Juan Figueroa, "el gigante de la feria”

Juan Figueroa, "el gigante de la feria”

Juan Antonio Figueroa, conocido como "El Gigante de la Feria", fue una de las grandes figuras del boxeo mendocino de fines de los '70 y comienzos de los '80 cuando llegó a lucir el título de campeón argentino de la categoría pesado. Así llamado por su enorme corpulencia, largos brazos y alta contextura física -1,98 de estatura y 93 kilos- y por su trabajo de changarín y cargador de bolsas de papas, zanahorias, zapallos y cebollas en el Mercado Cooperativo de Guaymallén donde incluso seguía trabajando en su época de pugilista.

Aquel llamativo Goliat de mirada dura y desafiante, fuertes puños, singular potencia y enorme valentía se convirtió en esos tiempos en un increíble fenómeno de popularidad por su gran poder de convocatoria cada vez que las marquesinas de los días viernes anunciaban su estelar presencia en el ring de Av. Mitre. El público respondía de manera masiva seducido por ese 'Bonavena' local que generalmente alcanzaba el perfecto y espectacular KO, lo cual era lo que la afición esperaba y le exigía. 

Lo curioso y anecdótico es que solamente había hecho tres combates como aficionado cuando el 26/11/76 hizo su debut como profesional, en Tunuyán, al vencer por KOT en el 3er. round a José Antonio Morales,  donde completó 29 peleas con 20 victorias (15 por KO), 8 derrotas (7 por KO) y 1 empate. Su consagración definitiva llegó un inolvidable 11/06/82 en el Pascual Pérez de Mendoza cuando alentado ruidosamente por una multitud que coreó largamente su nombre, demolió por toda la cuenta en el sexto asalto al santafesino radicado en Chaco, Diego Cacho D'Elía, para ser proclamado el mejor peso completo del país. Esa pelea y las tres que protagonizó con Juan Antonio Musladino con dos victorias (20-05-77, KO en el 10mo. y 04/12/81 por puntos en 10 rounds) y una derrota (14-10-77, KO en el 7mo.) fueron según su propio testimonio las más violentas de su breve trayectoria entre 1976-1985

. Se recuerda además que en 1983 se presentó en Atlantic City, Nueva Yersey, en los Estados Unidos, donde enfrentó a José Ribalta y Mike Perkins, y que en 1984 combatió en Wembley, Londres, Inglaterra, donde fue derrotado por Frank Bruno. También lo hizo ese mismo año en San Pablo, Brasil, frente a Adilson Rodríguez en la época que intentó combatir por la corona sudamericana.

Nacido un 18/10/53 en la localidad de Jaime Prats, San Rafael, su familia se radicó en Tunuyán donde a temprana edad aprendió a trabajar la tierra de sol a sol en el campo y en las chacras, tarea que también desarrolló en otros departamentos como Rivadavia y Lavalle. Juan Antonio eligió en sus comienzos la práctica del fútbol ante la firme prohibición de su padre de que practicara boxeo por considerarlo un deporte demasiado rudo y violento. Como muchacho criado dentro de una rigurosa conducta familiar, aunque era un enamorado del boxeo y en lo más íntimo soñaba con parecerse a su ídolo de chico el inigualable Carlos Monzón, debió aceptar la decisión de su padre. Durante un tiempo favorecido por su excelente físico pasó a ser el arquero titular del club La Primavera, el equipo representativo de la zona.

Hasta que allá por 1974, cuando tenía 21 años y había cumplido con el servicio militar obligatorio, ante la muerte de su padre decidió buscar nuevos horizontes y se vino a trabajar a Capital. Se radicó en la casa de un tío que vivía en Villa Nueva y al poco tiempo encontró trabajo en la Feria de Guaymallén, cargando pesadas bolsas y donde empezó su romance con el deporte de los puños.
 
