La cuenta regresiva comenzó y todo el equipo encargado del Acto Central está trabajando tiempo completo para que "Sinfonía azul para el vino nuevo" sea la imponente Fiesta que han soñado y creado. Así lo confirmó a diario Los Andes el pianista Juan Pablo Moltisanti, quien fue convocado por Golondrina Ruiz para ser el director musical del espectáculo.
"Es mi debut absoluto en Vendimia. Nunca participé en todos estos años. Es un honor y un privilegio poder estar al frente de colegas y amigos que admiro tanto", confesó Juan Pablo, en alusión a los 68 músicos que conforman el ensamble o la "mini orquesta".
Moltisanti tiene en su haber maravillosos trabajos que avalan su experiencia artística: fundó y dirigió dos bandas dedicadas al tango: Tango&Punto y Tangastor. También es mentor, director y arreglador de la Sparkling Big Band, compuesta por 30 músicos.
Asimismo, asegura que saber que dejará su marca e impronta musical en la historia de la Vendimia lo llena de emoción, a pesar de que nunca fue algo que lo desveló: "Varias veces estuve en el Teatro Griego como espectador y cuando veía a los músicos en escena sentía ganas de ser uno de ellos, pero siempre lo miré como algo imposible. Hoy, viviéndolo como una realidad, me siento un privilegiado total".
La invitación a ser parte del equipo llegó a través de Sergio "Coco" Gras, productor ejecutivo de "Sinfonía azul...". Luego, vino una reunión con el guionista y director Golondrina Ruiz y, tras una breve consulta a su familia y amigos más cercanos, se animó y les dijo que "sí".
"Si bien a Coco lo conozco desde hace años, a Golondrina nunca lo había visto en persona; sólo sabía de su parte artística y me generaba algo de incertidumbre trabajar con él. Afortunadamente, al instante tuvimos química y se generó una simbiosis que nos permitió empezar a trabajar de manera súper conectada", confirmó el creador de la Sparkling Big Band.
En búsqueda de la nota azul
El concepto general de toda la música del Acto Central es definido por el director como "épico", "fílmico", "bien de película" y tiene un gigantesco reto por delante: emocionar al público a través de la nota azul, un término que resulta desconocido y bastante complejo de entender para la gente común, porque en realidad no existe de manera tangible. Es decir no se puede escribir en un pentagrama. Tampoco es una tecla o una cuerda y no se puede reproducir con la voz.
Para ser más específicos, la nota azul es el estado sublime de la música y se puede entender como un conjunto de sensaciones que produce un estado de bienestar o nostalgia al escucharla. Es lo absoluto.
Justamente, en la historia de "Sinfonía azul para el vino nuevo" el protagonista está obsesionado con la búsqueda de esta nota y erradamente piensa que la encontrará en una partitura. En el desarrollo del guion, las memorias colectivas, serán las encargadas de decirle que tiene que buscar otros códigos, cosas intangibles que están en la memoria del pueblo. Sobre el final se dilucidarán cuáles.
"Cuando Golondrina me contó la historia de este compositor obsesionado con escribir una sinfonía que tuviera esta particular nota, me dice: 'y la nota azul aparece al final y tiene que estar'. O sea que las 30 mil personas presentes en el Teatro Griego, más todo el público que lo siga a través de la televisión o la radio, deberán experimentar la emoción concreta", argumentó con un dejo de preocupación Moltisanti, porque hay muchos componentes que pueden interrumpir ese momento.
"El desafío es inmenso, por que para que la nota azul tan anhelada por cualquier músico ocurra, se deben conjugar varios elementos a la vez y en las gradas del teatro hay muchas situaciones que pueden interrumpir ese momento: las luces, los ruidos, las charlas entre los espectadores", contó el pianista.
Sin embargo se siente tranquilo y capaz de lograrlo, ya que ha estado investigando y leyendo estudios científicos donde aseguran que para conseguir la nota azul se deben combinar diferentes sonidos. En estos meses de trabajo y a modo de ensayo, ya compartió esos momentos musicales compuestos para dar con la nota azul y asegura que varios del equipo experimentaron una sensación extraña que los emocionó.
"Por eso estoy tan feliz con esta oportunidad, porque no sólo he tenido que escribir y poner música a los cuadros típicos de Vendimia, sino que también he podido crear melodías que buscarán emocionar a miles de espectadores al final de la obra", resaltó Juan Pablo.
Casi 70 músicos en escena
Como ya lo adelantamos, este año la música es fundamental dentro de la historia. Tanto es así que el personaje principal del libreto es un director de orquesta. Ante este panorama y gran responsabilidad, Moltisanti no dudó en convocar a algunos de sus colegas más cercanos para que lo acompañaran, como Rubén Martínez, Diego Flores, Lorena Miranda, Walter Anselmi y Juan Manuel Ojeda. "Con ellos he trabajado siempre y no podían no estar conmigo", afirmó.
El resto del ensamble se conformó con los artistas seleccionados en los habituales casting vendimiales: "En las audiciones me fui encontrando con antiguos compañeros y gente con la que en algún momento compartí escenario, pero también descubrí talentos desconocidos que tienen un gran potencial. Este ensamble está integrado por excelentes profesionales que van a brillar en el Frank Romero Day".
Una de las principales características de la música es que va a ser básicamente instrumental. Contará con muchos instrumentos de cuerda, metal y percusión. También habrá un grupo coral y momentos muy específicos para los cantantes.
Todos los temas tendrán su pincelada sinfónica y, si bien se interpretarán canciones de otros autores, el gran porcentaje de la música es original y será ejecutada cien por ciento en vivo: "No queremos que suene nada grabado, porque tenemos un ensamble maravilloso y porque realmente tenemos toda la música lista desde hace meses. Estamos trabajando muchísimo desde agosto, y si los músicos van a estar ahí, entonces aprovechémoslos ", afirmó el reconocido pianista.
Otra novedad que se destacará en esta edición de la Vendimia 2020 tiene que ver con la distribución de la orquesta sobre la escenografía. Si bien seguirá siendo en el mismo lugar físico, es decir en la parte superior del escenario principal, la diferencia está en que los músicos estarán ubicados en gradas de manera tal que todos puedan lucirse y ser vistos por el público.
"En una de las primeras reuniones de equipo llevé la inquietud y les dije: 'Los músicos no se ven desde las tribunas' y les mostré un boceto que había diseñado para mejorar esto. Lo cierto es que me escucharon y trabajamos ese boceto con los técnicos y escenógrafos y logramos armar algo diferente y que se verá genial. La idea es que los músicos estén en gradas o desniveles para que se vea todo el ensamble y no los cinco primeros músicos", manifestó el responsable de la orquesta.
Sin fecha confirmada para comenzar los ensayos, Moltisanti asegura que será en los próximos días, en el Espacio cultural Julio Le Parc. En tanto, están terminando de armar todas las partituras y trámites propios de la Fiesta.