En julio de 1982 Los Andes rescató la figura de Juan Gualberto Godoy, el primer poeta provincial. Nacido en Mendoza en 1793 dedicó su juventud a la vitivinicultura, pero cuando la Patria lo necesitó se incorporó al Ejército como teniente del General Mariano Necochea.
Hacia 1820 publicó "El Corro" cuyo subtítulo dice "Confesión histórica en diálogo que hace el Quijote de Cuyo, Francisco Corro, a un anciano que tenía ya noticias de sus aventuras, sentados a la orilla del fuego de la noche que corrió hasta el pajonal, lo que escribió a un amigo suyo". Se trata de un texto escrito a modo de diálogos poéticos, por el que es considerado nuestro primer poeta.
Francisco Corro, protagonista del poema, fue un personaje contemporáneo a Godoy, que tomó trascendencia ese mismo año por sublevarse al poder de turno. Se cree que terminò siendo fusilado en Salta pocos meses más tarde.
Aparentemente Dominguito Sarmiento -hijo del prócer- hizo referencia al texto en una de sus cartas, lo que suscitó interés en muchos. Durante más de un siglo fue rastreado por diversas bibliotecas sin éxito, llegando incluso a darlo por perdido.
Finalmente en 1963 Félix Weinberg -autor de una extensa biografía sobre Godoy- pudo localizarlo en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro. La belleza del mismo se evidencia desde el comienzo, como podemos observar en este fragmento:
"Hijo de un zambo platero / llamado Teodoro Corro / nací en Salta como un zorro / en un miserable agujero; / vil, ignorante y grosero / cobarde, pero atrevido / pedí el militar vestido / para cacarear honor, / siendo todo mi valor / el valor de mi apellido / De un mal soldado a teniente / ascendí por carambola / y asombrado exclamé: ¡Hola! / ya voy pareciendo gente...".
Godoy dejó Mendoza en 1827 y pasó algunos años en Buenos Aires, Chile. Cuatro años más tarde, de regreso en la provincia, fundó un periódico para apoyar al General Paz contra las fuerzas de Rosas.
Siendo derrotada su facción se exilió en Chile hasta la caída del Restaurador, en 1852. Hacia 1861 se convirtió en uno de los supervivientes del terremoto que destruyó Mendoza y su hogar. Murió el 16 de mayo de 1864 a los 71 años.