Lo que siempre había deseado desde la época en que admiraba a Carlos Monzón y donde llegó a ser campeón argentino de la máxima categoría lo que cuenta con infinita nostalgia: "Empecé a boxear en el Club Deportivo Guaymallén bajo la dirección de Juan Romo hasta que me incorporé al Luis Angel Firpo donde me relacioné con quien fuera mi querido maestro don Diego Corrientes. Mi primer pelea como aficionado la hice en Tunuyán donde le gané al Tigre Millán. Sin embargo por falta de rivales pasé rápidamente al profesionalismo. Debuté en 1976 con un triunfo por KOT sobre José Antonio Morales. También trabajé y aprendí mucho con Pablo Noé Castellino, al que había enfrentado en 1979, quien me enseñó a pararme en el ring, a explotar mi altura, y el que me abrió los ojos en muchas cosas relacionadas con el boxeo".

"Durante un tiempo pasé a entrenar con el profesor Bermúdez en el Mocoroa pero como don Paco estaba tan absorbido por la atención de Gustavo Ballas que había sido campeón del mundo, a los cuatro meses retorné al Firpo para trabajar nuevamente con Corrientes. Don Diego se la jugó y consiguió la pelea con D'Elía por el cinturón argentino, al que en junio de 1982 le gané aquí en Mendoza por KO en el sexto round. También lo desafié por el título sudamericano pero ese combate vencido el plazo de 90 días nunca se concretó por razones que jamás conocí".

"Por la falta de rivales y como estaba un poco decepcionado me radiqué en Venezuela bajo la dirección de Amílcar Brusa. De ahí pasé a Estados Unidos donde en 1983 hice dos combates y regresé a Mendoza, donde en mi categoría prácticamente no había actividad. En 1984 hice una pelea en San Pablo, Brasil, y otra en Londres, Inglaterra. Estuve casi un año parado hasta que el 07/10/85 hice mi último combate frente a Walter Daniel Falconi en el Luna Park. Sinceramente llegué muy mal preparado, con apenas 25 días de entrenamiento y obviamente perdí por KO", agregó.

"Soy el mejor" 

"Yo soy el mejor" repetía en sus momentos de mayor esplendor por lo que firmaba excelentes contratos y se llevaba limpios el 30% de la recaudación. Lo que así recordó en una charla con este periodista en agosto de 2001 cuando había pasado a saludar y a tomar unos mates con sus amigos del puesto 10 de la Feria de Guaymallén, lo que hacía habitualmente: "Gané mucha plata en Mendoza porque hacía muy buenos arreglos y tenía muy buena onda con el promotor Leonardo Paludi, quien manejaba toda la programación del boxeo de Mendoza".
 
'Si me descuenta un peso no subo', le exigía, y me daba lo que le pedía. Sin embargo nunca pude hacer buenas inversiones y para colmo me agarró el 'Rodrigazo' que me puso KO, me dejó en la lona. Se devaluó todo, me hizo bolsa, quedé en cero. Me recuperé con lo mío, con mi trabajo de chacarero y con mi vieja camioneta Dodge porque puse un reparto de frutas entre Rodeo del Medio y Kilómetro 8. También empecé a trabajar por mi cuenta y los domingos en un turno de 24 horas en la vigilancia de la Municipalidad de Guaymallén. De ese modo le pude brindar bienestar a mi familia y estudios a mis hijos que crecieron sanos y fuertes".

Con el tiempo ese grandote noble, generoso, espontáneo, muchas veces hasta ingenuo e inocente, como él mismo reconoce, que durante años cargó bolsas para poder vivir y se movió en ese colorido mundo de frutas y verduras. Se afirmó en el área de Seguridad del municipio, donde ingresó en 1994 y donde llegó a ejercer el cargo de Supervisor.

Durante mucho tiempo en una tarea de ayuda a la policía, con tres móviles de patrullaje que recorrían los barrios del departamento, se desempeñó en distintos sitios en los que la Municipalidad brinda seguridad. Actividad que hoy prolonga en el Polideportivo 'Nicolino Locche' del Barrio Los Guindos en Guaymallén, al mismo tiempo que disfruta de su hermosa familia, sus hijos y nietos y se emociona con aquel pasado que alguna vez lo convirtió en 'La Fiera de la Feria'.

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