En la segunda jornada del juicio popular que tiene a José Llanos imputado por el asesinato de su pareja Gregoria Flores, ocurrido en febrero del año pasado en Tres Porteñas, ayer en la sala de debates se escucharon los relatos de varios testigos, muchos de ellos familiares del acusado.
Como era de esperar, los argumentos se ubicaron en los extremos del homicidio agravado por la convivencia y femicidio, desde la óptica fiscal, mientras que los abogados Maximiliano Legrand y Lautaro Brachetta, si bien reconocieron los hechos, buscaron desde su posición un cambio en la dura calificación, que tiene como única pena la prisión perpetua.
Primero la defensa acudió al argumento de que los mensajes de texto que Llanos descubrió en el celular de Gregoria le provocaron celos. Los letrados adelantaron que tratarán de probar las condiciones psicológicas y psíquicas en las que se encontraba el acusado y que fueron producidas por la víctima. Entonces apuntaron a "la influencia que ella tuvo en la psiquis de él".
Los defensores de Llanos también trataron de minimizar el vínculo que la víctima y su confeso asesino tenían. Aseguraron que la relación "no llegó casi al mes de noviazgo" y que, si bien la fiscalía ha argumentado que convivían, ello se debió a la situación laboral que ambos atravesaban ya que el patrón de la finca que habitaban les proporcionaba la casa. Así, según la defensa, Flores y Llanos compartían habitación pero también con los distintos trabajadores con los que repartían las labores de cosecha.
Ayer, durante la audiencia y frente al jurado testificaron varias personas, algunas de las cuales eran familiares directos del acusado.
Según el organigrama previsto por la Justicia de San Martín, mañana se escucharían los alegatos finales, dejando después el tiempo de deliberación al jurado popular que, en forma unánime, deberá votar por culpable o no culpable.