Ya es sabido que en el plantel del Tomba hay varios jugadores uruguayos y que tienen una buena comunión con sus compañeros argentinos.
Pero esta vez los players Bodegueros estuvieron"divididos" por los colores. Sólo por una noche de Eliminatorias.
Y es que el Morro García y Maxi Sigales estuvieron alentando a la Selección del Maestro Tabarez. "Tengo varios amigos, como Abel Hernández, con quien compartí buenos momentos" marcó Santiago. Su paso por los equipos menores en el Charrúa ha provocado que tenga mucha gente cercana en la delegación. Tal es así que en la noche del miércoles visitaron a la delegación en el hotel.
Por el otro lado, en la platea cubierta se hicieron presentes Maxi Correa y Javier Correa, cordobeses de nacimiento que comparten el grupo Bodeguero. El volante creció en la cantera de Instituto con Paulo Dybala y por eso le hizo el aguante al delantero. “Se merece lo que le está pasando. Es un gran jugador”, dijo el mediocampista.
Hoy ya comenzarán a transitar por el mismo camino en el Expreso.
Tres generaciones
La familia Requena es una más de las muchas que se acercaron al Malvinas Argentinas. Sin embargo, su historia es particular y es un fiel reflejo de la pasión futbolera del Río de La Plata.
Abuelo, padre e hijo, las tres generaciones de la familia, llegaron caminando juntos a las inmediaciones del escenario del muy bonito Parque General San Martín pero lo llamativo fueron sus vestimentas, una camiseta de cada país y la unión de ambos en el más pequeño.
Enrique, el mayor de la familia, nació en el interior entrerriano y probó suerte en el país vecino donde además de ser un reconocido profesional de la medicina conoció a Irene y tuvo a un hijo llamado Diego, uruguayo él.
El nombre de Diego lo eligió Enrique. Y como es común por estas tierras fue un futbolista, un tal “Maradona”, quien motivó la elección.
Dieguito creció en el país oriental y las vueltas de la vida lo llevaron a cruzar el Río de La Plata, para probar suerte como su papá pero a la inversa. Y aquí se quedó, porque también tuvo la fortuna de encontrar el amor y tener lo más preciado, un nene y una nena.
Hoy Enrique vistió la camiseta de Argentina y Diego la de Uruguay, cada uno la del suelo que los vio nacer.
Sin embargo, el más pequeño de los Requena, Matías, buscó evitar los problemas familiares y para ello y por ellos se puso la camiseta de Messi con la campera celeste arriba.
Además, ante la consulta de quién quería que gane, el nene de apenas diez años dejó una enseñanza para todos: “No importa quién gane, vine a ver fútbol y goles”.