Juan Carlos Reveco retornó ayer a Mendoza tras su derrota frente al campeón mundial mosca FIB, el filipino Donnie Nietes, que lo derrotó por nocaut técnico a los 25 segundos del séptimo round.
Quizás fue la última pelea mundialista para Cotón Reveco a sus 34 años. Fue en el lugar soñado, en Los Ángeles, Estados Unidos, en una cartelera de lujo: SuperFly 2, que reunió a las figuras del plano internacional mosca y supermosca, donde Cotón no pudo cumplir su sueño de volver a consagrarse campeón.
El púgil, con un ojo visiblemente morado y una sutura en su ceja izquierda, llegó acompañado de sus entrenadores, Ariel Cuello, el profesor Pablo Stahringer y manager, Mario Cozzolino. Un grupo de amigos y parientes se acercó a saludar y despertó la atención de mucha gente en el aeropuerto.
La gran pregunta sin dudas fue si continuaría boxeando, a lo que el púgil sostuvo: “Me voy a tomar un descanso y lo voy a pensar...” expresó.
Agregó: “Pese a todo estoy muy bien con el recibimiento y el aguante de los amigos en los momentos duros y críticos del deportista. Fui atrás de un sueño y no se logró. Nos encontramos con un gran campeón y en una pelea muy difícil. Me ganó y me ganó muy bien. Nada que reprocharse”, sostuvo.
-El balance es bueno
-Es muy bueno y positivo a mis 34 años, luego de haber sido campeón mundial durante casi 8 años, que se me dé una chance mundial en los Estados Unidos, es positivo más allá del resultado. Me descuidé me fui al cruce y me fui al piso con un derecha en la que él tiene pólvora. En el boxeo te descuidás un instante y te vas al piso y fue lo que me pasó a mí.
-¿Estuviste entre grandes?
-Es el templo de los monstruos, de los grandes boxeadores, y me quedó el gusto amargo de perder de la manera que perdí, pero bueno eso quedó en manos de Dios. En 2014 pensé que mi carrera se iba a pique y no sabía si iba a seguir boxeando.
Por suerte con el apoyo de grandes amigos: Ernesto Naveira, Mario Cozzolino, Don Andrés (Nieto), el municipio de Malargüe y el gran equipo que me acompañó a esta pelea, Ariel Cuello y Pablo Stahringer, me dieron fuerza al igual que mi familia -la que más me apoya y la que más sufre-, para seguir un tiempo más. Se dio esta oportunidad, como lo soñaba y la imaginaba, la tuve y no me quedé con las ganas. Una cartelera impresionante, la verdad que fue hermoso.
-Cuando te dijeron que no estabas pasado, ¿te afectó emocionalmente?
-Me dio mucha bronca. En la mañana me había pesado y estaba bien. Después fuimos al pesaje oficial y estaba pasado. Era un problema de la balanza que la corrían de lugar y daba 112 libras y en otro 112,02 , eso me desconcentró.
Con Marisol (la nutricionista) habíamos hecho un gran trabajo y sabía que estaba bien. Cuando me hicieron una entrevista por TyC Sport y me preguntaron por mi familia y me quebré. Me quebré de bronca, porque pensaba lo que la afecta a ella (Alejandra. su esposa), a mi mamá, a mi familia, porque todos saben lo que sufro para dar la categoría. La pu.. madre si estaba bien y de repente voy al pesaje y estaba 50 gramos arriba. Me dio mucha impotencia.
-¿Que sentís que faltó, más allá de las cualidades de Nietes, por hacer?
- Siempre falta algo, pero esta vez el equipo estuvo impecable: Ariel, Pablo y Mario estuvieron impecables, me hubiera gustado trabajar con ellos desde hace mucho tiempo. Creo que me faltó más motivación de mi parte.
-Motivación allá o acá.
- No, allá, en 2014 era mi equipo el que me motivaba. Ahora tanto Ariel como Pablo son ellos los que me motivaban, obviamente mi mujer y Andrés (Nieto), gente amiga y que siempre está cerca. Creo que me faltó ese hambre de gloria como en 2012/13. Me faltó un poquito más de eso.
- ¿Eso te produjo algún tipo de inseguridad?
-Sí, probablemente. Por momentos sentí algo de inseguridad y me iba de la cabeza. Sabía lo que tenía que hacer arriba del ring y no lo hacía. La pelea estaba bien planteada. Ariel me gritaba como loco: “No te prendás, boxealo y no importa que la gente te silbe o te grite, aunque sea una pelea mezquina. Hacé una pelea inteligente para vos no para la gente”. Me emocioné un poquito y me fui al tome y traiga y me comí un piñazo en el sexto round y ahí me ganó.
-Te incomodó el abucheo.
- No, no, quería ir al choque. Quería probarlo y me encontré con una derecha terrible, la cual habíamos estudiado con Yoni (Jonathan Barros) en los guanteos. Después de la pelea me dije: “¡Pero qué pelotudo que fui!”. Fueron segundos en los que me traicionó el temperamento .
- ¿Pudiste disfrutar del momento?
-Sí ,disfruté mucho estar entre los grandes y la verdad que estas últimas cuatro peleas las he disfrutado mucho. No sé si es el final de mi carrera, pero estas últimas peleas que he hecho con los chicos en estos dos años, las he disfrutado mucho. Por eso estoy contento, aunque amargado, porque si era la última pelea de mi carrera no la quería terminar de esta forma. Pero bueno, esto es boxeo y pasan estas cosas. Nada que reprocharme y di todo.
-La decisión del rincón de parar la pelea.
-Fue muy buena, puteé un poco, pero después me bajé y les di las gracias. No había ya razón para seguir, porque yo estaba nocaut parado. En el séptimo quise jugármela y dije “a matar o morir” y sucedió la último.
-¿Ahora qué sigue Cotón para vos?.
-Por ahora voy a descansar y después veré qué haremos.
-¿Fue la última pelea de Juan Carlos Reveco?
-Sinceramente, no lo sé, ni yo sé lo que voy a hacer.
-Cuando te levantaste ¿se te cruzó alguien por el pensamiento?
- Sí, por un instante se me vino a mi cabeza Nicolás, Ariel, mi mujer Alejandra, y mi vieja... no sé, todos. Le dije al doctor Naveira (Ernesto), por favor llamá a Alejandra y a mi mamá “y deciles que estoy bien” fue lo primero que hice. Es que ellas son las que más sufren, pero también respetan mi decisión de estar arriba de un ring.