Se la nota cansada, el cambio de horario aún la afecta a Julieta Vega, después de tratar de acomodarse durante el Mundial al huso horario de Tailandia.
La diferencia de 10 horas hacia adelante y luego hacia atrás, no es algo fácil de atravesar. Sólo con los días el cuerpo lo asimila. Algo biológico y natural.
La Juli, como le dicen en la Selección Argentina, viene de disputar el Mundial Sub 18 en Nakhon Ratchasima, Tailandia, donde la receptora punta se convirtió en la tercera mendocina en jugar un mundial. Antes lo hicieron Melisa Callo y Romina Bustelo.
“Ayer traté de entrenar y sólo pude ir al gimnasio, después no me podía mover. Salimos a bailar con algunas amigas, para darme la bienvenida”, ríe Juli.
-¿Y cómo te recibieron?
-Fueron las chicas del club, las amigas de mi mamá y mi abuelo, después llegamos a casa, y desayuno para todos...
-Una buena bienvenida...
-Sí, emocionante, sobre todo no me la esperaba.
-¿Tenías ganas de volver?
- Sí, pero ahora lo pienso y pasó todo tan rápido. Quería llegar a mi casa, pero tampoco fue algo desesperado, porque el Mundial no lo sufrí lo disfruté.
-¿Cómo la pasaste en el Mundial?
-Bien, muy bien, la verdad es una experiencia única, diferente a todo. Es totalmente otra experiencia, y si bien no jugué tanto lo disfruté mucho.
-La intensidad de estar ahí...
-Sí, es muy bueno estar ahí. No lo creés hasta que lo vivís. Una experiencia muy distinta y linda, todo lo que sufriste y trabajaste antes te lo paga eso, el Mundial.
-¿Has relegado muchas cosas por estar en la Selección?
-Sí, bastante. Es mucho esfuerzo y sacrificios, por momentos querés dejar todo y otros querés seguir. Por ejemplo: dos años seguidos no estuve en el cumpleaños de mi papá, ni tampoco el Día del Padre y muchas otras cosas, pero todo sacrificio tiene su recompensa.
-¿Después del primer partido sintieron el reconocimiento?
-Nos empezaron a respetar después del partido con Japón (ganaron 3 a 0), no te lo hacían notar tanto pero sabíamos que era así. Antes del partido con Japón me parece que no éramos nada para el resto.
-¿Debutar y hacer un punto clave, qué significó?
-La verdad, fue emocionante y no fue tan jodido. Tenía ansiedad por jugar, nada más, pero que te digan que tenés que entrar y sacar en el punto 23... no sé si es presión, pero como que todo está puesto en vos y no podés equivocarte. Tampoco podés sacar y pasar la pelota. Sacar y hacer el punto fue impresionante, muy lindo.
-¿El grupo, cómo lo ves?
-Todo en el grupo bien, tiene sus diferencias, sus individualidades como todos los grupos donde hay muchas personas. Trato de llevarme bien con todas, pero siempre hay alguien con la que no te llevás del todo. Siempre es así en todos los grupos.
-Qué evaluación hacés de Argentina en el Mundial.
-Es muy positivo y hay que seguir trabajando para llegar a más. También tuvimos mala suerte, porque podríamos haber terminado en un mejor puesto, ya que jugamos con buen nivel. Antes de jugar parecía que necesitábamos que nos aprobaran, así lo viví. Pero fuimos y le ganamos el primer partido a Japón y perdimos con Polonia (2/3); fueron partidos que jugamos al mismo nivel, nos faltó más desarrollo de juego, más competencia. Brasil venía de estar jugando en Japón; Perú, de una gira de 45 días, y nosotras nada más que algunos amistosos acá. Creo que nos falta tener más juego para poder lograr un mayor desarrollo como equipo.
-¿El Mundial en sí qué te dejó, qué te permitió descubrir?
-Estar allá nos cambió mucho la cabeza. Desde hace tres años es lo que todas esperábamos y por ahí pensábamos: “Jugamos el Mundial y listo”, pero a varias nos cambió la cabeza y ahora sólo pensamos en seguir.
-¿Esto te permite pensar que hay que trabajar más?
-Más que trabajar hay que mejorar, porque se trabaja mucho. Vos estás acá entrenando y pensás ¿cuánto más me falta o qué más te falta? Llegás al Mundial y te das cuenta de cuánto te falta para estar a ese nivel internacional. Ves ese nivel y te das cuenta que falta bastante, pero también tiene que ver con el roce y la competencia.
-En lo personal, ¿qué tenés que mejorar?
-Por mi altura sé que tengo que mejorar en la recepción y en la defensa. Creo que tengo más desarrollo en ataque que en defensa, pero es lo que siempre hice acá (en Círculo Policial) y en la Selección es lo que necesito hacer mejor, no es que lo haga mal, pero en este nivel sé que me falta y eso se mejora entrenando.
-Igual, no es un dato menor ser una buena defensora.
-Lo sé, es tan importante como ser una buena atacante. En este caso es lo que me toca y hay que seguir mejorándolo.
-Es difícil pasar de ser atacante a sólo una defensora.
-Es difícil, pero si es lo que querés lo tenés que aceptar y trabajar para mejorar.
-¿La Selección es un lugar donde te gusta estar?
-Sí, desde que empecé a jugar al vóleibol es lo que quería.
-¿Qué te generó convivir con todas esas delegaciones?
-Tanta relación con todas las delegaciones no teníamos, pero el último día que intercambiamos camisetas fue algo que no se paga con nada. Fue muy emocionante.