Rodolfo Cavagnaro - Espeical para Los Andes
Mientras el atraso cambiario se agudiza con la persistencia de la inflación, el presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, dijo claramente que mantendrá un ritmo suave de devaluación, acorde al ritmo de los depósitos bancarios, y que volverán a emitir deuda (desacelerar el desendeudamiento).
Cuando el mismo presidente del BCRA pone el tema de la devaluación sobre la mesa, habilita el debate, aunque Vanoli se permitió hacer un desafío a los presidenciables para que “digan si van a devaluar o no”. En realidad, parece que desde el mismo gobierno quieren poner a la devaluación como eje del debate de campaña.
Esto nos recuerda lo que ocurría cuando se disputaba la sucesión de Carlos Menem. En aquel entonces, el oficialismo planteaba el debate acerca de la continuidad o no de la convertibilidad. Dada la sensibilidad que el tema tenía en la población, todos los candidatos prometieron mantener el régimen de convertibilidad.
La obstinación hizo descarrilar el gobierno de Fernando de la Rúa, hasta la paradoja de Eduardo Duhalde (que había perdido la elección), quien asumiría el mando del país poniendo fin a la convertibilidad. Pero, lamentablemente, para no arriesgar el costo de la verdad, hubo que llegar a una profunda crisis, de la que aún no hemos salido.
El problema fundamental que afecta la competitividad del tipo de cambio es la inflación generada por la emisión monetaria descontrolada. Una de las causas principales de esa emisión ha sido sostener un sistema irracional de subsidios generalizados en los precios de los servicios públicos.
El debate de fondo deberá rondar en torno al sistema de subsidios, la forma gradual en la que se deberá desmantelar y los mecanismos administrativos para evitar la emisión monetaria y generar confianza en el mercado como para poder establecer un mercado único de cambio.
Cuando Duhalde decidió salir de la convertibilidad y liberar el mercado, el dólar saltó de 1 a 1 hasta el nivel de 1 a 4. Dado que el gobierno no emitía moneda, el traspaso a precios no fue significativo, ya que sólo aumentaron 65%.
Por eso la devaluación fue efectiva y competitiva. Dadas estas condiciones, se reactivó el comercio exterior, llegaron inversiones y el dólar bajó al nivel de 1 a 3 y no siguió bajando porque el BCRA decidió sostenerlo en ese nivel. En aquel entonces, no había mercado paralelo porque el BCRA pagaba por el dólar más de lo que el mercado estaba dispuesto a pagar.
Si se va a instalar un debate temático, hay que hacerlo con responsabilidad ya que sería muy lamentable que se manipularan los temas para asustar a la opinión pública y direccionarla en beneficio del actual oficialismo.