El camino está allanado y el objetivo es claro para Juan Carlos Reveco, la conquista del cuarto título mundial.
Del resultado del combate frente a Komgrich Nantapech no sólo dependía la posibilidad de una oportunidad mundialista, sino de la continuidad deportiva de Cotón.
Obviamente hoy, con la victoria bajo el brazo, los días tienen más colores para él y todo su equipo.
Acompañado de su hijo Nicolás, su esposa Alejandra, Mario Cozzolino (amigo y manager), Ariel Cuello (entrenador) y Daniela (esposa de Mario), -no pudo venir el preparador físico, Pablo Stahringer- Juan Carlos Reveco llegó hasta la redacción de Más Deportes, para contarnos cómo continúa el sendero hacia la conquista de otra corona. Y lo que dejó el gran triunfo frente al tailandés, Nantapech.
“Lo que dejó esta pelea y este triunfo fue un gran aprendizaje, mucho conocimiento, sabiduría y felicidad en todos. Es que cada uno sabe todo lo que trabajó para llegar de la mejor manera a esa eliminatoria. No era fácil y lo sabíamos. Ahora estamos en carrera, lo cual es muy motivante para todos”, comenzó diciendo Cotón.
-La derrota digamos que no era una posibilidad en el equipo.
-No, nunca pensé en eso, por más que sea parte del resultado, pero uno entrena para ganar. Pero el pesaje fue difícil, me costó mucho, es que hace dos años que no daba la categoría y no quería pasar tanto hambre, son muchos años de lo mismo.
Antes de cada pesaje digo lo mismo: ‘esta es la última pelea que hago’, pero después me enrosco de nuevo. La verdad es que hoy estamos muy tranquilos y felices (todos coinciden con Cotón).
-Pero pudiste dar el peso con tranquilidad.
-Sí, pero se sufrió y eso quizás también después me afectó un poquito. Estaba un poco ansioso por subir a la balanza y nunca lo había estado tanto. Fue tanta la ansiedad que el día de la pelea me quedé dormido en el camarín antes de subir al ring. Me había relajado. (Igual que Nicolino, agregó Cozzolino, entre risas).
-A lo mejor estabas un poco estresado.
-Es probable, por eso no estaba dentro de mí la derrota ni del equipo. De eso nunca se habló. Es que también siento la responsabilidad de no defraudarlos. Con el cariño y el amor con el que ellos me tratan (por su equipo), siento que no puedo fallarles. Hacen tanto esfuerzo, como Alejandra (su esposa) que me cuida, me alienta para que entrene, me hace la comida.
Me aguanta porque con el tema de la dieta me pongo muy idiota. El Gordo (Mario Cozzolino) que se jugó la vida por esta pelea por mí. Que iba y venía de Alvear, de Ariel que deja todo para entrenarme. Del profe Stahringer que es muy profesional. No tengo de que quejarme y siento que hice una buena elección.
-Has cambiado cuatro veces de equipo ¿Son decisiones tuyas?.
-Esta vez fue una determinación mía y no estoy arrepentido para nada. Lo charlamos con Alejandra y ella estuvo de acuerdo. Es que los últimos tiempos no estaba bien. Y hoy me siento conforme con la decisión que he tomado.
No hay problemas entre ellos, todos se hablan, hay diferencias como todo. El ambiente es hermoso. Todos se hablan todos, se escuchan. Es un equipo muy unido. ¡Sabés la paz que es para mí que se lleven todos bien! .
“Imaginate que se levanta solo y contento para ir a entrenar. Antes le tenía que rogar para que se levantara”, dice Alejandra.
“Es que acá todos tenemos en claro que la única figura se llama Cotón Reveco”, agrega Ariel Cuello.
-Estabas saturados.
-Son muchos años de lo mismo y a veces no es bueno.
-¿Si perdías que iba a pasar con tu vida?.
-Iba a ser mi última pelea si el resultado no era favorable. Era una decisión y sólo lo había charlado con Alejandra, ella estaba de acuerdo.
Por eso no pensaba en perder (risas). Ahora me todo un descanso y arrancamos de vuelta.