Son las 8.30 de la mañana. Dos puertas de chapa reforzadas indican lo difícil que sería salir del lugar. La puerta del Este señala el ingreso para ver a los presos de Boulogne Sur Mer y la del Oeste para ingresar al penal San Felipe.
La calle es larga, interminable y algo descuidada. Tiene sus murallas altas de cemento mezcladas con alambres de concertina.
En el ingreso se pueden observar las paredes descoloridas por el tiempo. Es una jornada cálida. La cárcel luce limpia y ordenada. No hay gritos ni insultos.
Juan Carlos Guerrero da la bienvenida con alegría. Es uno de los acusados de haber participado en el asesinato de la empresaria de Tunuyán, Norma Carleti. En la mesa que ha preparado, el mate y la tetera serán testigos de una larga charla.
- Está más delgado...
- Es verdad, he bajado 8 kilos. No paso hambre acá adentro, todo lo contrario. Acá la comida no es el problema, es desabrida pero se come bien. El único problema acá es la salud: te podés morir y los médicos te miran por encima. Desde que estoy acá, ya se fueron 3 personas (señala con la mano hacia el cielo). Guerrero está detenido desde el 8 de junio de 2018 bajo la carátula de “homicidio calificado por femicidio en grado de coautor material”. No hay fecha para la elevación a juicio en la causa por la que pasaron 10 fiscales y tres jueces.
El próximo 25 de septiembre, Guerrero cumplirá los 50 años en la cárcel. Tuvo dos matrimonios, del primero nacieron sus 6 hijos (tres mujeres y tres hombres). Durante 10 años se desempeñó como gendarme en el Escuadrón 31 de Las Lajas pero se retiró porque en ese momento los sueldos eran muy bajos y estaba lejos de su familia. Luego fue empleado en Las Lomas SA -la empresa de Carleti- y en los últimos tiempos se desempeñaba como ayudante de albañil.
-¿Cómo son sus días en el penal?
-Me levanto muy temprano; a las 6 de la mañana ya estoy arriba y a las 22 me acuesto. Colaboro con todos los muchachos que están acá; ayudo en todo lo que puedo en el pabellón.
-¿Por qué cree que está preso?
-Porque les conviene a los dos fiscales que desde el primer momento no dijeron la verdad (hace referencia a Adrián Frick y Carlos Torres). Para ellos siempre fue más fácil decir que los Guerrero somos los culpables y no buscar la verdad. También por la querella (los abogados Víctor y Federico Ábalos) ellos han mentido mucho, pero ¿quién me cree a mí? Ellos son gente que tiene poder y por ser abogados la gente les cree a ellos. Si a mí me dan la libertad, se les cae la causa. Tan simple como eso.
-¿Cree que alguno de sus hijos mató a Norma Carleti?
-Yo creo en mis hijos. No la mataron ni tienen nada que ver con todo lo que se les ha inventado. Mis hijos no sabían ni saben manejar y dicen que manejaron el auto. Yo sí sé manejar y nunca estuve en la casa de doña Norma el día que la mataron.
-Pero a uno de sus hijos le encontraron ADN en las uñas.
-¿Usted sabe quién lo acompañó a mi hijo? ¿Sabe si es verdad lo que dicen los fiscales? Lo agarraron sin testigos y sin nadie; es tan fácil mentir con las pruebas. Kevin esa noche estaba conmigo y Ever estaba en Cordón del Plata, no estaba en Tunuyán. Y Alexis estaba con su pareja en la calle Moreno. Mis hijos no saben manejar.
-¿Usted no tuvo nada que ver?
-No, no tuve nada que ver, pero si no me dejan preso se les cae todo.
- Usted vio pasar a 10 fiscales ¿Cómo cree que ha sido el trabajo?
-Hubo dos fiscales que me mataron en vida (Frick y Torres). A ellos lo único que les importaba era buscar gente que hablara de nosotros. Los otros fiscales duraron poco y el último fiscal me parece un hombre serio.
La Justicia le cree a la gente que tiene plata, a los abogados querellantes y también a algunos fiscales. Para la gente de afuera, nosotros somos una lacra y ellos, que mintieron y armaron todo, siguen como si nada.
-¿Leonardo Hisa le habló alguna vez de matar a Norma Carleti o hacer algo parecido?
-Si había un tipo que la respetaba (a Carleti) era don Leonardo (jura con los dedos). Nunca el señor Hisa me dijo que la mataría o me charlaría dándome a entender que la quería matar. No lo defiendo a don Leonardo, sólo digo la verdad. Él tiene quien lo defienda y bien defendido, pero nunca me dijo ‘la voy a matar’ o que alguien la matara.
-¿Cómo era la relación entre usted y Leonardo Hisa?
-Era buena, yo le estoy muy agradecido a don Leonardo y a doña Norma. Ellos me brindaron todo. Para mí, ellos dos eran mi familia. Ellos siempre te ponían esa distancia entre patrón o patrona y empleado pero siempre me daban una mano.
-¿Cómo era la relación entre Norma Carleti y Leonardo Hisa?
-Doña Norma tenía un carácter... Mamita... Ella te miraba y ya con la mirada te decía todo. Tenía un carácter fuerte. Con don Leonardo tenían dentro de todo una relación buena pero nunca fueron de tirarse cosas como algunos dicen. Ya no convivían en el mismo techo, pero seguían haciendo cosas juntos. Los dos, dentro de los problemas, se seguían cuidando.
-¿Algún abogado le ofreció plata, como gritó a la salida de una audiencia?
-Mire, a mí me ofrecieron mucha plata, pero muchísima plata por este caso. Querían echarle la culpa a don Leonardo y vinieron y me dijeron ‘Echale la culpa’.
-¿Quiénes fueron y cuánta plata le ofrecieron?
-Me ofrecieron 5 millones de pesos. Yo fui detenido un día viernes por la tarde. Me vino a visitar el doctor Isura y me dijo que había hablado con los abogados Ábalos. Me empezó a decir que yo debía hacerme cargo del asesinato y me ponían los 5 palos. Cuando le pregunto quién ponía esa plata, me dijo que eso se lo habían ofrecido los Ábalos. Yo debía decir que el armador de todo esto era Leonardo Hisa y que, junto a mis hijos, la habíamos matado a doña Norma. Además, me decían que ellos nos ayudarían con plata y que a mi hijo le darían entre 15 a 25 años, pero por buena conducta y con los contactos, saldríamos mucho antes de acá.
-Hay una versión que dice que a usted lo quisieron matar acá adentro ¿Es verdad?
-Sí, es verdad. Un enfermero enviado y pagado me quiso envenenar. Eso está en el expediente y nunca lo llamaron a declarar a ese enfermero.
-¿Quién le paga su abogado?
-El doctor (Pablo) Cazabán es una gran persona, no le he dado un peso porque no tenemos. El arreglo es que nosotros vamos a tener un juicio y el tendrá su parte, como lo hacen la mayoría de los abogados serios.
-Los abogados querellantes lo acusan directamente a usted de ser parte del homicidio.
-Los Ábalos han mentido tanto, pero tanto, señor. Pero estoy contento porque en el juicio nos podremos decir las cosas frente a frente. No tengo nada que ocultar. Nunca le haría algo así a doña Norma.