Acaba de finalizar una reunión para ultimar detalles de lo que será el nuevo protagónico en televisión. De a poco, Julio Chávez se va sumergiendo en la historia de “Signos”, la próxima ficción que lo devuelve a la pantalla chica.
En el medio, el actor y maestro sigue su gira con “Red”, la obra que estrenó el año pasado y que esta noche presentará en el teatro Plaza.
“Es la tercera vez que voy a Mendoza en el año, porque fui para ver la galería donde iba a exponer, fui a la inauguración de la exposición; y ahora voy a presentar ‘Red’. Me gusta mucho esta situación de haber ido a presentar mi trabajo de artista plástico, y ahora a presentar una obra que trata sobre un artista plástico”, afirma con total simpatía Julio Chávez al teléfono.
Y como en la obra donde interpreta al pintor expresionista Mark Rothko, el actor en cada respuesta expone un tono reflexivo, filosófico y con dejos de ironía sus vivencias como artista.
En “Red”, Chávez transita ese mundo interno del artista plástico, aspectos que de alguna manera vive en carne propia, sumado a las relaciones humanas. En este caso, el vínculo con Ken (Gerardo Otero), su asistente.
-En el escenario combinás tus dos oficios, la pintura y la actuación, ¿cómo es esa experiencia?
-Es una experiencia extraordinaria, porque como siempre digo la expresión es algo que te rescata y te da lenguaje. En el caso de “Red”, para mí es un fenómeno muy grato, el haber podido sumergirme en la vida de Rothko, una vida apasionante, sobre todo en la filosofía de él en relación al arte.
A mí me ha dado mucho lenguaje, porque me obligó a estudiar, me obligó a informarme y a investigar de cómo pensaba Rothko y cuáles eran los problemas y principios. Y eso me iluminó mucho en cuanto a muchas cuestiones del arte. Cuando vos tenés un oficio como el de la pintura y la actuación, los problemas los comprendes, porque los estas vivenciando todo el tiempo.
Pero los hombres que han pensado sobre el problema, terminan regalándote lenguaje, que ayuda para que puedas comunicarte. Porque a partir de que empecé a leer Rothko, encontré que me daba la posibilidad de encontrar un lenguaje a una experiencia que yo comprendía. Entonces empezás a sentir que te va iluminando y te da palabras a algo que ya experimentás.
Una persona de mi edad, con 40 años de oficio, comienza a comprender con mucha más claridad a lo que él se refiere con la palabra tiempo, con el rojo y el negro, lo rojo lo vital, y el negro lo cercano a la muerte. “Red” para mí fue un regalo hermoso, donde puedo en el escenario hacerme dueño y comunicador de esas experiencias que no me son tan lejanas.
-¿Fue un proceso de madurez en lo artístico?
-Fue la posibilidad de que mi artista plástico, que hace 30 años que está en la plástica, tiene la posibilidad de expresarse en un ámbito tan familiar para mí, como es el teatro. Y cuando vos sos artista plástico y actor, encontrás que en el medio surgen polaridades. ¿Pero qué soy, actor o artista plástico, más actor o plástico? Ahora con “Red” el pintor se expresa porque hay un actor, y viceversa.
-Esta obra también marca el debut como director de teatro de Daniel Barone. Conforman una dupla ligada al éxito…
-No sé si ligada al éxito, pero sí el gusto de poder trabajar juntos. Con Daniel trabajamos por primera vez hace diez años en “Epitafios”, y ahí sentí algo muy grato en trabajar con él. Después hicimos “Tratame Bien”, “El Puntero” y “Farsantes”. Pero te aseguro que para uno es un regalo trabajar con Barone.
Por su talento, su sensibilidad, por su naturaleza como ser humano. Y yo he podido expandirme, animarme, aprender. Soy un agradecido por tenerlo a él como director y amigo, y me es muy placentero haberlo de alguna manera involucrado en el teatro. Cosa que no fue sólo un pensamiento mío, si no de muchos colegas.
Es un hombre muy respetuoso de lo que son los espacios. Pero con “Red” lo hizo muy bien. Aún como director de televisión, es un hombre que sabe trabajar en equipo. Y en esta experiencia he aprendido como todos, y no me meto en el trabajo del director.
El malo de la pantalla
Tras del éxito de "Farsantes", la tira donde interpretó a Guillermo, un abogado con una doble vida que se enamora de Pedro (Benjamín Vicuña), Julio Chávez nuevamente estará en la pantalla de Canal 13, pero esta vez lo hará en "Signos", el unitario en el cual encarnará a un asesino serial.
