Si los rumores son ciertos, quizás en poco más de un mes la disputa por el lugar central de la plaza que está detrás de la Casa Rosada finalmente llegue a su fin, con la figura de la luchadora Juana Azurduy ya de pie, sobre un pedestal, y mirando hacia las ventanas del palacio presidencial.
La intención sería inaugurarla el próximo 12 de octubre. Es que mientras Cristóbal Colón, o lo que queda de la figura del navegante genovés, aún hoy -después de más de un año de haber sido desmantelado- sigue bajo una carpa en la plaza que todavía lleva su nombre y todavía esperando una ley que lo traslade, la flamante escultura de Azurduy ya está casi terminada y sólo le faltan algunas piezas para ser mudada.
Esta semana será clave para los dos monumentos: por un lado la Legislatura avanzará con la ley para mudar a Colón; por otro, Presidencia intentará apurar los trabajos.
La reunión en el palacio legislativo está prevista para mañana. Será una audiencia pública en la que distintos oradores podrán debatir la idea de mudar la escultura de Colón a la Costanera Norte.
De todas maneras, sólo será un paso formal porque tanto la Ciudad como Nación ya firmaron una ley, que incluso fue promulgada, para aceptar ese nuevo destino, en el espigón Puerto Argentino que está sobre la avenida Rafael Obligado, frente al Aeroparque.
El debate, sin embargo, promete más polémica porque la comunidad italiana aún se niega a ese traslado y ya advirtió que seguirá haciéndolo hasta la última instancia.
Pero la Legislatura sigue su ritmo y, después del debate, el proyecto volverá al recinto y obtendrá sanción definitiva.
Esa movida se sumará a la que ya había dado el Gobierno nacional el 12 de agosto último, cuando promulgó una ley que sancionó el Congreso para que ya no haya frenos para el traslado. Ese día, trascendió que Nación pagaría los $ 15 millones del operativo y Ciudad se haría cargo del mantenimiento.