Una discusión entre dos automovilistas que terminó con la muerte de una joven madre, cuando un móvil estaba a 30 metros de distancia, es el trasfondo de un juicio por homicidio que comenzó ayer.
Daniel Marcelo Méndez Murillo (39) se sentó ayer en el banquillo de los acusados de la Cuarta Cámara del Crimen, imputado por el homicidio de Carla Johana Gordillo (23).
El 5 de octubre de 2013, Gordillo y su pareja, Raúl Eduardo Besares (39), iban junto a la madre de la mujer y los dos hijos de la pareja, a bordo de una camioneta Ford, por la calle Sarmiento de Guaymallén y cuando llegaron a Gomensoro, se detuvieron en el semáforo.
Otra camioneta, una Ford F-100, se detuvo muy cerca, "casi rozando" al vehículo de Besares.
Ahí comenzó una discusión que terminó cuando los dos conductores se bajaron y Besares golpeó a su contrincante. También se bajó Carla cuando vio que la pareja del conductor de la F- 100 fue hasta un negocio donde venden choripanes y reapareció con un hacha en la mano.
La trifulca terminó cuando el dueño del local de choripanes sujetó a Besares, permitiendo que el otro automovilista se marchara en su camioneta, previo chocarle un par de veces el vehículo a Besares.
Minutos más tarde, Besares y su familia llegaron a la casa de su suegra, Julia Rivero. Rivero bajó a los niños y en ese momento comenzó a oír disparos.
Un hombre disparaba contra el vehículo de Besares, hiriéndolo en la mano y en una pierna. Una de las balas le dio a Carla en el tórax. Tras ser internada, murió días después.
Ayer, durante el debate oral y público, declaró Besares y también Rivero, su ex suegra, y lo más llamativo es que las versiones que dieron -pese a estar ambos en el lugar del hecho- fueron distintas. Y no sólo eso, sino que Besares indicó que su ex suegra habría recibido 24 mil pesos para no señalar al imputado en una rueda de reconocimiento.
"Yo lo cagué a trompadas al asesino y ella, como madre, lo tiene que decir. Yo no sé si le pagaron o no. No sé cómo mi mujer lo vio y ella (que estaba ahí) no", dijo el hombre, que tiene una grave lesión en la mano, producto de uno de los disparos recibidos.
En el mismo lugar, vieron cosas distintas
En principio, tanto Besares como su suegra indicaron que el agresor fue Daniel Méndez. "Mi mujer me dijo que era Daniel Méndez", declaró Besares, en tanto que Rivero -en una declaración bastante confusa- dijo primero que su hija le había dicho que era Méndez y luego indicó que fue el propio Besares quien señaló a Méndez. El hombre vio al asesino que venia caminando, disparando; su suegra, que venían dos individuos en moto y el acompañante disparaba.
Si bien Besares individualizó a Méndez en la rueda de reconocimiento, en su primera declaración dijo que había sido Daniel Méndez, al que le dicen Bazoka, aunque ayer volvió a aclarar que "me puedo haber equivocado (en el apodo), pero lo reconocí".
Por su parte, Rivero dijo: "Yo no sé quién disparaba. Lo único que vi es que iban arriba de una moto y dispararon desde la moto".
Según la mujer, disparaban los dos, pero las vainas encontradas por la Policía después del homicidio resultaron ser de una sola arma.
En una cosa los dos testigos estuvieron de acuerdo: que se habían distanciado tras la muerte de Carla, porque Rivero le echaba la culpa a Besares de la muerte de la joven: si no hubiera bajado a discutir en la calle no la habrían matado.