Todos preguntaban en boxes por su presencia. La actividad ya se había puesto en marcha y no había rastros de la leyenda del automovilismo nacional. Cada tanto se anunciaba su visita. La espera se hacía cada vez mayor para aquellos fanáticos que buscaban su autógrafo o fotografiarse junto a él.
De repente y sin protocolo previo, la camioneta de la Asociación Argentina de Volantes abrió paso por la calle de boxes, escoltada por un Ford Mondeo. Con el vidrio de su puerta bajo, Juan María Traverso sonrió y saludó a los pocos que estaban cerca de la torre de control.
Apenas descendió del auto posó para las fotos y cordialmente se prestó al diálogo con Más Deportes para hablar sobre su visita al autódromo de San Martín, gestión que llevó adelante la Asociación Pilotos Automóviles Turismo Cuyano en el marco del Gran Premio Vendimia que el pasado domingo llegó a 65 ediciones. Luego, ya más distendido tras recorrer los boxes con su infaltable atado de cigarrillos en mano, el Flaco habló con toda la prensa antes de la despedida.
-Si bien viniste en otras ocasiones a Mendoza, ¿puede ser que desde aquella fecha de 1995 que ganaste con el Peugeot 405 que no visitabas este circuito?
-Si, me parece que así es. Pasó mucho tiempo. Demasiado diría yo.
-No dudaste cuando la Asociación de Pilotos te invitó al Gran Premio Vendimia al ser el más ganador del rico historial.
-Ni hablar. Aparte tengo muchos amigos en Mendoza que hacía mucho no veía. Estoy muy metido dentro del tema de las categorías zonales, tratando de trabajar en función de volver a lo anterior, como unificar reglamentos, bajar los costos, que los dirigentes sean coherentes. Se busca tener categorías fuertes, como era en otras épocas.
Aparte estuve mucho tiempo hablando con ellos de estos temas en San Luis, cuando tuvieron su carrera en el Rosendo Hernández. Cuando me invitaron les dije que sí enseguida. Es un gusto estar acá.
-A este Zonal, ¿cómo lo ves?
-Lo veo bien desde el punto de vista que tienen unas categorías para hacerlas crecer, unificarlas y crear un Zonal fuertísimo en la región. Tienen todo en la mano y con muy pocas cosas lo pueden lograr.
Están firmes, sólidos, con ideas piolas para el futuro. El camino que van siguiendo con las categorías es el correcto y pienso que, en muy poco tiempo, tendrán un 30% más de autos generando un zonal con bastante peso, como era antes.
-Con colegas y allegados al automovilismo local nos llamó la atención tener que hacer cola para ingresar al autódromo, algo que hacía mucho tiempo no pasaba con el Zonal Cuyano.
-Eso te demuestra que lo que están mostrando le gusta a la gente. Yo recién entré pero te aseguro que no hay diferencia entre una fecha de TC 2000 y lo que hay hoy (por el domingo) en cuanto a cantidad de público. Con lo cual, de alguna forma, avala lo que estamos hablando.
-Sos el más ganador del Vendimia con cinco ediciones logradas en el recordado General San Martín. ¿Qué significa para vos?
-Fue una linda época, más corriendo en aquel autódromo. Pero eso ya fue. Siempre dicen Schumacher o Fangio, o cosas por el estilo. Eso ni lo contesto porque no se pueden comparar. Las estadísticas fueron mías, la época fue mía; para mí fue bárbaro y lo disfrute, pero nada más. Por ahí viene uno y me dice que Matías Rossi es el Traverso de la actualidad y yo le digo que no. Le pregunto: Rossi, ¿sabés quien es? Es Rossi y punto.
-Pero hoy casi no hay ídolos y vos lo eras junto a una camada de grandes pilotos de la época.
-Seguro, pero el nuevo sistema llevó a todo esto y obviamente muchos se están arrepintiendo y no saben cómo volver atrás. Creo que en algún momento volverá la esencia.
-Volviendo a la fecha que ganaste en este autódromo que, por cierto, cambió mucho a lo largo del tiempo. ¿Qué recordás?
-Ahora lo puedo decir pero en aquella época no porque me mataban. Oreste Berta estaba en Renault pero me ayudó muchísimo cuando yo corrí con el Peugeot. En todas las pruebas que había hecho en secreto yo nunca le mostraba el auto, entonces él me tomaba tiempos sobre el final de la recta, justo donde yo ponía sexta velocidad.
En la primera vuelta pasé y puse sexta, en la segunda también pero en la tercera lo veo a él con todos los cronómetros y, en lugar de poner la sexta, apreté el embrague y le pegué una acelerada al 405 frente a donde estaba él. Entonces vi que tiró todos los cronómetros al diablo. Eso pasó acá en San Martín y no lo olvido más. Fue muy bueno.
-Esas anécdotas se ven poco en el automovilismo de ahora.
-Hoy no, pero te cuento esto como algo que pasó acá en San Martín. Y fijate vos al tipo que te estoy nombrando. Berta es quien admiro, respeto y soy muy amigo. Vivíamos ese tipo de cosas que eran muy piolas; ahora es nada que ver.
-¿Qué análisis harías del automovilismo en la actualidad?
-Lo veo medio planchado. Excesivos costos sin sentido. Elevados presupuestos de un auto de TC o Súper TC 2000 a la gente le importa tres pepinos. A los pilotos no les alcanza para juntar la plata y poder competir. Está como chato.
-¿Es cierto que para una fecha de Top Race en San Rafael llegaste hasta este circuito pensando que la carrera era acá?
-Si. Aparte yo decía por teléfono: “no hay nadie en el autódromo”. Y me contestaban: “Pero si está lleno de gente el autódromo”. Entonces pregunté dónde estaban y me dijeron que en una bodega que estaba fuera del autódromo. Así que fui hasta una bodega que está por acá cerca y pregunté si no había una reunión de automovilismo. Como me dijeron que no, volví a llamar y me confirmaron que la carrera era allá, en San Rafael.
El piloto, en un quinto plano a causa del auto
“Hoy en día, el auto es mucho más importante que el piloto, que está en un quinto plano más o menos. Sino fijate Nico Rosberg en la Fórmula 1. Su padre, Keke, corrió conmigo en Fórmula 2 y luego fue campeón de la Fórmula 1; era muy bueno, pero su hijo no adquirió nada del padre. Es de madera, sin embargo puede ser campeón de Fórmula 1 porque el Mercedes Benz es imbatible. Antes eso no ocurría”.
¿Profesionales de qué?
“Una vez me dice el Pato Silva: ‘Ahora somos profesionales, en tu época eso no ocurría’. Entonces le pregunto: ¿Explicame de qué carajo me estás hablando porque no entiendo? Me contesta que sí, que ahora gana un auto por mes de la marca que él está representando. Entonces le dije: ¿Sabés qué? En mi época yo ganaba una cupé Fuego por semana. ¿De qué me estás hablando? Eso marca una pauta de que el automovilismo siempre fue un negocio”.