Inquieto y solicitado como pocos, este año parece estar marcado por los regresos. Además de su gira teatral y proyectos televisivos, en marzo finalizó el rodaje de “El Pampero”, película de Matías Luchessi que lo sedujo para volver al cine luego de una década.
-Regresás a la televisión con "Signos", y también de la mano de Barone…
-Sí (ríe). Ahora voy a hacer “Signos”. Justamente parte de esta reunión es para acordar algunas cosas. Empezamos a grabar en junio. Yo me acabo de lookear para el rol; me acabo de rapar y parezco Curly de “Los Tres Chiflados” (larga una carcajada). Y ya siento en el cuerpo la cercanía de las grabaciones, y la historia que vamos a contar.
En este caso es un vengador, un asesino serial que quiere hacer justicia por mano propia. Mezclado con la astrología. En esta historia están vinculados el crimen, la astrología, la venganza y la justicia.
-Ahora te ponés del lado de los malos.
-Sí, con un gusto increíble (ríe por unos segundos). Tengo preparado los dientes, todo…
-¿Como malo sos de temer?
-No, como bueno soy de temer. En lo malo soy convencional, pero en lo bueno soy de temer.
- ¿Qué significó en tu carrera "Farsantes"?
-Para mí “Farsantes” me dio aprendizaje por todos lados. Momentos extraordinarios y placenteros, y momentos difíciles que me hicieron aprender a no derrapar. He aprendido muchísimo de la televisión, además pocas veces uno vive un éxito como fue la tira. Lo viví de una manera muy particular, que en la repartija de la torta, a mí me tocó una historia muy particular junto con Benjamín.
Dos personajes que quedaron de una manera muy directa en la audiencia. Muy atractivo el fenómeno que hoy por hoy sigue pasando. La cantidad de gente que se comunica pidiendo que revivan a Guillermo y Pedro es increíble.
Hay un fans club del programa, y una persona de ese grupo compró una estrella a Benjamín y a mí. Parece que hay un lugar donde uno llama y compras una estrella del cielo. Y la han comprado para que pasemos juntos a la eternidad.
-Es cómico y a la vez increíble lo que le sucede a la gente con los personajes…
-Es que uno construye una historia y le estas contando al otro un cuentito, para que entre en la historia. Y a la vez cada uno construye otro cuento. Y en definitiva es un intercambio de ficciones, y en eso consiste la raza humana, donde intercambiamos ficciones. Lo terrible es que en algunos casos nos destruimos por eso.
Volver al cine
-Estuviste rodando "El Pampero" después de una década de no hacer cine, ¿cómo fue el regreso?
-Hace diez años que no hacía cine, y esta vez no fue con Barone… una cañita al aire que tire. Trabajé con el director Matías Luchessi, y fue una experiencia sumamente compartida, y con un tema muy fuerte relacionado con la muerte. Antes había muchas diferencias cuando hacías cine.
De hecho los técnicos no eran de televisión, por problemas de oficio, de idiosincrasia. Hoy eso ha cambiado mucho, y me encontré con compañeros y técnicos que pertenecían a Pol-Ka, y al revés. La manera de grabar, las cámaras, los exteriores, muchas cosas hacen que uno empiece a extrañar menos el cine.
Para mí no hay muchas diferencias, no hay mejores comensales que otros. Yo preparo una milanesa para todos por igual. Y en esta experiencia de “El Pampero” en algún punto sentí como si fuera un capítulo de “El Puntero”. Que me haya mantenido diez años alejado del cine, es porque de alguna manera siempre estaba cerca.
-¿En los próximos meses traés a Mendoza otra muestra?
-Sí. Quedó pendiente con el Museo de Arte Moderno y con Laura Valdivieso, una exposición de los bocetos que hago en la obra. Durante 57 segundos en la obra, hago un determinado boceto. Entonces tengo como 150 bocetos en mi poder, y voy a hacer una instalación con ese material, por eso se llamará “57 segundos”.
-'Red' se retroalimenta, y te permitió generar otro proyecto…
-He explotado a la pobre obra. De todo hice con ella; más jugo no le puedo sacar.
La ficha
"Red"
Actúan: Julio Chávez y Gerardo Otero.
Dirección: Daniel Barone.
Días y horarios: hoy y sábado 30 de mayo, a las 21.30.
Lugar: teatro Plaza (Colón 27, Godoy Cruz).
Entradas: $250 (platea alta), $300 y $350 (platea baja numerada). En boletería del teatro.