El actor Juan Grandinetti, hijo del célebre intérprete Darío Grandinetti, se luce en su primer papel protagónico en cine en "Pinamar", la película de Federico Godfrid que se estrenó el jueves en las multisalas locales con la historia del emotivo reencuentro de dos hermanos tras la muerte de su madre y el camino de transformación que experimentan cuando se enfrentan a la posibilidad del amor y a los recuerdos de su infancia y juventud.
La primera película en solitario de Godfrid, tras codirigir "La Tigra, Chaco" junto a Juan Sasiaín, es una obra sólida y atípicamente conmovedora, ya que -a diferencia de la frialdad distante de la mayoría de los films actuales- se anima a poner el foco en las personas y sus sentimientos, en este caso en el drama de dos hermanos que después de muchos años regresan a la ciudad de Pinamar para vender el departamento de sus padres.
“Fue un desafío, porque venía de hacer mucho teatro y tenía ganas de incursionar en el cine. Además, esta es una película que se basa mucho en la actuación y en las emociones, por lo que la cámara estaba siempre encima de nosotros. Eso me resultaba muy interesante porque era exactamente lo que yo quería descubrir y transitar en el cine y esta película me dio una gran oportunidad”, afirmó Grandinetti.
El joven intérprete -que ganó el Premio al Mejor Actor en el Festival de Punta del Este por esta película- recordó que "fue un trabajo muy distinto a todo lo que hice después, porque demandó un proceso muy intenso, que incluyó viajar dos semanas antes a Pinamar para ensayar y apropiarnos del lugar, lo cual me facilitó mucho adaptarme a tener la cámara encima permanentemente".
“A nivel personal, tenía cierto temor, pero todo el trabajo previo que hicimos con Federico (Godfrid) ayudó mucho a fortalecer los vínculos con mis compañeros y nos dio un piso muy alto para movernos con mucha facilidad y casi no notar la presencia de la cámara”, agregó Grandinetti, para quien “esa metodología potenció mucho las posibilidades de los tres protagonistas”.
Antes de filmar "Pinamar", Juan había participado en el film "El prisionero irlandés", de Carlos Jaurelguialzo, y luego fue convocado por Toti Glusman para "Pescador", por Lucas Figueroa para la coproducción con España "Despido procedente" y por Alberto Lecchi para "Te esperaré", en las dos últimas de las cuales compone justamente al hijo de personajes encarnados por su padre, Darío Grandinetti.
Ritos de pasaje
Protagonizada además por Agustín Pardella y Violeta Palukas, "Pinamar" narra el regreso de dos hermanos veinteañeros a la ciudad balnearia, en otoño, fuera de la temporada turística, para darle el último adiós a su madre, recientemente fallecida, esparcir sus cenizas en el mar y vender el departamento de veraneo de la familia.
Una de las claves del film es que va en contra de la idea de que la adultez temprana a la que deben enfrentarse los personajes, a causa en este caso de la muerte de su madre, implica necesariamente desprenderse de todo lo bueno que hubo en la niñez o la adolescencia, como si el paso a esa etapa de la vida debiera ser algo trágico o solemne.
Así, en ese viaje físico y emocional que emprenden, cada uno de los hermanos se conecta de diversas formas con el espacio de donde brotan los recuerdos, con los objetos, sensaciones y sonidos que remiten a un tiempo de felicidad fraternal y poco a poco van dejando atrás la distancia que los separa para entregarse a las emociones y el cariño que los une, pese al paso del tiempo y a la ausencia de sus padres.
-Encarar la muerte de la madre, siendo tan jóvenes, es algo duro para transmitir.
-A mí no me pasó, pero justo mi vieja se había ido a vivir a Barcelona, algo que fue duro porque yo había convivido con ella toda mi vida.
Por esta separación pude mezclar un poco esos sentimientos. Hubo una escena en la película, que no quedó, en la que realicé esa memoria emotiva, porque para mí fue muy movilizador cuando se fue.
-¿Cómo sentiste la adaptación al cine?
-Es un laburo que fui aprendiendo a medida que rodábamos. El teatro me das más miedo porque la gente está ahí y no hay corte que valga. Acá, por otro lado, es muy difícil no distraerse con el detrás de cámara. Eso lo fui aprendiendo con el rodaje.
Es otra metodología, me agarró en un buen momento para nutrirme como actor y sumar herramientas. Al principio me costó, me doy cuenta cuando veo la película, pero confié plenamente en la apuesta y fue un gran acierto de los diálogos silenciosos, sin texto.
Padre y colega
Grandinetti reconoció además que aprendió mucho de su padre: “Al compartir la vida y el mismo oficio, inevitablemente mi viejo me transmitió mucha sabiduría. Una vez me dijo que él notaba que tanto mi hermana como yo habíamos aprendido cosas que no recordaba habernos enseñado. Consciente o en mi caso, inconscientemente, uno va adquiriendo conocimientos de conversaciones y de la vida misma”.
“Creo que hay muchas cosas con las que hoy trabajo que las aprendí de él. Algo en lo que siempre hizo mucho hincapié mi viejo es que es muy importante escuchar y seguir actuando incluso cuando uno no tiene texto. Escuchar es muy difícil y a veces es mucho más importante que actuar. Eso es algo que trato de hacer bien a fondo, porque me parece importante y también difícil”, manifestó el actor.
-De todos modos, tu padre ya tiene un nombre hecho y vos tenés que hacer tu propio camino...
-Yo apunto a tener un criterio propio para aceptar las cosas que quiero hacer. Ya en la vida aprendo mucho de mi viejo y el trabajo no le escapa a eso, soy afortunado y quiero aprovecharlo al máximo porque lo admiro como padre y como colega.
-¿Notás diferencias y similitudes, en lo profesional, con respecto a tu padre?
-Tengo más cosas en común que diferencias con mi viejo. Pero quiero que me reconozcan como Juan y no como el hijo de. Sin embargo eso me excede, así que no me enrosco. Los que no quieran verlo así, es su tema.
El personaje
En relación a su personaje, que es mucho más serio y responsable que su hermano menor, Grandinetti sostuvo que “es interesante como cada uno de ellos enfrenta el duelo y la pérdida de su madre. Mi personaje se siente muy responsable de cosas que antes no tenía que pensar y por eso el duelo que hace es asumir un poco el rol del hermano mayor”.
“Eso me parece importante, porque él siente que tiene que ocupar ese rol, el del hermano mayor, y por eso parece no tener tiempo para sufrir ni sentir. Tiene que resolver y resolver, y eso es el viaje emocional que debe atravesar”, añadió Grandinetti, a quien el director le pidió siempre que “debía aguantar y contenerse todo el tiempo, a pesar de que estuviera sufriendo mucho en su interior”.
El intérprete destacó el trabajo de Godfrid y sostuvo que “fue muy enriquecedor, porque es una persona que sabe mucho lo que quiere y sabe transmitirlo muy bien a los actores. Ya desde el proceso del casting nos hizo sentir muy comprometidos con la película. Nos dio tiempo para plantear nuestras dudas y de esa forma nos hizo involucrarnos al cien por cien en lo que hacíamos”.
Si bien se formó en el teatro, Grandinetti admitió que “el cine tiene otra manera de trabajar, una manera muy sutil, y eso la verdad que me gusta y atrae bastante. Hay una diferencia de gestualidad entre el teatro y el cine. Y en ese sentido estoy aprendiendo que, en cine, menos es más”.