Julián Weich contó una incómoda situación que vivió hace algunos años debido a la ocupación de su hijo, quien hacía malabares en los semáforos de varias ciudades.
"Me insultaban por la calle cuando se enteraron que mi hijo trabajaba a la gorra en la calle", dijo una entrevista para el programa de radio De caño vale doble, que se emite por Radio Rivadavia, el embajador de Unicef.
"Tengo un hijo de 25 años que a los 19 decidió hacerse hippie. Me dijo que se iba de mochilero al Norte y terminó en México. A la vuelta volvió con el concepto de hacerse hippie, decidió vivir fuera del sistema", explicó.
"Él lo tiene como una forma de vivir y me enseña a mí, porque es un hippie con intenciones de mejorar al mundo, se capacita, hace reiki. Sabe muchísimo de energía y alimentación sana. Promueve tener una vida saludable", destacó.
"Hubo una etapa de mi hijo que hacía malabares en los semáforos, pero no acá, por todo Sudamérica. Hace 3 años estuve en Panamá viviendo con él unos días en la calle y él hacía malabares y yo pasaba la gorra. Imaginate lo que decían los medios. Él hace su vida y no le importa ser famoso o no. Y no es que pedía plata por la calle, sino que es su manera de vivir", detalló Weich.
"Para mí es una experiencia increíble esa forma de vida. Se junta gente que casi no se conoce y comparten todo. Comen vegano y en esa convivencia te das cuenta que necesitás muy poco para vivir. Vivimos con muchas cosas que nos sobran. Fijate cuando abrís tu placard y vas a ver todo lo que no usás. Comen sólo dos veces por día y eso es suficiente. No hay heladera ni microondas ni ninguna de esas cosas", agregó.