La próxima semana se realizará el juicio por uno de los tres femicidios ocurridos en Mendoza en el fatídico setiembre de 2016: la próxima semana se sentará en el banquillo de los acusados Roque Arroyo (56), imputado por la muerte de su hija Ayelén Arroyo (19), la joven madre asesinada brutalmente en su casa de Ugarteche, Luján de Cuyo.
La muerte de Ayelén dejó al descubierto no sólo una suerte de epidemia de violencia machista que afloró en ese momento, sino también el fracaso del aparato estatal que poco y nada hizo para protegerla.
La joven había denunciado previamente a su padre por abuso sexual. El fiscal de la zona, Fabricio Sidotti, ordenó una prohibición de acercamiento. El hombre transgredió la orden y mató a la chica.
Sidotti denunció fallas del sistema policial (por no custodiarla), de la OAL y de la Justicia de Familia. El Gobierno impulsó un Jury que decidió castigarlo con una suspensión de cuatro meses; aunque el magistrado quedó marcado por el caso.
El 28 de setiembre por la mañana Ayelén fue asesinada por su padre, quien le propinó una dura golpiza y seis puñaladas.
Tres femicidios y marcha por #NiUnaMenos
Setiembre del año 2016 fue un mes marcado por los femicidios: el 21 Janet Zapata (29) desapareció y fue encontrada sin vida el 26. Su esposo y dos sicarios están detenidos por el crimen.
Ese mismo 21 Julieta González (21) desapareció en Maipú. Días después su cuerpo fue hallado en Cacheuta. Por el caso está detenido Andrés Di Césare, el joven con el cual en ese momento mantenía una relación amorosa.
Por la noche, unas 100 mil personas -mujeres jóvenes en su mayoría- marcharon por las calles del Centro bajo la consigna #NiUnaMenos. La marcha se congregó en la Legislatura y terminó con insultos para la vicegobernadora Laura Montero y seis detenidos por disturbios ocurridos durante la manifestación.
Será juzgado
El próximo miércoles Roque Arroyo será juzgado en la Cuarta Cámara del Crimen por homicidio agravado por femicidio, desobediencia y abuso sexual agravado por el vínculo y por acceso carnal.
Días antes del asesinato la Justicia ordenó que Arroyo debía mudarse de la casa del barrio Las Flores de Ugarteche, Luján de Cuyo, luego que Ayelén lo denunciara.
La chica quedó sola, al cuidado de su pequeño hijo y de un hermanito de 10 años.
El hombre se mudó a un asentamiento cercano. Pero el 28 por la mañana rompió la restricción de acercamiento e ingresó a la vivienda.
Arroyo la golpeó brutalmente, al punto de provocarle desprendimiento del ojo derecho y fractura del tabique nasal. Luego, cerca de la escalera que llevaba a la planta alta, la joven recibió no menos de seis puntazos con un cuchillo, que dieron en el pecho, el vientre y cuatro en la espalda.
El profuso sangrado hizo que muriera en el baño de la casa por un shock hipovolémico.