Juicio para los padres de una beba que murió a golpes y desnutrida

La pareja está acusada de homicidio agravado por el vínculo. La víctima se llamaba Ludmila Natasha Villegas y sólo tenía un mes de vida. El hecho ocurrió en el distrito lavallino de El Vergel.

Juicio para los padres de una beba que murió a golpes y desnutrida
Juicio para los padres de una beba que murió a golpes y desnutrida

Los padres de una nena de un mes de vida que fue asesinada a golpes llegan a juicio con la peor de las imputaciones: homicidio agravado por el vínculo y alevosía, que los podría llevar a prisión de por vida. El crimen ocurrió en agosto del año pasado en Lavalle. Durante la instrucción se determinó que la menor, además, estaba desnutrida.

Ludmila Natasha Villegas murió el 7 de agosto del año pasado en una casa del distrito El Vergel de Lavalle donde vivía con sus padres, Angel Villegas (21) y Fernanda Páez (21) y con su hermanito. Por entonces, la niña tenía apenas un mes de vida.

Sus papás la llevaron en los primeros minutos del jueves 8 al hospital Sícoli donde los médicos que la atendieron no pudieron hacer nada para salvarla. Una vez confirmado el fallecimiento, los profesionales de la salud le comunicaron la novedad a la policía ya que habían advertido un hecho preocupante: Ludmila estaba severamente golpeada y en un mal estado general ya que a simple vista se notaba que estaba desnutrida.

En el nosocomio, sus papás explicaron que la pequeña estaba sola en el comedor y que se había caído del coche. Sin embargo, esa versión se derrumbó cuando una mujer que estaba en el hospital escuchó a Villegas decirle a Páez que "nunca más les volvería a pegar". Esto se sumó a lo descubierto poco después: el padre de familia ya tenía varias denuncias y hasta una prohibición de acercamiento hacia su esposa debido a sus actitudes de extrema violencia. Pese a ese impedimento judicial, la pareja se recompuso y volvió a habitar en una misma casa.

Mientras los padres y familiares de Ludmila eran notificados de su muerte, al Sícoli llegaba un móvil policial cuyos ocupantes detuvieron a Villegas. Desde ese momento ya no había dudas de la autoría del crimen.

Noche fatal

Ludmila sufrió golpes en buena parte de su cuerpo durante su corta vida. Pero los que recibió entre el 6 y 7 de agosto fueron tan severos que terminaron provocándole la muerte.

La necropsia determinó que su fallecimiento se produjo porque tuvo una importante hemorragia cerebral. Entre las heridas que detectaron los expertos, encontraron un hematoma de grandes dimensiones debajo del cuero cabelludo producido por un golpe con o contra un elemento sin bordes, una fractura de fémur izquierdo y lesiones en el pabellón auricular derecho. Según los forenses "era imposible que las lesiones hubieran sido provocadas por la caída" de un cochecito, tal como dijeron sus papás.

A esto se sumó que Ludmila tenía hematomas nuevos y otros de vieja data y quemaduras de cigarrillos. Su estado general era malo: a simple vista ya se advirtió que tenía desnutrición y que estaba deshidratada, cuadros que luego fueron confirmados por los forenses. 
Basados en estos estudios, los profesionales determinaron que Ludmila falleció unas dos horas antes llegar a la guardia médica.

Sus padres, los acusados

Una vez ante la Justicia, Páez contó que su esposo le había pegado a la niña durante todo el jueves y que cerca de la medianoche encontró Villegas con la niña y que  este le dijo que se había caído del coche. A esto agregó que le avisaron a unos familiares acerca del estado de Ludmila y que fueron ellos quienes los llevaron hasta el hospital.

El caso recayó en manos del fiscal Fernando Giunta, quien imputó a Villegas y a Páez por homicidio agravado por el vínculo en concurso ideal con homicidio agravado por alevosía.

La instrucción determinó que no hay dudas sobre la responsabilidad de Villegas en lo referido a los golpes. En tanto que Páez no tuvo el cuidado suficiente con su hija, siendo que la niña estaba bajo su cargo.

Otro hijo y otra imputación

El 18 de agosto de 2013 y cuando tenía cuatro meses de vida, ingresó de urgencia también al hospital Sícoli de Lavalle un hermano de Ludmila. El niño es hijo de Fernanda Páez y una pareja anterior que tuvo la mujer. Justamente la madre de este último fue quien llevó al niño al centro asistencial. Allí le dijeron que tenía una quebradura en el húmero izquierdo y una quemadura en una mano. Pese al diagnóstico desfavorable, la mujer decidió abandonar el hospital junto con el pequeño que fue encontrado después por policías de Investigaciones.

La familia explicó que el bebé se había caído de un andador. Sin embargo los médicos determinaron que las lesiones eran compatibles con golpes provocados por un tercero. Ante esto, su mamá y Villegas fueron imputados por lesiones graves dolosas en concurso real con lesiones leves dolosas. La imputación de Páez suma el agravante por el vínculo que tiene con la víctima.

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