscar los votos, pero mejor es buscar consensos.
-¿Qué ministro le gusta?
-Todos son importantes porque tienen carteras polifacéticas y eso implica que haya secretarios muy importantes. En Salud está bien, en Economía también, tuvo dos ministros Vaquié y Kerchner. En Educación tuvo un acierto importante con el ítem aula, y eso forma parte de la continuidad de políticas que veníamos impulsando como los globales, los cambios de diseño curricular, la calificación numérica y ahora con estímulos para la capacitación.
-¿Y de los intendentes?
-Han aprovechado la buena relación de la Provincia con la Nación, y se nota. Antes se esquivaban los baches y ahora se esquivan los carteles de obra, han hecho una tarea importante. Todos los intendentes, radicales, del Pro y del PD, andan bien.
-Se lo ve mucho en fotos con De Marchi, el intendente de Luján.
-(risas) Tenemos buena relación y es uno de los buenos intendentes. Es joven pero tiene trayectoria y va tomando conocimiento en la opinión pública.
-¿Qué gente es la de su espacio? Están Laura Montero, el intendente de Las Heras, Daniel Orozco, Abed de Junín..., ¿quién más?
-No me gusta hablar de gente pero, bueno, hay muchos...
-Lo veo también mucho con Marcelino Iglesias; es el intendente del departamento más poblado de Mendoza.
-Y bueno, por ahí se habla de la continuidad del gobierno, pero yo lo veo a este gobierno como una continuidad del mío. El Gobernador y la Vicegobernadora fueron ministros míos, el presidente del Senado fue mi vicegobernador, el presidente de la Cámara de Diputados fue director del Registro Civil, algunos intendentes me han acompañado en el Senado, como Marcelino y Tadeo García Zalazar. El radicalismo ha aprendido a respetar la figura institucional del gobernador; eso no pasó en mi gobierno, cuando había muchos librepensadores.
-¿Eso es porque maduró el radicalismo?
-Ha madurado, eso lo da la gestión de gobierno también.
-¿Maduró el radicalismo o es la forma de ejercicio del liderazgo que tiene Cornejo?
-No, el radicalismo maduró. Yo a esta altura de mi vida si me tengo que callar me callo y si tengo que hablar hablo, sabemos todos el impacto que tienen las declaraciones que se hacen. No creo que tenga que ver con cómo se maneja Cornejo. Obviamente impacta el respeto que se le tiene, y se lo ha ganado, pero insisto en que el partido maduró.
La pregunta
La candidatura que no descarta pero que no quiere confirmar
“Soy sincero, hay mucha gente que me ha planteado la posibilidad de ser candidato a gobernador; no la he descartado y aunque lo tuviera decidido no es el momento de decirlo”, manifiesta Cobos cuando se le pregunta por una posible vuelta a la Gobernación en 2019.
-Está bien, pero hay dos factores que me interesan. Uno es esto que marca: van dirigentes y le golpean la puerta. Se lo respeta a Cornejo y se lo acompaña, pero más de uno no debe estar muy contento también.
-Las decisiones del Gobernador pesan porque es un gran elector, pero dentro de este abanico grande hay gente que ve bien mi candidatura. Como yo estoy en el pellejo digo que hay que esperar. De todas formas, hay que acordar con el Gobernador y con los dirigentes importantes la forma de dirimir esto. Sabemos que de Cambiemos saldrá la persona que sucederá a Cornejo. Yo también medía bien cuando Cornejo se presentó, pero... veremos. La decisión hay que tomarla dentro de la madurez que ha logrado el radicalismo. Será consensuada y no tiene que ser un trauma para el Gobernador ni para nadie.
-¿Qué le dicen los mendocinos en la calle?
-Algunos me piden que vuelva, eso me reconforta y les digo que más adelante veré qué hago.
-También hay que definir si se desdoblan o no las elecciones.
-La postura original mía es que sean unificadas, pero con un sistema de voto electrónico con boleta única.
Del running a la bicicleta
Fue fuerte para los mendocinos ver al Gobernador trotar por el Parque y subir el Cerro de la Gloria. También era fácil para los periodistas encontrarlo y hablar con él, siempre que sus custodios lo permitieran.
“No tengo ningún achaque pero no puedo abusar. Voy al Cerro Arco, hago treaking, pero ahora ando más en bicicleta y tengo un grupo con gente del barrio y varios con los que salía a correr que ahora también andan en bicicleta”, contó.
Perfil
Julio Cobos (63)
Gobernó Mendoza entre 2003 y 2007, luego fue vicepresidente durante el primer mandato de Cristina Kirchner (2007-2011) y su figura creció con su voto “no positivo” a la Resolución 125 de retenciones móviles a las exportaciones de granos.
En 2013 fue electo diputado nacional y desde 2015 es senador nacional; comparte recinto con Cristina.