Juan Martínez: “Hace más de cuatro años que la papa no tiene valor”

El productor frutihortícola considera que los nuevos desarrollos en la provincia con respecto a la papa por ahora no salvarán el negocio.

Juan Martínez: “Hace más de cuatro años que la papa no tiene valor”
Juan Martínez: “Hace más de cuatro años que la papa no tiene valor”

La reciente inauguración de una planta de elaboración de papas prefritas congeladas y de escamas para puré sobre la ruta 7 ofrece una oportunidad para los productores mendocinos de esta hortaliza, cuyo cultivo no está muy extendido en la provincia porque requiere de una buena cantidad de agua. Sin embargo, Juan Martínez, productor e integrante de la Unión Frutihortícola Argentina, sostiene que, desde hace 4 años, quienes se dedican a cultivar este tubérculo enfrentan una situación difícil por los bajos precios.

Pese a eso, el Instituto de Desarrollo Rural (IDR) informó que la superficie cultivada con papas aumentó  49% en el último año, ya que pasó de 3.459 hectáreas en la temporada 2017 -18 a 5.144 hectáreas para la 2018 -19. Los departamentos en los que está concentrada son Tupungato, San Carlos y Malargüe y las variedades predominantes son las destinadas para consumo (no para industria).

- ¿Cómo fue la última temporada para el cultivo de la papa en la provincia?

- En Mendoza no anduvo bien porque hubo sequía. Las papas intermedias, que se producen en la zona más extendida, en Tupungato, estuvieron afectadas por la falta de agua. La mayoría de las producciones fueron menores. Lamentablemente hace 4 años que la papa no tiene mucho valor. Estamos trabajando a pérdida.

- Con la menor cantidad de papa disponible por la sequía, ¿no mejoró el precio?

- No. No subió porque Buenos Aires ha tenido muy buena producción. Vamos a ver qué pasa dentro de un mes y medio, cuando allá empieza a mermar un poco.

- ¿Desde cuándo se dedica al cultivo de la papa? ¿Qué cambió en estos cuatro años?

- Hace más de 20 años que me dedico a cultivar papas. Lo que pasa es que en el sur de la provincia de Buenos Aires se planta mucho y es una zona única con muy buenos rendimientos. Acá, una hectárea te da 1.500 a 2 mil bolsas y allá, 2.500 a 3 mil. Acá las hacemos, allá las papas se hacen solas (bromea).

La situación se viene poniendo crítica desde hace 4 o 5 años porque el productor no se defiende con los costos. Uno invierte con insumos en dólares y cosecha en pesos para el mercado interno. Entonces no cierra la ecuación.

- La llegada de la fábrica de papas congeladas, que va a tener sus propios cultivos pero también a trabajar con productores tercerizados, ¿podría cambiar este escenario?

- Va a sacar producción para industrializar y a aliviar un poco los mercados. Puede ser que por uno o dos años mejore la rentabilidad para el productor, pero después de ese tiempo las fábricas alcanzan el nivel de producción que necesitan.

- ¿Ha analizado la posibilidad de pasar a variedades para industria?

- Yo tengo papa para consumo interno, para industria todavía no. Lo estamos pensando, pero con el tema de precios no cierra mucho, porque siguen siendo bajos. Además, la papa para industria demanda un poco más de inversión porque el ciclo es más largo. Son de 150 días, cuando la que hacemos para mercado interno es de 90 a 120 días.

- ¿Otros productores están cambiando las variedades?

- Algunos están cambiando para ese lado, pero hay que ver. Lo que pasa es que este año la fábrica trabajó poco porque inauguraron muy sobre la temporada, pero creo que va a empezar a dar resultados en 2020.

- Desde el IDR informaron que la superficie cultivada con papa en la provincia aumentó considerablemente...

- Se está dando crecimiento en Paso de las Carretas (San Carlos) y en Santa Rosa, pero tengo entendido que no han tenido muy buenos resultados. Para el sur de la provincia ha sido mejor el resultado que para el este, donde hay plantaciones grandes.

- Con este escenario de costos y mercado, ¿planea dejar de cultivar papa?

- Hay que esperar un cambio en la situación. Yo también tengo cerezas y otros frutales y hortalizas. Este año nos salvó un poco el ajo, pero muy finito. El sector agrícola, vitivinícola y frutícola está muy resentido y por lo que dicen el año que viene también va a ser difícil. La única que nos puede salvar es la cereza, porque habría interés en China.

Pero falta infraestructura, máquinas de seleccionar, porque el mundo requiere tecnología pero importarla es muy cara y no hay ayuda de nada. Estamos como la mayoría. Al caerse las ventas, las ganancias se reducen y hay que tratar de hacer economía en lo que se pueda.

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