Argentina concretó una muy buena participación en los últimos Juegos Panamericanos (Perú 2019), que acaban de finalizar, poniendo de relieve la importancia del deporte amateur y obligando a seguir bregando por el desarrollo de la actividad física y la competencia, muy por encima de cualquier tipo de lucro económico.
La delegación nacional llegó a las 32 medallas doradas en Lima 2019 y logró de esa forma su mayor cosecha fuera del país en unos Juegos Panamericanos en toda la historia.
Las veces que más oros se obtuvieron fueron en Buenos Aires 1951 (68) y en Mar del Plata 1995 (40), pero fuera del territorio nacional la meta era superar la cosecha obtenida en los juegos de México 1955, donde se habían sumado 27 doradas. Y se logró.
El medallero de los últimos juegos finalizó con la Argentina en la sexta posición, aventajada por Estados Unidos, el ganador máximo, con 120 medallas de oro; Brasil, 55; México, 37; Canadá, 35 y Cuba, 32. Nuestra representación quedó por encima de Colombia y a sólo una medalla de oro de Cuba.
Delfina Pignatiello ratificó sus cualidades para correr demostrándolo en los 1.500 metros libres y por tal razón se hizo acreedora a la condición de mejor atleta de la delegación argentina al cosechar tres preseas doradas en tres distancias diferentes de estilo libre (400 m, 800 m y 1.500 m).
Además, hubo muy buenos desempeños en otras disciplinas, como natación y canoa, que sumaron cuatro medallas doradas cada una y fueron las mejores disciplinas en Perú para nuestro país.
El deporte mendocino no estuvo ajeno a este presente auspicioso del deporte amateur nacional al aportar con sus participantes once medallas durante su permanencia en Perú.
Claro, que sin dudas abrigamos la esperanza de que en el futuro sean más altos los rendimientos de los representantes provinciales.
Para llegar al alto rendimiento deportivo se necesitan varios factores, entre ellos dedicación, talento y capacidad. Pero hay otro no menor que muchas veces termina siendo clave: el dinero para solventar los gastos que genera una carrera deportiva.
Esta demostración de aptitud, esfuerzo y altos desempeños lograda en Perú tiene que ser apoyada, estimulada y la meta debe ser superar el escalón obtenido ahora –el sexto puesto- en la próxima competencia panamericana, que se realizará en Santiago de Chile, en 2023.
Al deporte mendocino también se le presenta el desafío de superar la actual performance en tierra peruana, superando la actual marca de once preseas.
Un desafío para las actuales autoridades deportivas provinciales y para las que asuman a fin de año la conducción gubernamental en el área de Deportes.
Los Juegos Panamericanos de Lima 2019 serán recordados entonces por el destacado desempeño del plantel argentino.
Hubo y hay un buen trabajo del Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Enard), pero habrá que pensar qué apoyo económico se podrán armonizar para mejorar las prestaciones de este organismo y de esa forma que los atletas nacionales puedan subir la vara de los próximos desafíos, que como dijimos son Santiago de Chile 2023 y luego en 2027, en lugar a decidir.
Si no se renuevan los aportes y auxilios a esta repartición que apoya y vigoriza el deporte, las consecuencias no muy halagüeñas podrían apreciarse en las próximas convocatorias con resultados no tan significativos como los obtenidos ahora.
Más allá de todo eso, lo cierto es que los triunfos obtenidos retemplan el ánimo a un país donde la dura crisis económica a veces no nos deja pensar en otra cosa.
