“Nosotros no les damos nada, son ellos los que realmente nos brindan su alegría, amor y hasta nos permiten aprender de ellos”. La frase sale de boca de Norma Méndez Vernetti (66), principal impulsora de la Asociación de Vecinos Solidarios de Barrancas. Se trata de un grupo de residentes de ese distrito maipucino, en su mayoría jubilados, que hace más de un año comenzaron a organizarse para colaborar con los niños que viven en la zona rural.
En ese tiempo, han logrado llevarles la visita de los Reyes Magos, el festejo del Día del Niño y ropa que han recolectado. Además tienen planeado comenzar a pasarles películas y organizar actividades recreativas a las que tienen dificultad para acceder.
Si bien Norma tenía su residencia estable en el centro, hace un tiempo compró una finca en Barrancas donde comenzó a quedarse e hizo de ella su segunda casa.
“Una noche que estaba allí desvelada empecé a pensar en los chicos que viven muy alejados”, comenzó a relatar a la vez que explicó que en el radio céntrico del distrito, en donde ella tiene su residencia, sí pasa el colectivo, pero que no llega hasta los lugares más retirados. “Sus papás se tienen que mover con los medios que tienen y si bien en su entorno tienen paisajes hermosos, hay muchas cosas a las que no pueden acceder”, continuó.
Con esa idea en la cabeza, la mujer se reunió con un grupo de vecinos y amigos, les planteó la idea de colaborar con esos niños y ellos no dudaron en sumarse a su iniciativa. “Somos como 22, casi todos jubilados y hay muchos matrimonios en los que participan los dos”, resaltó la mujer quien deslizó que desde entonces siente “una conexión increíble” con esas personas.
Susana Urbani (61) es miembro de la asociación junto a su marido Andrés Torres (72). “Norma nos llamó un día y todos estuvimos de acuerdo”, recordó la mujer que encontró en esta propuesta un motivo más para disfrutar la vida ya que ella padece un problema de salud. “Hacer una actividad tan linda me sacó el complejo que tenía”, aseguró. Además de su marido, ella incluyó en el grupo a su mamá de 80 años y a su sobrina.
“Quise compartir con ellas lo que hacemos porque el que no ha ido para el campo no se da una idea de la magnitud de la necesidad de la gente, pero a la vez de su humanidad y de lo cariñosos que son los chicos”, manifestó.
José Cófano (72) y su esposa Teresa Rodríguez (71) también forman parte del colectivo de vecinos solidarios. “Nos juntamos más o menos cada 15 días y vamos rotando en las casas, en las que solemos compartir alguna cena”, precisó. El hombre, ya jubilado, disfruta tanto compartiendo con sus pares cada vez que realizan algún evento para juntar fondos, como de la alegría que le transmiten los pequeños cada vez que se reúnen con ellos.
Propuesta recreativa
La primera actividad que realizaron en conjunto fue en enero del año pasado cuando llegaron con los Reyes hasta la zona rural de Barrancas. "Fue muy gratificante lo que hicimos porque como sabían que iba a pasar el camión, en cada esquina salió una enorme cantidad de niños y niñas a recibirnos", recordó Norma quien aseguró que fue todo un éxito. "Estábamos todos tan contentos que recién cuando terminamos nos dimos cuenta de que habían hecho 38 grados", añadió.
Meses más tarde realizaron una cena show para juntar fondos y poder festejarles el Día del Niño. “En ese evento tuvimos cerca de 400 chicos a los que les llevamos chocolates y cosas dulces”, enumeró la mujer. De ese acontecimiento lo que más marcó a Susana fue que les llevaron un inflable, juego infantil totalmente desconocido por los niños de ese lugar. “Estaban felices. La verdad que fue muy bonito ver cómo disfrutaban”, remarcó la mujer jubilada como celadora y que siempre adoró trabajar con los más pequeños.
Por su parte, José agregó que cada vez que llegan hacia el lugar son acompañados por un móvil policial de la Subcomisaría de Barrancas que siempre los ayuda. “Como las casas están alejadas, cuando sienten la sirena se van acercando al punto de encuentro”, narró. Además de esa repartición, los vecinos destacan la colaboración de la Municipalidad de Maipú y de las ripieras de la zona. “Tenemos un apoyo muy bueno y eso nos hace más fácil seguir proyectando”, aseguró el hombre, satisfecho.
Si bien estos meses de verano los integrantes del grupo se han tomado un descanso, ya proyectan con fuerza las actividades del año. “Nos estamos reuniendo con gente del municipio porque acá tenemos una sede de una unión vecinal que está a punto de desocuparse. Allí queremos pasar películas y realizar distintos tipos de actividades recreativas”, adelantó la coordinadora del colectivo.
Por una sociedad con amor
Tal como subrayó su creadora, esta asociación se formó "por y para los niños". "Hacemos esto porque queremos dejar a los chicos una sociedad con amor y, sobre todo, para que crezcan creyendo en la bondad y en que no todo es violencia", destacó Norma.
Lo que buscan, en síntesis, es dejar un mensaje de esperanza a los más pequeños para que no se críen desanimados. “Queremos que sepan que hay gente que desinteresadamente brinda amor”, expuso.
Para ella, ésa es la única manera de salir adelante como sociedad. “Si ponemos un poquito entre todos podemos hacer una diferencia. Creo que si todos nos concientizáramos no costaría nada llegar a cada vez más gente”, cerró convencida.